One Direction Novelas



Blog dedicado a publicar novelas (fan fictions) de One Direction. Soy @backforbritish y soy la autora y propietaria de todas las novelas que se publican en este blog.

( - TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS - )

SI TENÉIS TWITTER MANDADME UN TWEET DICIÉNDOME QUE OS AVISE CUANDO SUBA UN CAPITULO NUEVO.

Espero que os guste:

domingo, 23 de marzo de 2014

Forbidden - Capítulo 33

- Si -susurro pegada a él.

No sé lo que abarcará esto de ser su musa, e incluso no sé a lo que se refiere con ello, ¿quiere hacerme fotos porque le inspiro tanto como para llegar a ser eso? Pues adelante, ahora si que no me importa pues  quizás si hago esto pase mas tiempo con él, o si me esfuerzo, puede que consiga saber algo de sus muchos secretos.
La sonrisa escondida en sus labios me hace pensar que esta contento con mi respuesta y que hice bien en aceptar a pesar de mis dudas. ¿Cómo debe ser una musa? Jamás pensé en ser algo parecido, pero al contrario también conozco es ese sentimiento de inspiración cuando ves algo o alguien quien te inspira sin saber el porqué. Es curioso que yo me sienta así cada vez que miro a Harry. Niego con la cabeza y dejo un último lento beso en sus labios.

- Vamos -sonríe Harry y me coge de la muñeca para llevarme a no se donde.

Caminamos un par de minutos cogidos de las manos, aunque en realidad es como si él me estuviese llevando pues cada zancada suya son dos mías. Es incómodo pero a la vez relajante el silencio que hay entre los dos, supongo que por ahora ninguno necesitamos decir nada pero a la vez hay tanto de que hablar. Quiero que me explique porqué me ha cogido como musa, para empezar.

- ¿Dónde se supone que me vas a llevar? -cojo su mano con mas fuerza pues como siga así de rápido terminaré por los suelos.
- La última vez que estuvimos aquí no pude hacerte -deja de hablar como si su mente hubiese dado un giro -. No pude hacer fotos del todo y quiero terminar lo que empecé.
- Esta bien, ¿pero para eso tenemos que correr? -Parezco algo patética pues mi condición física no está al día.

Él deja escapar una armoniosa risa que cala en lo hondo de mi ser estremeciéndome. ¿Todo lo que hace tiene que afectarme tanto?

- Es por la luz, dentro de poco tiempo se irá.
- Harry, es por la mañana, quedan muchas horas de luz -le informo delicadamente para que no se note la necesidad de aire.

Harry da una negativa con su cabeza y sonríe.

- Ahora lo entenderás.

Sigue tirando de mi hasta que llegamos a una parte del lago en la que no había estado antes, estoy segura que esta es la parte de atrás de la casa de Harry, es más, si miro atentamente entre las frondosas ramas verdes de los arboles me apuesto a que puedo ver su habitación. Recuerdo toda esa parte de aquellas pocas veces que me asomé al gran ventanal de su habitación. ¿Será una zona privada?
Suelta mi mano para irse unos metros mas allá de mi y yo la cierro en un puño al dejar de sentir su fuerte agarre, siento un pequeño frescor donde segundos antes estaba su mano y un ápice de congoja nubla mis sentidos, ¿pero qué hago? No quiero dejar que cause efectos así en mi e instantáneamente cambio de pensamiento para no reflexionar acerca de él o de sus encantos sobre mi.
Le veo agacharse, abrir la mochila de cuero para rebuscar en ella y sacar una cámara que me da la sensación de haber visto antes. En su casa, en la estantería, seguramente es una de esas. Es grande, negra y muy llamativa. Mas me conviene no preguntar cuanto le ha costado, seguramente valdrá más que mi estudio entero. Harry, con la cabeza casi agachada, alza sus ojos y se asegura por un par de veces que sigo ahí. Por supuesto que sigo aquí, como para irme, no estoy loca y no pienso desaprovechar ninguna oportunidad para estar con él.

- Ven -se levanta del suelo y deja la mochila a un lado.

Acato sus ordenes y me dirijo hacia él. Que vergüenza, ¿ahora se supone que tengo que posar para él? Dios mío, creo que me estoy arrepintiendo de haberle dicho que si. Yo no sé posar.

- Esto no muerde-habla agitando con cuidado su cámara retenida en una sola mano.
- Ya se que no muerde, tonto, solo que no sé si valgo para eso.
- ¿Qué has dicho? -levanta sus cejas y su amplia sonrisa maligna se dibuja en su rostro dejando ver sus perfectos hoyuelos. Que guapo es, ay.

No te fijes en sus ojos Samantha, no te fijes en sus ojos, chilla mi mente. Pero mis sentimientos pueden más que mis pensamientos y termino haciéndolo para caer presa de nuevo. Me acerco lentamente bajo el hechizo de sus ojos hasta que le tengo a escasos centímetros. Él me coge de la cintura con su mano suelta y me acerca a él lo máximo posible. Maldito sea este hombre.

- Que qué has dicho -murmura mientras desliza su mano descaradamente hacia mi trasero.

¿Va a ser capaz de hacer esto aquí? Respiro jadeante ante la idea y de que si quiero que así sea. El aprieta mi trasero en su mano y y yo abro la boca para, en un instante, recibir un beso posesivo y dominante. Su lengua y la mía se funden chocando, rodando y acariciándose entre si. Oh dios mío, no quiero que me haga sentir así y necesito parar pero no puedo, soy blanda y débil junto a él.

- Eso es -jadea con seguridad -. Ahora déjame poseerte un poco.

Alzo mis ojos hacia él.

- Es lo que todo hombre desearía -dice cogiéndome de la barbilla y besándome de nuevo -. Poseerte.

Mis piernas tiemblan ante su comentario y mi cabeza deja de funcionar. Quiere poseerme, ¿lo dice en serio? Dios Sam, claro que lo dice en serio. Me aparto de él antes de que note como mi cara roja echa humo. Sé que se refiere a dejar que sea su marioneta para posar en las fotos, quiere poseerme así, pero su segundo comentario ha ido con segundas, lo sé y pondría la mano en el fuego por ello. Y lo que mas me sorprende es que estoy demasiado excitada después de eso ¿quiero que me posea?

- Ahora hazme caso en todo.

Asiento y le miro.

- ¿Dónde y cómo quieres que me ponga? -hablo y me maldigo.

Choco mi mano contra mi frente mentalmente. Aquello salió de mis labios en un tono jadeante y mi pregunta casi termina siendo una proposición indecente. ¿Puedo ser más tonta? Quizás debí haberle preguntado si es pasivo o activo para rematar. Levanto mi mirada hacia la suya para observar una leve sonrisa que destroza todos mis pensamientos. Soy tonta.

- Tumbada bajo aquel árbol.

Su sonrisa me hace dudar por unos instantes, pues aquello también ha sonado demasiado mal.

- Esta bien.

Me dirijo hacia el árbol y me siento bajo su copa recostada en el tronco mientras observo como Harry no pierde detalle de lo que hago. Mi corazón bombea frenéticamente y mis dedos juegan a pillarse entre ellos. Creo que puede notar lo tensa que estoy. Se acerca y se pone de cuclillas justo delante de mi.

- Tranquila... hacerlo es más sencillo de lo que parece.

¿Hacer el qué? Quiero preguntarle si esta usando esto como excusa para llegar hasta ese punto conmigo y decirle, si es así, que no tiene por qué hacerlo. No tiene que ir con juegos. Miro rápidamente hacia mi alrededor y finalmente dejo mi vista en el hermosos cuerpo de Harry.

- Quiero hacerlo.

Él sonríe y yo siento esa presión en el pecho.

- Genial. Principalmente quiero que te sientas cómoda y que sea algo natural, ¿esta postura esta bien para ti?

¿Postura cómoda? ¿Qué tal si cabo un agujero y entierro mi cabeza en el? Si digo todas las respuestas que se amontonaron en mi cabeza creo que el ambiente se caldearía aun más. Me limité a asentir, pues esta postura es la que siempre uso cuando vengo a dibujar al lago así que ya estoy lo suficientemente familiarizada.

- Si, estoy bien.

Harry asiente mirándome, como si estuviese buscando algún defecto o captando todos los detalles posibles. Se adelanta lo suficiente como para trasladar el pelo que esta recogido detrás de mi oreja y dejarlo caer sobre mi hombro y bajar mi rostro con una suave caricia. Su tacto es demasiado placentero. Coge mi mano derecha y la aparta de mi regazo para dejarla caer sobre la tierra algo húmeda y fría. Frota algo de tierra entre mis dedos y siento como el cosquilleo de sus manos hace que mi piel se erice deseando que el contacto vaya a más, pero para.

- Cierra los ojos y no te muevas. -Habla con voz ronca.

Se aleja unos cuantos pasos y aunque no vea nada puedo imaginar su figura algo difuminada. No me esta tocando, pero casi puedo sentir como sus ojos recorren cada centímetro de mi cuerpo y se detienen en partes concretas en las cuales acerca su cámara a él y captura el instante como si fuese algo natural, como si fuese sencillo, aunque estoy segura de que es más difícil de lo que parece. Él es mucho más difícil de lo que parece.


Después de unas cuantas fotos y otras muchas poses decidió parar de sacar fotografías a mi cuerpo, según él la luz ya no era la misma, aunque siendo sincera yo veía la misma luz del día, pero claro, no soy la experta aquí. Decidimos sentarnos bajo un mismo árbol, él me ofreció un sitio reservado contra su pecho y yo no dude en acetar al segundo ¿cómo negarse a un abrazo de este dios griego? Me acerqué a él y pasó una mano por encima de mis hombros y quedé con mi mejilla apoyada en su pecho y mi mano izquierda sobre su fibroso abdomen. Lo que daría por acariciar su deseable torso no lo sabe nadie. Quise ver las fotos y él me las enseñó todas con una amplia sonrisa, estaba orgulloso de su trabajo y no era para menos, pues estaban realmente bien. Todo encajaba, todos los detalles se fundían en uno solo haciendo que la foto tuviese ese algo, ese algo que apuesto que solo Harry puede capturar.

- Eres un gran fotógrafo Harry -me embobo con las fotos que él va pasando lentamente.
- Tu eres una perfecta musa.

Niego y me echo hacia un lado pero Harry me lo impide pasando su mano derecha por mi espalda y cogiéndome para sentarme sobre su regazo, de cara a él. La verdad es que no me sorprende la fuerza que tiene, pues se le ve fuerte.

- Harry...

Parpadeó.

- ¿Por qué yo?

El entendió a la perfección mi pregunta. No solo iba dirigiéndome a lo de ser su musa, iba por todo. ¿Por qué yo no me puedo acercar a ti? ¿Por qué me has escogido entre todas? ¿Por qué quieres que sea tu musa? ¿Por qué?

- Aún sigo buscando respuesta a eso.
- Vaya, tenemos eso en común.

Si vuelve a sonreír juro que no me hago responsable de mis actos.

- ¿Tienes hermanos? -digo jugando con su rizado pelo al tener mis manos por detrás de su cuello.
- No.

Asentí, dudé un par de segundos en continuar con mi interrogatorio, pero la curiosidad pudo más que mi miedo.

- ¿Desde cuando tienes moto?

Inspiró y soltó el aire mientras que repasaba mentalmente los datos de su vida.

- Creo que desde... desde hace cinco años.
- ¿Desde hace cinco años? - Dije sorprendida.
- A mi padre le encantan las motos, siempre estaba y esta rodeado de ellas, lo herede de él, es nuestro hobby, así que cuando cumplí los quince me regló una moto muy básica.

Seguramente que por básica el entiende una moto de última generación, pero no voy a entrar en el tema.

- ¿Y tú? -dice él.
- ¿Y yo qué?

Como se refiera a las motos va de listo, pues las odio.

- ¿Desde cuando pintas?

Parpadeé unas cuantas veces mientras que mi mente funcionaba a mil por hora intentando encontrar el punto exacto en el que le dije a Harry que yo pinto, pero yo no se lo he dicho nunca.

- ¿Cómo sabes que yo pinto? -digo arrugando el entre cejo y abriendo los ojos de par en par.

Y él no responde.

- Harry... -bajo mis manos y las deposito en su pecho -. ¿Cómo sabes tú eso? -hablo subrayando cada palabra.
- Samantha, quítate, por favor.

¿Qué? No, no, otra vez no, no quiero ver que Don bipolar ha vuelto, por dios no.

-Harry... -susurré.
- Quítate, por favor -volvió a repetir.

Mordí mi labio inferior mientras que buscaba una simple respuesta en su cara, pero su entrecejo fruncido ocultaba todas ellas. No, por favor, no quiero que vuelva a ser como antes, estábamos tan bien.  ¿Pero qué le pasa? Me levanto con enfado, no sin antes dedicarle una mirada de total desprecio.

- No es justo lo que estas haciendo - digo pero me niego a mirarle -. Me dices todo esto -decido girarme -. Y después te callas cuando quiero saber de ti.

Me miró con los labios casi abiertos.

- ¿No lo comprendes? No, claro que no lo comprendes.

Hice un gesto de dolor casi imperceptible.

- Pues hazmelo entender, aunque no puedas. Harry, corre el puto riesgo.
- Jamás.
- ¿Por qué? -Digo más fuerte de lo que pienso.
- Porque yo pasé por eso, yo sé lo que estas pasando y si hubiera tenido elección, por muy egoísta que suene, hubiese preferido no enterarme de nada -se acerca mi y me levanta el rostro para verme mejor -. Y juro que a ti no te va a pasar nada.
- Terminaré enterándome.
- No, Samantha, prométeme que no harás nada.

Y entonces algo entre los arboles empezó a moverse sorprendiéndonos a ambos. ¿No se supone que esto es una zona privada?

- Ponte detrás de mi -susurra mientras su mirada se pierde entre aquellos matojos.

domingo, 16 de marzo de 2014

Forbidden - Capítulo 32


Mantengo la respiración por lo que me resulta el momento más largo de mi vida y la suelto en una exhalación cuando me doy cuenta de lo que estaba haciendo. Cielo santo, me estoy poniendo muy tensa. Tiene mi número, me ha llamado y dice que necesita verme ahora, necesita verme. Creo que es un sueño y que aún sigo dormida pero no, es totalmente real aunque difícil de creer para mi. Esta madrugada no ha variado en comparación con las otras, ese desasosiego recorriendo mi pecho ha sido el culpable de que otra noche por consecutivo no haya podido dormir tal y como lo hacía semanas antes, a pierna suelta. Ni siquiera mi mejor amiga ha conseguido con su presencia que mis nervios se calmasen. Le doy demasiadas vueltas a la cabeza y siempre termino derivando en un mismo punto. Harry. No he dejado de pensar en el rato que pasamos juntos al empezar la noche, pues no tenía la más mínima idea de que podía haber significado tanto ese momento para mi, ¿habrá sido lo mismo para él? También le he dado muchas vueltas a lo que Megan me ha dicho sobre el grupo con el que estaba Harry y si de algo estoy segura es que su advertencia para que me mantuviese lejos de él la noche pasada fue por ellos, para que no le vieran conmigo y para que yo no cometiese la estupidez de ir tras él, cual estoy segura de poder haber cometido, -y que de hecho casi cometo de no haber sido por mi amiga-, me conozco a la perfección, o eso creo, porque con Harry todo mi pensamiento y mi manera de actuar cambia por completo, él me hace descubrir una nueva yo, y no se si eso me asusta.

- ¿Estas ahí? -él cuestiona y yo vuelvo en mi.

- Si -me siento en la silla del escritorio pero al segundo me vuelvo a levantar, estoy muy nerviosa, ¿por qué me querrá ver a estas horas? ¿Cómo ha conseguido mi número? Quizás Megan se lo haya dado, o incluso Parker -. Si, estoy aquí.
- Voy a recogerte en media hora. -Es una orden, no una pregunta.

¿Cómo va a venir? No puede, estoy con Megan y no la voy a dejar tirada, y menos habiéndose quedado conmigo esta noche, parecería que la estoy usando cual pañuelo de mocos. Aunque pensándolo mejor, quizás sea eso lo que estoy haciendo pues si me encuentro mal a la primera persona que quiero a mi lado es a ella y viceversa, pero esa es la definición de mejor amiga al fin y al cabo, alguien a quien puedas usar de apoyo y sepas que nunca te va a fallar.

- Mmm... ¿qué te parece si voy yo a tu casa mejor?

Así me dará tiempo para despejar a Megan y acompañarla hasta su casa.

- No, no vas a venir tu sola, ya te lo dije una vez.
- Pero Harry...
- Samantha, no vas a venir sola. -Me interrumpe.
- Harry, estoy con Megan -digo rápidamente antes de que me vuelva a cortar.

Oigo un suspiro cansado cual hace que me relajarme y me dejo caer cuidadosamente en la silla de nuevo, mientras masajeo la parte de atrás de mi cuello con la mano libre. Necesito dejar de estar tensa, tan solo es su voz, ni si quiera le tengo presente.

- No hay problema, la llevaremos a su casa en mi coche.
- ¿Y no se puede venir con nosotros? -No sé si quiero tener respuesta a esa pregunta.
- ¿Acaso te da miedo estar a solas conmigo?

Trago saliva. Es increíble lo que este hombre me puede llegar a causar.

- Dentro de media hora voy a recogerte -dice con tono jocoso pues sabe perfectamente como mi cara ha tornado del color blanquecino al rojo intenso después de oír ese comentario.
- Esta bien -suspiro y cuelgo.

Miro la pantalla del móvil hasta que se oscurece y me hace salir de mi pequeño trance. Quiero saber por qué tiene mi número y cómo lo ha conseguido. Vuelvo a levantarme de la silla dejando el móvil en la mesa, giro mi cuerpo y descubro a Megan mirándome con su cara inquisitiva mientras que se alza sobre sus codos. ¿Y esa cara a qué viene?

- ¿Qué? -Pregunto analizando su rostro.
- ¿Cómo que si yo me puedo ir con vosotros? ¿Qué quería?

Me aparto el pelo y lo llevo hasta detrás de mi oreja a la vez que camino hacia mi cama y me siento con mi amiga.

- Venga, escúpelo. -Me exige Megan.

Vuelvo la cara hacia ella pensando en si debería contarle que Harry quiere verme, ¿y si me dice que no lo vea por motivos cuales no me dirá?

- Era Harry.
- Si, por supuesto que era Harry, no había más que verte la cara.
- ¿Tanto se me nota?
- Cuando te gusta alguien se nota, pero con Harry se nota más.

Pues si, me atrae, no sé si decir el termino ''gustar'' es el apropiado, o puede que sea el adecuado. Y no quiero que me guste, pero es así.

- No me gusta y vístete, estará aquí dentro de media hora -opto por mentir y cambiar de tema. ¿Si me engaño a mi misma duele menos?

Si me engaño duele más.
Me levanto de la cama y voy hacia mi armario para buscar algo de ropa antes que Don Bipolar llegue a mi casa.

- ¿Pero qué dices? -Megan rueda por la cama para llegar hasta mi y me inmoviliza con los pies puestos en mis rodillas -. Te gusta Harry, no me puedes mentir.

Suspiro y miro sus grandes ojos azules. ¿Por qué será tan cabezota? Una voz en mi interior me susurra que la cabezota aquí soy yo, pero hago caso omiso de ese murmullo.

- Vístete.

Pone los ojos en blanco y me quita los pies de las rodillas para que pueda caminar sin peligro a caerme.

Después de veinte largos minutos de silencio en mi habitación, Megan y yo, estamos listas para salir. Tengo el pelo casi planchado, la verdad es que no tenía muchas ganas de dejarlo todo igualado porque casi lo tengo liso sin contar mis puntas y tampoco quería parecer que me he puesto guapa para él, aunque en realidad es así. Llevo unos pantalones vaqueros de talle alto muy entallado y una camiseta blanca de tirantes introducida por dentro del pantalón. Apenas llevo maquillaje, solo un poco de rimel en las pestañas, pero no mucho, solo para no aparentar la tía con sueño que soy por no haber dormido lo suficiente esta noche.
De repente mi móvil se ilumina en la mesa y voy casi corriendo hacia él. Sé que Megan me esta mirando con el entrecejo fruncido, pero lo de salir corriendo hacia el aparato ha sido involuntario.

Estoy aquí, salid cuando esteis listas. - H

El corazón no deja de golpearme el pecho rápidamente y aprieto el móvil entre mis manos para reducir mi tensión. Odio que me ponga nerviosa.

- Megan -señalo la puerta con la cabeza mientras cojo mi chaqueta negra de la cama.

Ella esta perfecta, como si hubiera dormido veinticuatro horas seguidas después de una relajante ducha de agua caliente. Por no hablar del vestido rojo ceñido cual marca cada una de sus curvas. Siento como un pequeño pinchazo de celos en el pecho, pero es irracional pues Megan no siente nada por él, pero quizás Harry si que la vea guapa. Agito mi cabeza y cierro la puerta de mi habitación por detrás de mi. Tengo que dejar de pensar esas cosas.
Megan abre la puerta de la casa y yo me encargo de cerrarla con cuidado, mis padres siguen dormidos y estoy rezando para que no se hayan despertado o para que no lo hagan mientras que nos marchamos, sería muy épico de ver las caras de mis padres si supiesen con quien me marcho y a estas horas. La puerta hace un pequeño «clic» al cerrarse y yo vuelvo a respirar con normalidad, o eso pensaba, pues cuando me giro veo a ese increíble hombre observándonos por la ventanilla de su Range Rover y mi corazón se  dispara. Dios, no era consciente de las ganas que tenía de verle.

- Este hombre está loco, ¿cómo se le ocurre venir? - Dice Megan examinando su coche con ojos achinados.

La miro antes de volver el rostro hacia Harry. No sé los motivos por cuales quiere verme, pero me da igual y tampoco sé por qué no puede venir a verme, pero lo hace y eso me hace sentir demasiado bien.
Caminamos hacia su coche y Megan abre la puerta trasera antes de que Harry se baje del coche para ayudarnos, supongo que eso será una medida de cautela por parte de Megan. Entramos en el coche por la parte trasera y le dedico un ''hola'' seguido de una sonrisa nerviosa que él acepta con otra sonrisa, una gloriosa sonrisa, aunque no dice nada.

- ¿Sabes que eres un capullo, un irracional y un niño chico? - Dice Megan sacando la cabeza por el hueco de los dos asientos de delante -. Bueno, quizás un capullo no, pero irracional y niño chico si.

Quiero reír, pero será mejor que me aguante. Harry deja escapar una carcajada suave mientras gira la cabeza hacia Megan.

- Controla esa boca hasta que te lleve a casa o vas andando, tú decides -habla con una sonrisa adornando su bello rostro.
- No eres capaz -Contraataca Megan.

Harry se encoje de hombros y arranca el motor.

- Supongo que no querrás averiguarlo -pone el coche en marcha y Megan cae hacia atrás.

Es la primera vez que veo como alguien hace callar a Megan y recordaré esta fecha hasta el día en que me muera, ha sido demasiado divertido.
El viaje hacia la casa de mi amiga es dolorosamente silencioso y demasiado rápido para no haber nadie en la carretera, ¿por qué va tan rápido? Tan solo son las siete menos cuarto de un domingo y Harry va como si fuese un corredor de Formula 1. Es un peligro en carretera.

- Tío, nos vas a matar, afloja -dice mi amiga mientras gira de posición con la cabeza apoyada en mi regazo, es tan perezosa.

Siento cómo su mirada se fija en mi de vez en cuando a través del espejo y no puedo retener las ganas de alzar la vista y observarle. Seré egoísta, pero quiero dejar a Megan en su casa lo más antes posible.
Aparca delante de la casa de Megan después de que pudiese llegar con mis indicaciones y, de por suerte, no haber matado a nadie. Ella me da un abrazo antes de bajarse y dedica a Harry un ''adiós campeón'' sin ánimo de ofender aunque se notaba que era otra pullita más.

Al fin solos. Y que incómodo.

- ¿Dónde vamos? -pregunto mirando como los árboles pasan a gran velocidad a través de mi ventana, me marea observarlos todos de uno en uno, aunque me encanta.
- Al lago.

Mmm, que voz más ronca tiene.

- ¿Para qué?
- Ya lo verás -sonríe y coge una desviación por un camino lleno de gravilla y baches.

Sé mas o menos por dónde estamos, si giramos hacia la izquierda podemos llegar a casa de Harry y si vamos por donde estamos podemos llegar hacia la parte trasera de su casa, hacia el lago.
Finalmente aparca el vehículo entre unos matorrales y sale rápidamente para abrirme la puerta, como un caballero. Planto mis pies en el suelo y quedo reducida bajo su altura y su fibroso cuerpo, es tan deseable.
Pone una mano sobre mi cintura para indicarme que me eche un poco hacia delante y así poder cerrar la puerta, el problema es que si lo hago me choco contra su torso, aunque pensándolo mejor, ¿qué problema hay? Hago caso de sus indicaciones y me junto a él. Siento como presiona más fuerte mi cadera cuando me siente a su lado, admito que yo también le estoy cogiendo con fuerza, es algo inevitable para ambos, o esa es mi sensación.
Le he dado tantas vueltas a la cabeza esta noche que ahora resulta gracioso que mi mente se haya quedado en blanco, es totalmente injusto, no me deja racionar pues cuando estoy con él quedo atrapada en el peligroso reino de Harry, lugar en el cual soy incapaz de pensar de manera lógica. Me separo de él antes de quedarme aún más embriagada por su aroma suave a canela con un toque fuerte, mmm que olor. Tengo que parecer dura al menos, yo tengo principios, o eso creo. Seguramente si Megan hubiese escuchado eso se hubiera reído muy fuerte, es una puta.

-¿Y -me aclaro la voz algo ronca -. y para qué me has traído al lago?

Observo como Harry se recompone del momento frotándose la parte posterior del cuello con su mano izquierda, que deja a la vista todos y cada uno de sus tatuajes.

- Voy a hacerte fotos.

Mis ojos no se abren más poner no pueden, ¿a hacerme fotos? ¿A mi? ¿A mi por qué?

- ¿A hacerme fotos? -digo alucinando, ¿pero qué habrá pensado para llegar a esa conclusión? Yo no salgo bien en las fotos, lo sé por experiencia. Normalmente de mis cincuenta selfies termino con tres.

Harry cierra el maletero del coche después de haber sacado una mochila de cuero, exactamente la misma  mochila que llevó cuando cuando nos encontramos aquí la última vez, ahora sé definitivamente que estaba haciendo fotos.
Se la echa al hombro, sobre su camiseta negra de tirantes y se acerca a mi. Esta poniendo los pies en polvorosa y maldigo hacia mis adentros, sé lo que puede pasar. Él me rodea la cintura con las manos y me aprieta a él.

- Ayer fui un capullo -murmura.

Mis labios se abren pero no dicen nada. Sus lagos verdes están provocando el efecto deseado en mi. Cual sedante.

- Se supone que no me podía acercar a ti y eso hice. - O intenté hacer -. Lo que tú querías -le recrimino.
- No, yo no quería que hicieras eso -suspira y deja caer su frente en la mía con suavidad.

Mi respiración es demasiado agitada, como la de él y nuestros alientos se funden. No puedo controlar mis nervios, es más, no quiero. Alzo mis manos hacia su pecho y las agarro en su camiseta, quizás para sentirle más cerca, quizás para besarle de una maldita vez.

- Solamente debería dejarte -eso me incita a garrar su camisa con más fuerza sin querer -. Pero no puedo -dice con frustración y fuerza en sus susurro.

Exhalo parte de mi deseo hacia él en un gemido agudo casi imperceptible. Contengo la respiración. Harry me aprieta hacia él y roza con cuidado nuestros labios para aumentar mi deseo.

- Se mi musa.

Doy una exclamación y nuestros labios vuelven a rozarse muy ligeramente, mi cuerpo cede. Levanto mis manos para agarrar su cuello por la parte de atrás. Harry toma mis labios suavemente y lo disfruto como nunca antes, ¿qué sea su musa? Dios. Dejo que nuestras lenguas se entrelacen tranquilamente dándonos un placer casi doloroso. Casi. Él gime y aparta su boca de la mía.

- ¿Eso es un si? -pregunta mirándome intensamente con sus ojos verdes.

sábado, 8 de marzo de 2014

Forbidden - Capítulo 31

Me levanto de mi asiento sin dedicarle una palabra a Megan, cual me mira extrañada, no pienso decirle donde voy ya que estoy segura que intentaría retenerme en mi sitio si lo supiera.

- ¿Sam? -Dice dudosa.

Hago como si sus palabras fuesen insonoras para mi y sigo mi camino hacia la esquina donde estaban el grupo de chicos charlando. Tenía campo libre ya que Harry esta vuelto de espaldas a mi y apuesto lo que sea que está así a propósito, para que no le mire o quizás para que él no me mire a mi, aunque no creo que sea por eso. Este hombre me da  tantas señales contradictorias que mi pobre cabeza no es capaz de seguirle el ritmo. Mi mente es un manojo de dudas en estos instantes, quiero saber por qué me ha dicho que no me acerca a él después de haber pasado un precioso momento juntos, es demasiado irracional y sea lo que sea quiero saber el por qué.  Mientras me voy haciendo paso hacia ellos oigo sus voces más claras, y por un segundo, una estruendosa risa de alguno de ellos me recordó aquella sombría voz que escuché en la nave provocandome un escalofrío de los pies a la cabeza, pero es es imposible, y quizá mi mente me este jugando una mala pasada con el recuerdo de esa desconocida voz. Pero esa risa vuelve a llegar a mis oídos y puedo jurar que es la misma persona que estaba en aquél recinto. Los pies no me reaccionan e intento apartar la vista del hombre que tengo de espaldas, pero no puedo ya que creo que mi corazón y cabeza tampoco quieren funcionar.
Siento como alguien coge mi mano y tira de ella para alejarme de mi destino.

- ¡Sam! ¿¡Qué haces!? -Megan susurra por detrás.

¿Cómo que qué hago? Intento saber que es lo que pasa aquí de una vez, ya que nadie esta dispuesto a confesarlo y por supuesto que yo no me voy a quedar de brazos cruzados esperando a que alguien me diga algo por mutuo propio, pues estoy segura de que eso no no va a pasar. Sin embargo estoy asustada y no se por qué. La verdad es que si lo sé o creo saberlo. Tengo miedo de lo que sea que esconda Harry, ¿y si no me lo quiere decir verdaderamente por mi bien? ¿Y si lo único que realmente quiere es que no me pase nada malo? No puede ser así. No debo hacerme ilusiones. Pero ¿y si tal vez si que fuese de esa manera? Siento como mi cabeza quiere explotar. Suelto la mano de Megan de un tirón y ella frunce aún más el ceño, ¿acaso está enfadada conmigo? Esto es demasiado irónico, la que realmente debería estar enfadada aquí tengo que ser yo. Mi mente va a mil por hora e intentar racionar una idea clara es demasiado difícil. ¿Por qué nadie quiere que descubra nada? Quiero saberlo.

- ¿Tú que crees? -Dejo caer ese comentario mientras me doy la vuelta, pero a Megan parece no bastarle mi comentario así que vuelve a capturar mi mano.
- No, tú no vas a ninguna parte -habla en tono cauteloso. Estamos cerca de estos chicos y si no queremos darle un espectáculo mas nos vale regular nuestro tono de voz.

Muerdo mi lengua antes de que se escape una grosería de la que después pueda arrepenterime, es mi mejor amiga y aunque se este comportando como una completa idiota le debo respeto, al igual que ella me lo debe a mi. Me planto en seco delante de Megan aguantando su malhumorado entrecejo que hace que mis nervios y mi cabreo aumenten sin piedad. Es injusto y ella lo sabe.

- Megan -cojo aire con la boca abierta y susurro -. Por favor... -trago saliva e intento que mi amiga no perciba cuanta aflicción hay entre líneas. Pero ella no es tonta. Ella lo nota.

Megan relaja sus rasgos y mira mas allá de mi, sé perfectamente donde se han depositado sus pupilas. Vuelve su vista hacia la mía y contemplo su rostro buscando alguna expresión, pero no hay nada, esta demasiado seria y mi estómago empieza a retorcerse, ¿qué pasará?

- Simplemente no quiero que te hagan daño. Él intenta que no te pase nada malo, todos lo intentamos, Sam. Su mundo está lleno de riesgos, y esos riesgos son causados por esa gente. -Habla y a mi se me cae el mundo encima -. Por eso no debes acercarte, ya has tenido tu tiempo con él esta noche.

¿¡Qué!? La bilis intenta escalar por mi esófago y siento la necesidad de abrir la boca para capturar el aire que entra a mis pulmones con dificultad. Necesito sentarme. De repente algo en mi mente se activa. Todo este tiempo me ha repetido lo mismo pero en distintas palabras. Él no quería que acercarse a mi, pero sin embargo lo hace. Harry no quería que me acercase a él, pero sin embargo me deja. Harry siempre termina apareciendo por donde quiera que yo este y eso es lo que me deriva a pensar que realmente él esta intentado protegerme. Tiene que serlo. Todos mis berrinches, todas mis malas conclusiones sobre Harry se hacen añicos cuando veo la congoja reflejada en el rostro de mi mejor amiga, tiene que ser cierto. Harry intenta protegerme. ¿Pero de qué?
Siento la necesidad de girar mi cuerpo e ir corriendo hacia él, de abrazarle y decirle lo estúpida que he sido pensando esas cosas sobre él. No me utiliza. De repente me siento mareada y mi boca seca intenta pronunciar alguna palabra, pero no sé qué decir ante esto. Tan solo quiero correr y engancharme en sus acogedores brazos. Esa ha sido mi mayor prioridad desde que sus lagos verdes conectaron con los míos aquella noche. Aunque me cueste admitirlo, y sería una mentirosa si no lo dijese, le necesito.

- Tú... -trago saliva para pronunciar mejor -. Tú sabias que él y yo estábamos arriba. -Afirmo más que pregunto.

Megan asiente levemente con la cabeza cerrando los ojos y suspirando, cuando abre los ojos y me mira puedo percibir un ápice de diversión en su apagado rostro.

- Él chico malo me lo pidió. -Mira hacia Harry y su mirada se congela cuando lo hace.

¿Qué pasa? Dirige sus ojos rápidamente hacia el suelo y susurra con tensión.

- Mierda. Sam, haz como si nada -levanta la cabeza y me coge de la mano para llevarme hacia nuestros asientos, pero antes de hacerlo una voz nos alcanza.
- Pero si es Samantha James -anuncia una voz grave por detrás que me provoca escalofríos. Mi espalda se tensa al percibir cómo mi corazón necesita más espacio para bombear frenéticamente. Lentamente alzo la mirada hacia Megan con la boca medio abierta. Siento pánico ante esa voz. Puedo jurar que es la misma voz del tal Luke que estaba aquella mañana en la nave.

Giro mi cabeza con dificultad, ignorando como mi mente y los ojos de Megan me gritan que no lo haga, para descubrir la figura de un hombre casi pegado a mis pies. Su sonrisa da una percepción engañosa ya que sus ojos oscuros me miran como si fuese una pequeña presa. Su mano se dirige hacia mi y yo soy incapaz de levantar la mía para estrecharla. Dios tengo que aparentar normalidad. Pero estoy demasiado acongojada. De repente un chico alto, moreno y de ojos verdes entra en mi capo de visión por detrás de este grandullón. Vario la mirada rápidamente entre los dos y finalmente la dejo caer en la de Harry. Él me da fuerza.
Yo puedo.
Salgo de mi muro al instante e intento echar mano de la actriz que llevo dentro. Yo puedo hacerlo.

- ¿Y... y usted es? -Necesito tranquilizarme.

Sé que él puede percibir lo tensa que estoy y no se si esa es la razón por la cual se ha tomado unos cuantos segundos antes de responder a mi pregunta.

- Wilson, Jake Wilson. - Estrecha mi mano con una sombra de sonrisa.

¿Jake? Pero esa voz cuadraba perfectamente con la que oí aquella vez y pondría la mano en el fuego por ello. Esa voz profunda y atronadora me resulta inconfundible después de haberme marcado tanto. ¿Y si me está mintiendo? O quizá yo no me enteré bien del nombre pues solo se diferencian en dos letras, aun así no lo creo.

- Encantada de conocerle señor Wilson. -Finjo como nunca antes lo había hecho.
- Samantha -Sonríe y yo siento repulsión por como pronuncia mi nombre entero. El único que puede hacerme estremecer con el sonido de mi nombre entre sus labios es Harry -. Tampoco soy tan mayor como para que me trates de usted.

¿A no?
Este hombre es muy alto, tiene el pelo oscuro y corto echado hacia atrás, un peinado que le quedaría bien si no fuese por la cantidad de gomina que se ha tenido que aplicar para mantenerlo fijo. Los músculos resaltan bajo su camisa blanca abrochada hasta el cuello, sobre lo que le cuelga una corbata negra muy típica de empresario. Desde mi punto de vista este hombre debe de tener unos treinta y pocos, nada comparado con los años que tengo o los que tiene Harry. Hablando de Harry, aún no sé cuantos años tiene, ni él sabe los míos o puede que si. Hay tantas cosas que necesito preguntarle y espero que tengan respuesta sin no derivan en el tema ''prohibido''.

Le sonrío para hacerle entender que así lo haré, puesto que ahora no me salen palabras.

-Había escuchado que la pareja James tenía una hija hermosa, y no se equivocaban para nada -alza mi mano aún sujeta entre la suya y deposita un beso sobre mis nudillos e intento poner buena cara ante ese gesto aunque me muera del asco.

Harry sigue mirando con calma cada uno de los movimientos de Jake por detrás, no obstante cuando levanto mi vista para observarle me doy cuenta de que contempló como ''su amigo'' dejaba un beso sobre mi mano. Puedo jurar que está echando humo en estos momentos y una parte de mi se siente genial,. Vale, puedo parecer una cría, pero nunca le he visto celoso y no sabía que yo le causaba tal sentimiento.

Separo mi mano de la suya en cuento la suelta y me la escondo por detrás del vestido para restregar mis nudillos contra él. Que asco. Si lo que intenta es flirtear conmigo la lleva clara.

Megan y yo nos miramos en cuanto Jake nos deja a solas e intercambiamos unas miradas rápidas de «¿a qué a venido eso?» antes de ir a la mesa correspondiente para cenar.
Vuelvo a mirar hacia donde había estado segundos antes Harry, pero ahora no quedaba rastro de él en aquel lugar, ¿dónde se había metido?

La noche pasa muy despacio para mi. A veces hablo con mi amiga de cosas insignificantes, ella intenta despejar mi mente de todo pensamiento pero no lo consigue, nadie excepto Harry podría lograr que mi cabeza dejase de dar vueltas. Apenas probé los platos que mi madre encargó al catering y eso era raro en mi, pues siempre me había gustado comer y la comida estaba deliciosa, mas mi estómago se había cerrado, ese hombre con sus enigmáticos ojos oscuros me había quitado por completo el apetito, por no hablar de la necesidad que siento de ir a ver a Harry. Es demasiado frustrante.
Desde me he sentado en la mesa no he dejado de buscarle con la mirada pero no le he podido encontrar, hay mucha gente y el salón es demasiado grande.

No sé cómo no me he dado cuenta antes, quizás la necesidad que siento por ocultar lo que Harry me provoca puede más que el poder de pensar las cosas correctamente. Es decir, si él no me importase ahora mismo no estaría hecha un completo lío, eso es lo que me hace darme cuenta de lo que me importa, me importa como alguien más que un amigo. Me importa por la manera en la que me toca, como besa mis labios con cuidado antes de maltratarlos con los suyos hasta que me hace perder la razón de ser y por lo que me hace sentir ya que nadie había logrado remover tanto mis sentimientos como lo hace él. Quiero volver a estar a su lado y besar cada una de las partes de su hermoso cuerpo, quiero preguntarle si algún día me dirá la verdad, en caso contrario todo esto lo sacaré yo sola.

La noche terminó más tarde de lo que pensaba. Todos los invitados se estaban marchando cuando decidimos subir a mi cuarto para estar a solas Megan y yo. Le había pedido, o más bien suplicado, que esta noche se quedase conmigo y ella aceptó sin reproches. Es consciente de lo mucho que necesito a alguien a mi lado en estos momentos, sino me volveré loca por tanto darle vueltas a algo que no tiene respuestas. O al menos para mi.

Cuando me desvisto y me quedo en ropa interior dejo a Megan en mi cuarto y salgo hacia el baño para cepillarme los dientes. No tengo ganas de ponerme un pijama, hace demasiado calor como para eso.
Enciendo la luz que palpita unas cuantas veces antes de alumbrar y una vez encendida entro al cuarto de baño cerrando la puerta detrás de mi. Saco mi cepillo de diente del baso y le hecho un poco de pasta de dientes para después pasar el cepillo por debajo del grifo abierto. Me lo meto en la boca y alzo la vista hacia el espejo. Empiezo a trazar círculos sobre mis dientes a la vez que observo mi reflejo en el espejo. Me siento cansada, totalmente derrotada y en mi espejo se refleja la verdad de mis pensamientos. Harry me hace mal, pero a la vez es el único que me hace sentir cada uno de los pinchazos que emanan de mi pecho provocados por él. Es el único que ha podido acaparar mi pensamiento durante tanto tiempo y eso me deja totalmente sorprendida, jamás me había pasado con nadie e incluso pensaba que este sentimiento no podía ser verdadero, que tan solo pasaba en las películas y que la gente demasiado atrevida lo confundía con la pasión que desencadena el tener a alguien que se sienta atraído por ti. Pero este sentimiento existe y no solo está causado por la pasión que siento hacia Harry. Y quiero saber si a él le pasa lo mismo o tan solo soy algo que le gusta.

¿Qué me está pasando contigo, Harry?

Me enjuago la boca y seco los rastros de agua y pasta de dientes con la toalla. Al bajar la tela por mi cuello para deshumedecer algunas gotas que habían caído por mi cuello, noto como algo me incomoda al pasar la toalla por ese lugar, aparto mi pelo y me acerco al espejo para verlo mejor. Pero ¿qué? ¿Un chupetón? Sonrío mientras se me escapa otra mueca de dolor al pasar mis dedos por la marca. Será bruto, me ha dejado marcada. Aunque no puedo negar que me encanta.

Salgo del cuarto de baño tapándome la marca del cuello con la mano. Palpar el sitio por donde ha pasado sus labios me hace sentir hormigueos sobre las yemas de mis dedos. Entro al cuarto y Megan se sorprende al ver el rastro de sonrisa que no puedo evitar borrar de mi rostro.
Me mira con una ceja levantada y yo destapo la marca para que la observe a lo «se mira pero no se toca».

- ¿Quién... -Megan abre los ojos como platos -. ¡Harry!

Sonrío agachando la mirada y camino hacia la cama para tumbarme junto a mi amiga cual me espera impaciente, supongo que ahora le tendré que contar cada detalle de nuestro encuentro y la verdad es que quiero hacerlo, por lo menos si le recuerdo, será como si una parte de él estuviese aquí conmigo.



***


A la mañana siguiente me despierta el estruendo de mi móvil sonando en el escritorio. Me remuevo quejándome y haciéndome la perezosa antes de que la mano de Megan fuese a parar a mi cara para despegarme.

- Apagalooooo -Protesta arrastrando las palabras.

Me levanto y voy hacia el escritorio resfregandome los nudillos vagamente. Joder, ¿quién llama a estas horas de la mañana? Cojo el móvil y lo atiendo sin ver quién es ya que mis vista sigue negándose a ponerse clara a causa del sueño, pues esta noche no he pegado ojo.

- ¿Diga? -Digo con mi voz mañanera.

Su risa me hace despertar todos mis sentidos cansados. Es él, ¿y cómo tiene mi número de teléfono? Ay Dios, me da igual, tan solo quiero escucharle una vez más. Mi corazón golpea con fuerza y mi cara refleja lo muy descompuesta que me ha dejado esta sorpresa, menos mal que no lo tengo delante, no quiero que vea como mi cara se pone de todas las tonalidades de rojo posible.

- Hola, ¿te he despertado, no? -Responde e imagino una sonrisa adornando su rostro.
- Hola Harry. N-no pasa nada, ¿qué pasa?

Deja escapar un suspiro y me derrito al imaginarle.

- Necesito verte, ahora.




----------------------------------------------------------------


[COMENTAD QUE OS HA PARECIDO ESTE CAPÍTULO AQUÍ O POR MI TWITTER @BACKFORBRITISH, Y SI OS GUSTÓ RECOMENDARLA, POR FAVOR, ES MUY IMPORTANTE] [SI QUERÉIS SEGUIR LEYENDO FORBIDDEN, MANDADME UN TWEET A MI TWITTER Y OS AVISARÉ CADA VEZ QUE SUBA UN CAPÍTULO NUEVO] [GRACIAS POR LEER]

sábado, 1 de marzo de 2014

Forbidden - Capítulo 30

Quise incorporarme apresuradamente para buscar la ropa desperdigada por todo el suelo de mi habitación, rezando para que los tacones no hiciesen mucho ruido al chocar contra el parquet de madera, y así hubiese sido si él no me hubiese lirado del brazo para dejarme caer de nuevo a su lado. Mierda. De un momento a otro nos echarán en falta y estoy segura de que el primer lugar donde mirarían sería en mi cuarto, sin dar tiempo a Megan para que los entretenga, puesto que estoy segura que ella sabe donde estamos nosotros ahora. 

- ¿Adónde vas? Aún no he terminado contigo. -Pasó una pierna por encima de mi y se incorporó sobre ella mientras ponía cada una de sus manos a cada lado de mi cabeza. Si lo que pretende es que me vuelva loca lo está consiguiendo; tenerle así, encima de mi, con aquellos músculos marcados en sus brazos adornados con tinta negra me deja maravillada. Por más que lo miro no puedo imaginar que todo él sea real.
- Harry, no podemos -puse demasiado esfuerzo para que mi voz sonase imponente y no reflejase cuanta lujuria y deseo llevaba entre líneas, realmente no quería parar en aquel momento -. Todos están abajo y notarían nuestra ausencia.
- No si somos rápidos -mi mente decayó al segundo. Sus labios encontraron los míos sedientos por los suyos, cuales moldeaban y guiaban mi boca al ritmo lento, pero a la vez de infarto, que él imponía. Empleé todas mis fuerzas mentales para librarme de ese beso, sin embargo, no conseguí hacerlo ya que me estaba llevando al séptimo cielo. Harry bajó su mano derecha hacia mi mandíbula y la sujetó contra la suya para inmovilizarme aún más. Una de las pocas cosas que he podido verificar sobre él es como le gusta tener el control de la situación, siempre intenta estar al mando y cuando se le va de las manos hace la primera locura que se le venga en mente para tratar de solventarlo, como aquella vez que pegó a ''uno de los suyos'' por mi, como aquella vez que me salvó, literalmente, de aquellos motoristas de la nave en la cual yo no debí entrar, aunque no siento ningún remordimiento acerca de haber estado ahí, tan solo me siento culpable de haber puesto en peligro a mis amigos, o por lo menos a quien considero mis amigos ya que no sé lo que Harry es para mi.
Cuando se asegura de que me tiene completamente cautivada por él aparta sus manos dudosamente de mi cara para girar hacia mi derecha y quedarse tumbado boca arriba, como yo. ¿Por qué ha parado? Y lo qué me inquieta más, ¿por qué me importa tanto que haya parado?

- No me gusta que seas tan adictiva -susurró su pensamiento.

Giro mi cabeza hacia él y mi cuerpo le sigue para enroscarse al rededor de su deslumbrante torso. Harry parece confundirle mi cariñoso gesto por unos segundos, antes de pasar una mano por mi espalda y abrazarme entre sus fuertes brazos, dejo caer un leve suspiro y beso su pecho. Jamás había imaginado que podría sentir tan bien el abrazo de alguien. Alzo un poco mi cabeza y así dejar un rastro de caricias y besos hasta su clavícula para al fin levantar mi mirada hacia sus ojos verdes cuales me miran sin perder detalle, completamente abstraído en mi y en mis besos. Quizás debería hacerle caso a mis sentimientos y obviar lo que mi cabeza dice a gritos «¡Sepárate de él!», hay algo dentro de mi que me recuerda a cada segundo lo peligroso que puede ser esto, podría hacerme daño, y ese algo también lo siente él, lo sé, lo sé por la forma en la cual me mira como si fuese un pequeño y frágil objeto de cristal, como si quisiera cuidar de mi en cada momento sea cual sea la causa y creo que estoy dispuesta a dejarle hacerlo, con tal de poder saber algo más sobre él.
En mi cabeza llena de dudas hay una que sé definitivamente que esta resuelta y es que él se está volviendo algo adictivo, también para mi, que no quiero dejar de probar, por muy prohibido que estés, Harry. 

- ¿Dónde te habías metido? -Pregunto mirando fijamente a sus ojos.

Él sonríe melancólicamente mostrando sus hoyuelos lo que me provoca una sonrisa involuntaria a mi también. Que guapo es, por favor.

- Donde siempre estoy -dice mirando hacia algún lugar perdido entre las vista de mi ventana cerrada.
- ¿Por qué  siempre te apartas?
- No merece la pena que te comas la cabeza preguntando algo que sabes que no va a tener respuesta, Samantha.
- ¿Por qué no? -Vuelvo a preguntar con la misma esperanza de antes, nula.
- Samantha, olvídalo.

Harry es demasiado paciente conmigo y eso me gusta. Finalmente desisto, es pelear por pelear y ahora mismo no tengo ganas de eso, tan solo quiero quedarme así durante muchísimo tiempo, encarcelada bajo sus brazos.

Alguien sacude el pomo de mi habitación y nos saca dolorosamente a ambos de nuestro bonito momento. Doy un brinco sobre la cama y Harry me inmoviliza tapándome la boca con su enorme mano, haciéndome notar el olor a plata del anillo que tenía en el dedo pulgar. Le miro y observo que tiene una media sonrisa, de nuevo viene a mi mente su frase ''esto va a ser divertido''.

- Sam, ¿estás ahí? -La voz de mi madre resuena a través de la puerta cerrada.

Sin dejar de mirarnos, Harry, baja su mano de mi boca y articula un ''dile que ahora bajas''.

- Aho... ahora abajam¡Bajo! Ahora bajo... -Mierda, esto me pasa por hablar mirando a los ojos de Harry.

Harry intenta controlar una risa y niega con la cabeza a la vez. Menudo fallo, habrá pensado que soy tonta o algo. Aquella sonrisa provocó algo en mi interior que me incitaba a llevar mis labios hacia los suyos, no obstante controlé mis instintos primarios. Sé que si le beso de nuevo podría llevarme hasta la saciedad.

- ¿Estas bien, hija? ¿Por qué has echado el pestillo?
- Si, eh... ya sabes, hay mucha gente y cualquiera podría entrar a mi habitación sin avisar -hablo en doble sentido, un doble sentido que solo Harry podría entender y así lo hizo por como me sonrió.
- ¿Quién podría subir? Anda baja, ya han llegado todos los invitados y vamos a empezar a cenar.
- Está bien, ahora bajo.

La cara de Harry cambió por completo de una sonrisa a un semblante sin expresividad, ¿que pasa? ¿Era por mi metedura de pata? Pero si no se ha notado tanto.

- Eh, ¿qué pasa? - Susurro alzando una mano hacia su pecho, pero él la baja de nuevo a su sitio. Ya empezamos, ¿ahora qué pasa? Arrugo el ceño y por la forma de mi mueca sabe que quiero una explicación.
- Vístete. -Ordena señalando el vestido.

Por mas que busco en su rostro un ápice de sentimiento no encuentro nada. De repente se ha vuelto tan distante.

- Estupendo, Don bipolar ha vuelto. -Le dedico una mirada seria antes de levantarme de la cama y separarme dolorosamente de él para buscar la ropa.

Recogí el vestido y me lo coloqué por la cabeza con cuidado de no revolverme más el peinado, más de lo que ya de por sí estaba. Mientras me ocupaba en volver a parecer una persona decente podía sentir la mirada punzante de Harry quemando mi espalda, él se había quedado en la cama en todo momento observándome, pero yo no había tenido el valor suficiente de girar la cabeza hacia donde se encontraba, volvía a tener la cabeza llena de dudas y eso me hacía sentir algo extrañamente incómoda. ¿Por qué de repente se ha vuelto tan raro? Debe tener un trastorno, es la única cosa que se me ocurre ante eso. Pude oír los pasos de Harry recorriendo la habitación en silencio, incluso pude percibir como el ambiente a mi alrededor se cargaba de energía cuando se acercaba a mi haciendo que mi corazón bombardease incontroladamente con más fuerza. Sus manos volvieron a posarse en mi cintura haciéndome estremecer, da igual cuantas veces me toque o me mire, siempre me siento en los siete cielos cuando lo hace y eso es algo que necesito evitar aunque no puedo, no soy fuerte cuando él está cerca de mi, no soy lo suficientemente fuerte. Su cabeza se coló por el hueco de mi cuello y echó la mía hacia un lado sutilmente para depositar un rastro de besos húmedos desde la base del cuello hacia detrás de mi oreja, pero ¿qué hace? Los gemidos son liberados de mi garganta mientras que busco sus manos en la cintura y entrelazo mis dedos fuertemente con los de él. Dios, este hombre me va a volver loca... De repente me besa, luego no deja que le toque y ahora me hace estremecer de placer ¿qué le pasa? Esto es lo que me hace replantearme si realmente es bueno o no es bueno para mi, aunque no puedo evitar caer a sus pies, diga lo que diga, haga lo que haga.

- Ten cuidado con lo que dices y a quién te pegas esta noche -susurra en mi oído.

Abro los ojos y me doy la vuelta algo aturdida por sus dulces besos, cuando lo hago me percato de que se ha puesto los pantalones y la camisa, faltandole los últimos cuatro botones por abrochar, finalmente, lo que me hace perder el control sobre mis pensamientos es cuando fijo mi vista en sus tatuajes.

- Haz como si nada de esto hubiera pasado.

Levanto mi mirada hacia su rostro a la vez que aspiro por la boca, ¿cómo que actúe como si nada de esto hubiese pasado? ¿Qué? Su rostro luce apagado, algo triste o angustiado diría yo, o quizás son imaginaciones mías aunque no lo creo.

- ¿Qué? ¿Qué dices? ¿Cómo que nada de esto ha pasado? ¿Harry estas de bro... -Él me interrumpe.
- Samantha -se agachó hasta mi altura y me cogió de la mandíbula, obligándome a seguirlo con la mirada -. Es mejor así, no te acerques a mi esta noche, soy un extraño y esto nunca ha pasado.

¿¡Qué!?

- No -digo más alto de lo que creo y Harry abre los ojos de par en par -. Esto si que ha pasado, por Dios, deja de jugar conmigo -las lágrimas empezaban a aflorar en mis ojos.

Harry niega con la cabeza antes de darme un impresionante beso en mis labios cual me deja completamente sin respiración.

- No juego contigo, jamás haría tal cosa, tan solo no lo comprendes Samantha -habla con nuestras frentes juntas.
- Pues explícamelo. -Intento que las lágrimas no vayan a más.

Y ese sentimiento de soledad y angustia vuelve a apoderarse de mi pecho, otra vez no.

El silencio de la habitación se rompió por un profundo suspiro arrancado del pecho de Harry, dos segundos después me confesó que no podía contármelo y se marchó de mi cuarto y con él se fue una parte de mi, dejándome con un profundo vacío en mi interior. Otra vez vuelve a hacerme lo mismo, como si no significase nada para él, como si tan solo fuese su juguete sexual, algo que tiras si te cansas de él y lo mejor es que soy tan imbécil que dejo que me trate como tal. Maldita sea ¿Por qué?

Seco mis lágrimas y rehuso el pensamiento de volverme a maquillar ¿para qué? Ya no tengo nanas de nada, es más, ni si quiera sé si podré ser lo suficientemente valiente como para enfrentarme a Harry, no se si seré capaz de bajar ahí abajo y encontrarme con él de nuevo, le odio, juro que le odio. ¿Cómo puedo ser tan estúpida? Siempre me hace lo mismo y yo le dejo, incluso me miento a mi misma, si, sé que lo hago, pienso que Harry siente algo por mi, que en el fondo no quiere que me pase nada malo, pero es él el único que me hace daño, mintiéndome, ¿el qué no quiere que sepa? Nada, tan solo será una excusa para borrar su sentimiento de culpa por utilizarme. Me usa y me deja tirada después, así se las gasta Harry.

- ¡Sam! - Megan aparece por la puerta de mi habitación.

Giro mi cuerpo hacia ella y la enfilo con la mirada, Megan también ha tenido que ver en esto y me las va a pagar por partes iguales.

- ¿Estas de parte de Harry? -Pregunto sin dejarle hablar.

La expresión de Megan es de completa confusión, pero al instante cae en la cuenta y abre los ojos como platos, parece muy asustada.

- ¿Te lo ha dicho?
- Yo he preguntado antes.

¿Me ha dicho el qué? ¿Que se supone que le importo pero después me dice que haga como si no le conociera? Si, me lo ha dicho y me lo ha dejado suficientemente claro.

- ¿Qué? Por supuesto que estoy de parte de Harry -Dice como si aquello fuese lo más normal del mundo -. ¿Acaso tú no?

Aquello me deja totalmente descolocada, ¿mi mejor amiga está departe de él, del chico que está rompiendo mi corazón? No me lo puedo creer y esto hace que dude por unos instantes que estemos hablando de lo mismo, no obstante no voy a preguntar mi duda, no tengo ganas de hablar y no me importa nada, quiero estar sola.

- Vete, por favor. -Decirle esto a mi mejor amiga no es un buen trago.
- ¿Sam...? -Megan da dos pasos hacia mi pero yo retrocedo -. ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que te ha dicho? -Definitivamente no estamos hablando de lo mismo.
- ¿Qué es lo que me tenía que haber dicho?

Megan abre la boca pero antes de que diga algo escucho la voz de mi madre.

- ¡Samantha! -Grita desde la escalera. Megan captura mi mano para sacarme a rastras de mi cuarto.
- Ya hablaremos de esto después, pero por si acaso no te lo ha dicho ya te lo digo yo -se para antes de bajar la escalera y me mira detenidamente -. Ni se te ocurra acercarte a Harry, ya habéis tenido vuestro tiempo por esta noche y con eso debe de valerte -vuelve a girarse y bajamos la escalera corriendo, antes de que mi madre nos de otro de sus gritos.

Mi cabeza es un completo descontrol en este momento, busco tan solamente una buena razón para todo esto, pero no encuentro ninguna y no se si quiero encontrarla ahora mismo.

Entramos al salón plagado de gente, si pensaba que antes estaba lleno ahora está a rebosar ¿desde cuando mis padres conocían a tantas personas? Menos mal que nuestro salón era bastante grande, lujo que mis padres se podían permitir al ser casi los dueños de una gran empresa.
Bajo mi cabeza para no encontrarme con él y dejo que Megan me guíe por la sala hasta nuestros respectivos asientos juntos, saco la silla y me acomodo en ella al igual que Megan hace con la suya. Mi pie estaba dando saltitos incontrolados junto a mis dedos haciendo un ritmo nervioso sobre la mesa que Megan logró parar antes de que hiciera un agujero en ella o en el suelo.

- Cálmate, tía -susurra soltando mi mano y cogiendo la botella de agua para servirnos a las dos.

Hago una señal con la mano para indicarle que no quiero agua.

- Prefiero cocacola.

Ya que no me gusta beber alcohol delante de mis padres tendré que saciar esta angustia con algo mejor que agua.

- ¿Cocacola para que te pongas más nerviosa? Me parece que no Sami.
- Que no me llames Sami -digo con indignación.

Oigo como ella suspira y yo giro mi cabeza hacia el otro lado mientras apoyo mi mandíbula en la palma de la mano, no quiero tener otra pelea y menos con ella, nuestras disputas son las que más me agotan puesto que Megan siempre o casi siempre lleva el sentido moral de la situación y yo me limito a ser la cabezota que lo ve todo a su manera, aunque siempre termino dándole la razón. Ahora estoy demasiado cabreada como para eso.
Alzo mis ojos temerosos por encontrarse con los Harry, pero justo donde estoy mirando no hay ningún rastro de él y no se si eso me gusta o me disgusta. Sigo oteando la sala por mera curiosidad, veo algunos empresarios charlando con otros de su misma categoría, algunos ríen, otros dialogan de lo que debe ser algo ''importante'' pues sus caras reflejan la seriedad del asunto. Pf, trajeados, siempre tan formales y dándole importancia hasta a el más mínimo detalle, como lo son mis padres.
Repentinamente veo como un grupo de jóvenes entran al salón desde el patio trasero, acompañados de dos hombres de mediana edad, parecen muy jóvenes como para llevar algún tipo de empresa como la de mis padres o cualquier prototipo de jefe de negocios, entonces ¿quienes son y qué hacen aquí? Achiné un poco la vista y recorrí mi mirada por cada uno de ellos hasta encajarla en unos ojos verdes que estaban anteriormente mirando los míos, de nuevo siento ese pinchado recorriendo todo mi ser, está ahí. Es Harry. Aparté la mirada rápidamente aunque ya no servía de nada, me había pillado mirándole y por la cara que ponía me advertía que dejase de observar.

- Disimulas bastante mal -Megan susurra -. Qué te he dicho antes, que hagas como si nada.
- ¿Quienes son? Los conoces, ¿verdad?

Ella negó con la cabeza y se negó a contestar. Su actitud despectiva aumentó aún más mi curiosidad.

- Megan. -Le advertí.

Volví a mirar al grupo que había entrado al salón para aclarar mis dudas, quizás es por ellos por los cuales no puedo acercarme, y si es así, quiero descubrir el por qué, ya que Megan y Harry se niegan a hacerlo.







Hola :) 
Quería disculparme por tardar tanto en subir un nuevo capítulo de Forbidden pero he tenido una semana agobiada con los exámenes y aparte mi inspiración había decaído por completo.   Sé que algunos os habéis molestado y por eso intentaré subir más regularmente, aunque también pido algo de compresión por vuestra parte, cosa que estoy segura que la mayoría lo hacéis. Así que gracias por ser tan pacientes conmigo. Besos :)


[COMENTAD QUE OS HA PARECIDO ESTE CAPÍTULO AQUÍ O POR MI TWITTER @BACKFORBRITISH, Y SI OS GUSTÓ RECOMENDARLA, POR FAVOR, ES MUY IMPORTANTE] [SI QUERÉIS SEGUIR LEYENDO FORBIDDEN, MANDADME UN TWEET A MI TWITTER Y OS AVISARÉ CADA VEZ QUE SUBA UN CAPÍTULO NUEVO] [GRACIAS POR LEER]