One Direction Novelas



Blog dedicado a publicar novelas (fan fictions) de One Direction. Soy @backforbritish y soy la autora y propietaria de todas las novelas que se publican en este blog.

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Espero que os guste:

domingo, 9 de febrero de 2014

Forbidden - Capítulo 29

Mi pulso empezaba a golpear con más fuerza debajo de mi piel, incluso me parecía poder oírlo a medida que Megan y yo nos acercábamos hacia donde estaban mis padres y la pareja Twits. Tengo la boca completamente seca, e intento controlar ese impulso que me incita a mirar a mi alrededor ansiando encontrarle entre toda esta multitud. Mis padres estaban junto a los suyos pero no había ningún rastro de Harry en la sala y aquello empezaba a desconcertarme ¿y si no había venido? Quizás había sido un poco listo y puso alguna escusa para no acudir esta noche, sería lo que yo hubiese hecho si la fiesta no se celebrase en la casa de mis padres y si mi madre no me lo hubiese pedido con tanto ímpetu. Suspiré desanimada al comprobar que Harry no se encontraba aquí, no obstante intenté cambiar la angustia de mi rostro por una amable sonrisa, al fin y al cabo la pareja Twits me había caído bien y siempre era un agrado verles.
-Hola Sam -Anne me abrió sus brazos y me abrazó dándome un beso en la mejilla, cosa que me dejó gratamente sorprendida.
-Hola Anne -le sonreí y le tuteé como ella me lo había pedido varias semanas antes, después me dirigí al padre-. Robin -nos estrechamos las manos a la vez que nos dedicamos unas sonrisas interrumpidas por alguna que otra broma casual por parte de él, cuales me hicieron reír, es un hombre muy amable -. Esta es mi amiga Megan.
Megan se acercó y saludó a los padres de Harry con una sonrisa fingida, conocía bastante bien a mi mejor amiga como para saber que algo rondaba su mente. Mientras ellos hablaban, yo, disimuladamente exploré a mi al rededor con un ápice de esperanza, pero mi búsqueda no dio resultados, tan solo veía a hombres trajeados con sus respectivas esposas hablando y comentando temas de los cuales eran muy aburridos para prestar atención, como la conversación que mantenían mis padres con la pareja Twist. Definitivamente él no estaba en esta sala. Resoplé mirando a Megan y le susurré:
-Me estoy agobiando con tanta gente, ¿qué te parece si nos vamos a mi cuarto?
Ella me sonrió y siguió el mismo tono silencioso y cauteloso que yo había empleado.
-¿Eso es una proposición indecente, Sami? -Se mofó.
Sonreí negando con la cabeza.
-Ve tú -Megan dice -. Yo voy a echarle mano a unos canapés que he visto antes, luego subo.
-Está bien, pero deja para los invitados -me reí.
-Lo intentaré -se dio la vuelta y persiguió la bandeja con los canapés que un invitado llevaba en la mano.
Me disculpé de mis padres diciendo que iba al servicio, igualmente no creo que se molesten mucho en mi esta noche, así que bastará con que baje un par de veces para dar señales de vida. Me marché al cuarto sola, esperando a Megan, no podía seguir rodeada de tanta gente, seguramente me volvería paranoica intentando buscar a Harry aun sabiendo que él no estaría aquí, además, aquello empezaba a agobiarme y era ridículo ya que la causa de mi molestia estaba provocada por Harry. No logro comprender el por qué de mis sentimientos desordenados hacia él, si, hay veces que me dan ganas de chillar por el placer que me provoca estar a su lado, sintiendo como me toca o simplemente me observa, ese sentimiento tranquilizador que solo siento cuando le tengo a mi lado, siendo consciente de que me encanta estar a si con él y disfrutar de Harry, pero por otra parte la rabia que siento cuando se comporta tan misterioso conmigo es devastadora, y lo único que quiero es alejarle de mi lo máximo posible, para que deje de jugar conmigo, -porque lo hace-, y para que no me rompa el corazón ya que presiento que es lo que va a hacer si le dejo seguir como hasta ahora y lo más importante en todo esto es que Harry es solo un extraño para mi y siempre lo será a menos que me deje indagar en sus misterios. Dejo caer un suspiro exhausto al cerrar la puerta y cruzo la habitación para cerrar las cortinas y las ventanas. Desde el patio provenían voces mezcladas con la música clásica que mi madre había puesto y aquello no me resultaba para nada relajante.
Oí como la puerta se abría e imaginé a Megan entrando con un plato de canapés en una mano y una copa con cocacola en la otra mientras yo me aseguraba que las cortinas estaban completamente echadas.
- Que rápido has subido, ¿acaso no te han dejado comida o qué? -Me reí.
La puerta se cerró y nadie habló en el cuarto, ¿tenía la boca llena y por eso no podía hablar?
-Meg...
Unos brazos se colaron por detrás mi cintura y se unieron en mi vientre dejando un rastro de calambres por donde habían pasado. Instantáneamente un aroma fuerte pero a la vez dulzón, como canela mezclada con un licor cítrico penetró por mis sentidos debilitando mis defensas ante cualquier cosa, era una fragancia deliciosamente embriagadora.
-No soy quien esperas, Samantha -susurró en mi cuello su voz grave.
Mi mente se paró en el momento que escuché su voz y mi boca se abrió capturando el aire enérgicamente cuando sentí su tacto más duro sobre mi, congelándome de los pies a la cabeza, pero ¿de dónde había salido? Percibí su aliento resbalando por mi cuello y pecho, en forma de una sonrisa pícara cual pude ver en mi mente sin llegar a divisar su rostro, aquello me había descompuesto totalmente. Era el efecto que Harry me había hecho sentir desde la primer vez que nuestros ojos coincidieron, y que jamás me cansaré de sentirlo.
-¿Dónde estabas? -Pregunté entrecortadamente y sin pensar en lo que decía. Quizás soné un poco desesperada, pero realmente lo estaba.
-Escondiéndome de ti.
¿Qué?
-¿Acaso te doy miedo? -Mis ojos se cerraban a medida que él iba bajando su tono de voz. Tenerle así de cerca es sumamente peligroso para mi.
Harry me giró lentamente hacia él para quedarse cara a cara conmigo y, aunque él sigue siendo más alto que yo en tacones, había ganado unos centímetros que me daban ventaja para poder acercarme a su rostro sin necesidad de que él se inclinase o de que yo eleve mis pies. Esta perspectiva era perfecta, sobre todo porque no había visto con claridad aquellos verdes ojos desde la tarde en el bosque, ayer no me dio tiempo de observarlos por la prisa que él tenía en marcharse de mi lado.
-Define ''tener miedo''.
Aquella contestación me pilló completamente desprevenida, estaba demasiado concentrada en su semblante como para apreciar cualquier cosa más a mi alrededor. Me parece una ensoñación tenerle tan cerca de mi, parece como si se fuera a esfumar de un segundo a otro y en ese aspecto soy yo la que tengo miedo. No me doy cuenta de que estoy agarrado su camisa por la parte de los botones hasta que noto un cierto dolor en la zona de los dedos constreñidos en su tela.
-¿Tienes miedo de que pueda hacer algo que tú no quieras? ¿Tienes miedo de que descubra tus secretos? -Las preguntas que en parte me había estado guardando en mi interior salieron disparadas hacia él, como siempre, sin pensar dos veces lo que decía.
Harry hizo un leve repaso por mi cuerpo antes de contestar, era evidente que mi vestido de tirantes negro liso y largo, ceñido en las caderas, suelto por las piernas y con una abertura por encima de mi muslo izquierdo hacia mis pies, había llamado su atención. Estoy intentando controlar todo lo que este hombre me hace sentir, mi corazón quiere salirse del pecho bombeando a toda potencia e intento que él no aprecie lo alterada que me hace estar cuando se acerca a mi, pero como Harry dijo, él y yo no somos nada, por eso intento evitar cualquier indicio que le pueda dejar ver lo mucho que le deseo y lo tan encaprichada que estoy de él.
Harry no respondió a ninguna de mis preguntas, como era de esperar. En vez de eso siguió observándome detenidamente con total atrevimiento, encendiéndome aún más si puede ser. Descaradamente posó una mano por encima de la abertura de la falda y bajó sus dedos hasta tocar mi piel, todo esto lo hacía sin apartar sus penetrantes ojos de los míos, casi haciéndome olvidar la necesidad de respirar. Arrastró hacia arriba sus dedos y con ellos llevó la tela ceñida del vestido. Mi mente sabía lo mal que estaba esto, pero por otra parte, mi sed curiosa me tentaba a probarlo «cuanto más peligroso, mejor sabe» mi subconsciente jadeó. Me tenía hipnotizada bajo su mirada, hasta tal punto que no veía nada más que su presencia y no sentía nada más que su tacto en mi, lo demás había desaparecido ya que lo importante a mi alrededor tan solo era Harry. Mi pecho subía y bajaba duramente a medida que arrastraba mi vestido hacia arriba con desvergüenza, admirándome como solía hacer. Finalmente consiguió encajarlo en mi cintura y atraerme hacia su cuerpo para juntarlo al mío colando sus dos manos por mi espalda.
Supuestamente él no quería que fuésemos nada. Supuestamente él no quería encontronazos así. No pude obviar la exclamación que solté cuando sentí un bulto firme presionando en mi vientre. Harry soltó sonrisa traviesa cual me dejó loca. Bajó sus labios y los acercó a los míos pronunciando:
-No te tengo miedo, te tengo ganas.
Oh, Dios mío... siento que he aumentado mil grados de temperatura en dos segundos y me estoy derritiendo. Nuestras miradas se cruzan y el desciende la suya en busca de mis labios sofocados por haber escuchado tal frase de los suyos. Jamás había admitido algo así ante mi, ni él, ni nadie.
-¿Y tú? -Sigue hablando él.
Apenas puedo articular una frase coherente y Harry lo nota... ¿yo qué?
-¿Me tienes ganas?
-No. -Miento en una exhalación. Necesito que se le bajen los humos pero es prácticamente imposible, sabe lo que me está provocando por mucho empeño que ponga de mi parte en ocultarlo.
Harry sonríe casi con su nariz rozando la mía y sus malditos hoyuelos aparecen, mierda, voy a convulsionar. Siento su aliento caliente rozando mis labios, estamos tan próximos el uno del otro que aguantar más esta tensión es casi doloroso, casi, si no fuera porque el tenerle así es como rozar el cielo con la yema de los dedos. Su sonrisa, la mía tímidamente acompañando a la suya sin apenas darme cuenta, su aroma, sus manos apoyadas en mi baja espalda, las mías encarceladas en su pecho, sintiendo como el corazón le late frenéticamente y esta tensión que rápidamente va creando chispas a nuestro alrededor... todo esto me hace darme cuenta de que le necesito más de lo que jamás pudiera haber imaginado. Ser fuerte es lo que llevo siendo todo este tiempo atrás al no ir a buscarle, pero ser de hierro es otra cosa y yo no soy así y me he cansado de ser fuerte, por ahora.
-No quiero besarte... -susurro y lo hago queriendo, soy consciente de cuanto le excita que haga eso.
-Lo haré quieras o no -y sé que lo decía muy en serio.
-Ni te acerques -paso la lengua por mi labio inferior y lo muerdo unos segundos antes de dejarlo escapar.
Rápidamente Harry bajó sus labios hacia los míos, pero yo los esquivé echándome hacia atrás un poco. Aquello le desconcertó, se lo tenía merecido por no acercarse antes a mi. Entonces sonríe y me aprieta más a él sintiendo como ha crecido aquel bulto. Vuelve a bajar la cabeza humedeciendo sus labios y entreabriendolos, observando que no doy señal alguna para intentar esquivarlo, esta vez no tengo la fuerza de voluntad que necesito para pararlo y no lo hago. Nuestros labios chocan, se abren y cierran dando un sonido seco. Joder, acabo de sentir una sacudida por todo mi ser y sé que él ha sentido lo mismo. Necesitamos más del otro. Vuelve a besarme y agarro su camisa por el cuello obligandole a estar más cerca de mi mientras Harry baja sus manos descaradamente hacia mi trasero y me aprieta contra él segundos antes de levantarme del suelo como si fuese una pluma. Un sonido gutural sale de su garganta haciendo que me estremezca al sentir aquellas vibraciones en mis manos, a través de su pecho. Camina hacia mi cama y nos arrastra hasta la mitad de ella, sin dejar de besarnos como si nunca lo hubiésemos hecho. Harry me tumba debajo de él en la cama y mis manos quitan temblorosamente los botones de su camisa azul oscura a la vez que separa más el espacio de mis piernas para tener más espacio. No lo soporto, necesito cerrar las piernas o un río de lava ardiente saldrá de mi entrepierna. Consigo desabrocharle la camisa y sacársela del pantalón a estirones, y como arte de magia, todos sus tatuajes salen a la luz, como si con esa camisa abrochada hasta el cuello fuese una tapadera para un Harry ético y al quitarla saliera a la luz su verdadero yo. Oh, cuanto de menos he echado su increíble torso al descubierto. Me da la impresión de que usa su cuerpo como un diario con tantos tatuajes extraños, supongo que la mayoría tendrán algún valor sentimental o si no, no comprendo la razón de grabar dibujos raros en su piel ¿será por adornarla? No creo, o por lo menos, no creo que los más raros sean por eso.
-¿Te gusta lo que ves? -Habla y yo puedo sentir como un color rojizo adorna mi piel, no quiero que piense que me vuelve idiota por mirarle tanto.
Dejo escapar una risa suave y alzo las manos al rededor de su cuello para traerle hacia mis labios de nuevo. Los toma lentamente, sin embargo lo hace con demasiada sensualidad lo que me incita a gemir en sus labios cuando nuestras lenguas se acarician y entrelazan. Su sabor me da demasiado placer. Harry sube el vestido hacia mi cintura y se separa, doy un quejido al no sentir el contacto de sus labios sobre los míos. Se baja de la cama mientras que yo me apoyo en los hombros para verle ¿dónde va? Observo como cruza la habitación enfundado solamente en sus pantalones negros, -creo que son los únicos que tiene cuales no están rajados por la rodilla-, llega hacia mi puerta y oigo el «clic» que hace el pestillo al cerrarse. Doy gracias al cielo por no dejar que mi madre quitase aquel candado de la puerta años atrás. Un momento... mi madre, Megan, la pareja Twis, todos estan abajo... ¡no! Harry vuelve hacia la cama y antes de que me levante me empuja hacia abajo poniendo sus manos sobre mis hombros.
-Samantha... -dice con tono regañón -. Tú no te escapas.
No quiero hacerlo.
-Harry, están abajo, esto es una locura, podrían venir en cualquier momento -las palabras salen de mi boca torpemente.
-Para eso puse el pestillo -sonríe y busca mis labios en un beso que no le niego, pero vuelve a separase-. Esta fiesta es privada, solo nosotros dos.
Solo nosotros dos, Dios, que bien sonaba eso.
-¿Y Megan? Le he dicho que la esperaría en mi cuarto.
Harry sonríe maliciosamente e instantáneamente se que algo oculta tras esa sonrisa.
-No tienes que preocuparte por ella, no tienes que preocuparte por nada. -Me besa una última vez antes de volver a ponerse de pie.
No puedo negar que el morbo de ser pillados es un plus a todo esto.
Admiro su torso tonificado y enmarcado por unos cuantos tatuajes que le hacen parecer más humano. Suspiro cuando observo como lleva sus manos hacia el cinturón y lo desabrocha dejando la a cada lado la hebilla y la correa colgando de los cordeles laterales. Su mano izquierda bajó hacia el botón del pantalón pero yo no le dejé desabrocharselo.
-Harry...
Levantó un poco la vista y alzó las cejas en mi dirección.
-Déjame a mi, quiero hacerlo yo -intenté controlar mi voz temblorosa.
Sorprendí a Harry con mi propuesta, que más bien era una orden y mi subconsciente se dio una palmadita en el trasero al ver como la cara de Harry cambio al completo, estoy segura de que no se esperaba algo así. Me pongo de rodillas sobre la cama, al tener los tacones es un poco difícil moverme, aunque no iba a perder tiempo en quitármelos. El vestido cae de nuevo sobre mis piernas y Harry arruga el entrecejo molesto ¿a qué viene ese cara? Él para mis movimientos antes de que yo consiga llegar hacia su pantalón y lleva el vestido por mis brazos levantados para sacarlo por la cabeza.
-Dios... -Harry suspira al ver mi cuerpo semi desnudo de no ser por la ropa interior.
Me encanta tenerle así conmigo, es demasiado excitante saber que tengo a alguien tan hermoso como él babeando por mi, mejor dicho, es excitante que él babee, por mi. Le dedico una mirada tímida enmarcada por mis largas pestañas desde mi postura apoyada en las rodillas. Harry se pasa las manos por su pelo revuelto conteniendo las ganas que tiene de tocarme y aguanta un suspiro. Doble punto, anota mi subconsciente. Retengo una sonrisa a la vez que alcanzo su pantalón para desabrocharlo y bajarle la cremallera. Mis manos están temblando y yo ruego para que él no se de cuenta de ello. Bajo sus pantalones y me encuentro con sus boxers negros, demasiado imponentes para mi. Trago saliva e intento no mirar directamente al bulto de Harry aunque es demasiado tarde, esta vez él gana. Sonríe y se sienta a mi lado, cogiéndome de las manos, obligándome a que me siente encima suya. Intento que mis tacones no le rocen para no hacerle daño y él se da cuenta, esboza una sonrisa mientras pronuncia en mi boca ''No estoy del todo seguro que quiera quitarte los tacones, estas demasiado sexy así'' lo que causó que mis braguitas se mojasen más de lo que ya estaban. No podía apartar mi vista de su pecho ni de su vientre terminado en forma de V ya que me resultaba toda una obra de arte, y me embobo viendo como sus músculos se marcan en su piel al respirar, ¿por qué es tan deseable? Harry sonríe involuntariamente cuando yo lo hago al pensar en él y elevo mi vista para enlazarla con la suya, joder, es bastante guapo, sigo sin creerme que estos rasgos sean de una persona real y aun me resulta más increíble que yo pueda observar estos rasgos tan cerca y en vivo. Le he echado tanto de menos. Sus labios cálidos presionan contra los míos, y cuando su lengua empezó a acariciarme suavemente el labio inferior, buscando una entrada que yo acepté, se unió con la mía. Sus manos, mientras tanto, ascendían por mi espalda en busca del broche del sujetador, cuales lo encontraron y desabrocharon sin miramientos, bajó los tirantes por mis brazos y cuando estaba apunto de quitármelo rocé sin querer el bulto prominente de Harry en su entrepierna, aquello le hizo cerrar los ojos con fuerza y contener otro gemido, cosa que me encantó. Volvió a suspirar y bajó la mirada hasta encontrarse con la mía. Aquellos ojos verdes sin duda eran la causa de mi perdición.
-Tócame -casi suplica.
¿Qué? ¿Qué le toque? Siento la cocacola que bebí antes dando vueltas por mi estómago. Curiosamente es algo que, aunque me asombre, necesito hacerlo, quiero tocarle. Mi corazón empieza a latir con más fuerza a medida que bajo mi mano hacia su bulto y la paso inspeccionándolo con suavidad hasta adaptar la forma cilíndrica a ella. Me sorprendo cuando meto la mano debajo de aquella tela y saco su erección a la vista. Madre mía, es grande, es muy grande. Ahora entiendo como la pude notar tan bien antes. Trago saliva ya que estoy completamente babeante ante esta situación. Harry baja su cabeza conectando su mirada a la mía, aquello me hace inclinarme hacia delante para acariciar su longitud hasta llegar a la punta y hacer círculos al rededor de ella con el dedo pulgar, segundos después retomé como lo hice antes, fuerte y suave, a un ritmo lento y constante. Veo como marca esa vena en su cuello al intentar retener gemidos, la gente podría oírnos. Aumento la presión con la que le toco ya que me he dado cuenta que respira con más intensidad si voy fuerte y despacio. Un ''buena chica'' sale de su boca en forma de susurro dejándome muy húmeda. Harry no aguanta más y empieza a mover las caderas al ritmo de mi mano, su cabeza rueda hacia atrás, no puedo resistir las ganas de besar aquel cuello. Él me echa hacia delante en un intento de retener nuestros cuerpos sudorosos juntos, y sin querer rozo su punta húmeda contra mi entrepierna cubierta por la fina ropa interior, ganando un gemido de los dos. Dios, menuda sacudida. Suspiró enérgicamente cuando volvió a levantar su cabeza pero no sirvió de mucho el mantenerla arriba ya que volví a rozarnos intencionadamente.
-Jodder... -echó la cabeza hacia atrás y nuevamente volví a ver como se le marca la vena del cuello. En una situación normal le hubiera reprendido por usar un lenguaje obsceno, pero ahora mismo, mierda, ahora mimo le ha quedado demasiado bien. Por favor, este hombre es puro sexo.
Vuelve a mirarme y captura mis labios con los suyos, yo sigo acariciándole pero cada vez con más fuerza y más rapidez y más, y más, y más, sacando gritos ahogados de Harry por el hecho, sintiendo como mueve sus caderas en contra de mi mano. No puedo evitar el calor que siento entre mis muslos, es demasiado devastador.
-Samantha... joder... para... -arrastró con demasiada dificultad esas dos últimas palabras, pero yo las ignore. Quería devolverle aquel favor que en su día no me dejó devolverle.
Aumentaba la velocidad sin miramientos, había encontrado el ritmo que le encantaba y no iba a aparar hasta verle desmoronado debajo de mi. Los músculos de su pecho se contraían, bajaban y subían pesadamente, estaba a punto de llegar al orgasmo y yo era la causante de aquello.
-Me voy a venir... para... -decía, pero no hacía nada para impedirlo.
Aquello me preocupó ¿y si le estaba haciendo daño?
-¿Quienes que pare?
-Mierddda... túmbate -hablaba como si le costase la misma vida.
Hice lo que me pedía, dejé de acariciarle y me tumbé a su lado mientras él cogió el relevó y se tumbó encima de mi. Sentí como se vino mi vientre mientras daba pequeños besos en su hombro sin cesar ya que había escondido su cabeza en el hueco de mi cuello. Su fragancia fuerte y dulzona aún se podía percibir aunque cada parte de Harry estaba mojada en sudor. Estaba exhausto y curiosamente yo también. No puedo creer que haya sido capaz de provocar algo tan intenso en él, creo que yo estoy mucho más fascinada que Harry.
Rueda hacia mi lado derecho y se apoya sobre un brazo de cara a mi. Giro mi cabeza y ahí esta ese dios del olimpo, mordía con una sonrisa su labio inferior hinchado lo que hacia que sus hoyuelos apareciesen nuevamente, sus pómulos algo sonrojados y aquellos ojos verdes centelleantes contrastaban haciendo una mezcla de colores demasiado correcto, las puntas oscuras de su pelo estaban pegadas a su rostro, pero yo las echaba para atrás con una suave caricia. ¿Alguna vez me cansaré de contemplarle? Baja su cabeza y deposita un pequeño beso en mi frente para luego volver a mirarme con detenimiento.
-¿Te gusta lo que ves? -le imito.
-Muchísimo.
Una sonrisa perezosa se dibujó en sus labios. De un segundo a otro noté como la voz de algunos invitados sonaban cerca de la puerta, me tensé al instante y sobre todo al escuchar las voces de mi madre y la de Anne cada vez más cerca de la puerta de mi habitación. ¿Y si nos pillan? No pueden, la puerta tiene un pestillo ¿pero qué excusa pongo para no abrir? Mierda, mierda, mierda. Miré a Harry, que aún tenía puesta esa sonrisa en sus labios, y estaba mirando a la puerta también, aunque terminó mirándome cuando se percató de que yo lo hacia.
-Esto va a ser divertido -dedujo él.
Y de un instante a otro salí a empujones de mi cuento de hadas hacia a la cruda realidad mientras todas las preguntas escondidas en mi mente me volvían a asaltar ¿y ahora qué vamos a hacer? ¿y si nos pillan? ¿y si solo ha sido una calentura por parte de él? ¿y si me he dado cuenta que le necesito más de lo que Harry me necesita a mi?

sábado, 1 de febrero de 2014

Forbidden - Capítulo 28

Parker y Megan me llevaron de vuelta al coche, quisieron separarme de aquel lugar donde los ojos entrometidos de la gente a nuestro alrededor habían presenciado toda aquella escena que Harry, Luke y yo habíamos dado, aunque a mi no me importaba eso, me daba igual quien estuviera observando aquello, en ese momento lo único que me importaba era retener a Harry cerca de mi, cosa que no pude lograr.

- Siéntate aquí Sam -Parker me indicó abriendo la puerta trasera del coche.

La última vez que vi a Parker fue el día en que cometí aquel error de ir a la nave sola mientras dejaba a Megan segura, o eso creía, en el coche. Jamás hubiera imaginado encontrar a Parker ahí o si quiera que él estuviera relacionado con esa nube de misterio que envolvía todo aquello, pero ya estoy empezando a asimilar que nada es como parece y que no me puedo fiar de las apariencias.
Mi amigo se arrodilló delante de mi cuando me acomodé en el asiento sacando las piernas por la puerta, cogió mi mano y me dedicó una sonrisa dulce y melancólica con el fin de calmarme. Megan miraba todo desde las espaldas de Parker, creo que pensaba que ella no debía intervenir, esto era cosa de mi amigo y yo.

- ¿Cómo estas? -Parker musitó.

Encogí los hombros mientras echaba el peso en el respaldo del asiento apoyándome en mi brazo. No estoy bien, pero tampoco estoy mal, estoy desorientada y aturdida. Tengo ganas de ver a Harry, correr hacia sus brazos y besarle, pero a la vez tengo ganas de darle un puñetazo, tengo ganas de llorar pero a la vez no, estoy totalmente confusa.

- Solo dime si hay algo que pueda saber de toda esta situación -cierro los ojos y hablo, tragándome la angustia, en el mismo tono de voz en el que me habló anteriormente mi amigo.

Parker suspira y dice:

- Harry hizo algo que no debía de hacer.
- ¿Pegar a Luke? Hizo lo que yo tenía ganas de hacer desde hace mucho tiempo -me mofé.
- Yo iba a chocarle los cinco cuando le golpeó -Megan comentó y no pude evitar soltar una risa.
- Si -Parker sonrió -. La verdad es que el cabrón se lo tenía merecido, pero nuestro punto de vista no es el que vale.

Abrí los ojos achinandolos y me incorporé en el asiento mirando a Parker.

- ¿A caso van a juzgar a Harry por eso o qué?
- Podrían.

Enfilé con la mirada a mi amigo.

- ¿Pero de que coño estas hablando? ¿Dices que Harry se pudo haber metido en problemas por pegar un gilipollas que me estaba acosando? Hizo lo que debía hacer, a demás todo el mundo vio como yo intentaba deshacerme de Luke.

Parker se levantó furioso dándome la espalda, vi como respiraba profundamente mirando a Megan y esta le tranquilizó cogiéndole una mano y asintiendo con la cabeza. Finalmente, Parker, se giró de nuevo hacia mi.

- Sam, Luke es uno de ellos -dijo serio en doble sentido y yo supe descifrarlo al instante.


Ahora todo encajaba a la perfección, ahora tenía sentido. Harry había agredido a un compañero y no a uno cualquiera había arremetido contra a un miembro de aquel caos que todo el mundo intenta ocultarme, ahora comprendo el porqué Luke conocía a Harry, si no, no le hubiese llamado ''Styles'' y no hubiesen tenido un tono amistoso, en cierto sentido, entre ellos dos. Pero lo que no me cuadra aún es la razón por la cual Harry salió huyendo. Quizás es que tuvieran normas de no agredirse dentro de aquel... siendo sincera no se como definir el grupo que forman ¿clan? ¿Banda? La verdad es que para poner nombre a todo esto tendría que indagar un poco más y la idea me resultaba totalmente tentadora.

- ¿Y por qué se fue así? -Mi boca preguntó antes de pensar en lo que decía.
- ¿Qué esperabas que hiciera? Estabas ahí y lo último que puede hacer es acercase a ti.
- ¿Cómo?

Esa declaración me dejó atónita.

- Por eso dijiste que lo hacía por mi bien, ¿me equivoco?

Parker negó con la cabeza y termino esta discusión.
Se ofreció para llevarnos a Megan y a mi hacia nuestras respectivas casas en el coche de mi mejor amiga después de haber recibido un mensaje en su móvil e imaginé que sería de Harry por cómo me miró después de leerlo. Ellos dos se acomodaron en los asientos de delante y yo me tumbé con los pies algo recogidos en los asientos traseros. Parker iba conduciendo a gran velocidad hacia las afueras del lago, yo miraba en dirección al cielo oscuro excepto por todas aquellas estrellas que iluminaban la noche ennegrecida, veía líneas imaginarias, cuales conectaba formando figuras geométricas con mi dedo. Solamente era un distracción para no pensar de nuevo en él.




- Samantha ayúdame con los vasos, por favor -mi madre me llamó desde el salón.

Dejé de mirar el pavo haciéndose dentro del horno y me apresuré hacia donde estaba, cuando entré me pareció otro lugar distinto a mi salón ¿y los sofás? ¿Y por qué estaba la mesa grande justo en el medio? ¿Tantas personas iban a acudir? Cogí los vasos de la esquina y los fui colocando a la vez que mi madre lo hacía. Terminamos de poner la mesa y justo en ese instante vibró mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón.

Megan:
Ya he salido, voy en coche, en cinco minutos llego a tu casa.


Bloqueé la pantalla, aliviada por saber que Megan estaría aquí esta noche. 

- ¿Quieres que te ayude en algo más, mamá? -Asomé la cabeza por la puerta antes de salir corriendo por las escaleras, deseante por que su respuesta fuese un no.
- No hija, ve a arreglarte, ya mismo estarán aquí los invitados.

No hizo falta repetirlo dos veces, salí disparada hacia mi cuarto antes de que mi madre cambiase de opinión y me pusiera más trabajo.




Harry punto de vista (PDV- H)

Mamá: 
Robin y yo ya estamos casi listos, cielo ¿vas a venir a recogernos definitivamente? Ya sabes que no me fío mucho de este hombre cuando tiene que conducir después de una cena. Por cierto, estoy deseando verte con el esmoquin nuevo que te compraste. Mamá xx. 


Sentado en el borde de la cama, con la cabeza agachada, los brazos apoyados en mis piernas y el móvil agarrado entre mis dedos releí el mensaje un par de veces antes de que la pantalla se oscureciera y la habitación se quedara en penumbra. Me gustaba la oscuridad en la que se sumía cada rincón del cuarto puesto que el ventanal abierto de par en par dejaba traspasar la luz lunar, es una de las pocas cosas que me hacen estar tranquilo, hace que me relaje y me distrae de cualquier pensamiento, aunque desde semanas no está teniendo el efecto que usualmente causaba en mi, ya no hay nada que me tranquilice como antes, salvo una cosa, salvo la fotografía, sigue siendo mi pasión y nadie lo puede cambiar. Suspiro profundamente mirando mis pies descalzos sobre el suelo de madera oscura, segundos después alzo mi cabeza como si las propias cámaras, depositadas justo enfrente de mi, me llamaran para cogerlas o simplemente para retenerlas en mis manos. Me levanté casi sin pensarlo para verlas más de cerca y coger mi favorita, la encendí y di un ligero vistazo entre todas las fotos que había hecho con aquella cámara hasta que mi dedo no pulsó siguiente, quedándose parado cuando distinguí su hermosa silueta de espaldas. Samantha no sabía que yo a veces había coincidido con ella en el lago, ni yo sabía que había sido ella con quien había coincidido. Pensaba que aquella mujer no podía ser alguien a quien conociera ya que habría recordado un cuerpo tan cautivador como el que ella posee, no fue hasta aquella cena donde comprobé que había sido a Samantha a quién había estado retratando todo este tiempo atrás, una maldita coincidencia. Esto taba mal, esto estaba muy mal, pero sin embargo no me importaba y a día de hoy me sigue sin importar. Dejé la cámara en su sitio y me abroché la camisa negra remangandome las mangas hacia arriba.
Que no me importe no significaba que pudiera hacer lo que yo quisiera, tenía normas y las tenía que acatar, quisiera o no, es más, tenía que cumplirlas para no ponerla en peligro, aunque me costase más de lo que imaginaba el mantenerla lejos. Intento ser fuerte, pero cuando estoy a su lado no hay muro que valga, ella los destruye con mera facilidad y me tiene rondando bajo sus pies. Sin embargo tengo que serlo, tengo que ser fuerte.




Samantha punto de vista (PDV-S)

Parpadeé atónita mirando a Megan

- ¿Cómo que Luke quiere pelear contra Harry? -Mis ojos no se podían abrir más -. ¿Es tonto? ¿No sabe lo mal que Harry le puede dejar?

Seguí a Megan con la mirada hasta que ella se sentó en el borde de mi cama, suspiró y volvió a retomar la conversación.

- Parker me lo ha contado todo este medio día, me dijo que Luke había ido a la casa de Harry, pero él no se encontraba allí por suerte.

Mi estómago se revolvió pensando en Luke y Harry peleando, y aunque sé que él tiene todas las de ganar no quiero que hagan daño a Harry.

- Parker me ha dicho que Harry no es de esos -Megan continua -. Le resultaría muy raro ver a Harry implicado en una pelea así que por ese sentido podemos estar tranquilas, aun así dice que Luke es muy persuasivo y que puede hacer cualquier cosa por que eso ocurra.
- Lo sé.

Luke y yo habíamos sido novios durante unos siete meses y siete meses es mucho tiempo para conocer todos los demonios de una persona, pero ¿a qué viene esto ahora? ¿Por qué quiere pelear? La única opción que se me ocurre es para recuperar la poca dignidad que Harry le arrebató al agredirle, pero así no arreglaba nada, Luke era tan alto como Harry, eso si, pero en cuestiones de musculatura, Harry, le superaba con creces.

- Pero es una locura Megan -me levanté de la silla -. Harry podrá con él ¿que va a ganar con todo esto?
- Por lo visto no es solo Luke contra Harry.

Tragué saliva involuntariamente.

- ¿Qué quieres decir? ¿Que habrá más gente peleando contra Harry?

Megan resopló y negó con la cabeza.

- No lo se, Sam, Parker solo me ha contado detalles sueltos y se suponía que no se lo podía confesar a nadie.

Un sentimiento de orgullo me invadió todo el cuerpo, Megan no me estaba ocultando información por primera vez y aquello era algo de lo que festejar. Hablando de festejar, ya se podían oír las voces de algunos invitados en la entrada de la casa a la vez que sonaba por los altavoces una melodía tocada por un piano para ambientar, esta cena debía de ser importante puesto que mis padres han recurrido a todos los detalles posibles. Miré a Megan y le indiqué con la cabeza hacia la puerta, ella asintió y me apretó la mano, en su cara podía vislumbrar un ápice de arrepentimiento pero ya no hay vuelta atrás y en partes ella sabía lo agradecida que yo estaba porque hubiera compartido conmigo aquella información. Quizás yo, que sabía como tratar el comportamiento petulante de Luke, podría hacer algo para que aquella pelea no sucediese.

Bajamos las escaleras para entrar directamente en el salón y saludar a los invitados. El lugar estaba repleto de gente, ahora me parece algo razonable que mi madre hubiese puesto el salón de esta manera.
Nos hicimos paso entre la gente a la vez que les dedicábamos un ''Hola'' amable y una sonrisa, hasta que llegó el momento más inesperado de toda la noche cuando mi madre dijo:

- Chicas, venid, aquí están Anne y Robin.

Tragué saliva al pensar que Harry pudiera estar entre las mismas cuatro paredes que yo.






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