One Direction Novelas



Blog dedicado a publicar novelas (fan fictions) de One Direction. Soy @backforbritish y soy la autora y propietaria de todas las novelas que se publican en este blog.

( - TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS - )

SI TENÉIS TWITTER MANDADME UN TWEET DICIÉNDOME QUE OS AVISE CUANDO SUBA UN CAPITULO NUEVO.

Espero que os guste:

domingo, 11 de octubre de 2015

Forbidden - Capítulo 44

-¡Esta despierto!
    Oigo los gritos de Megan desde la habitación. Entra corriendo acompañada de una doctora algo canosa y regordeta, cual lleva unos informes en la mano.
-¿Se acaba de despertar? - Pregunta la doctora millones de veces más tranquila de lo que estamos Meg y yo.
- Si, sisisisisi, ahora mismo - Se anticipa a decir mi mejor amiga.
    Miro los pesados ojos azules de Parker clavados en los míos con un leve rastro de dolor, aprieto fuerte su mano y con la otra paso mis dedos por su cabello mientras le sonrió y le doy la bienvenida, casi estoy llorando.
    La doctora repasa las bolsas de suero, las máquinas, las vías de la mano y todo parece en perfecto estado ya que no se alarma y eso nos tranquiliza.
- ¿Cómo estas, cielo? - Se le acerca y saca una pequeña linterna de su bolsillo para darle un pequeño fogonazo en ambos ojos.
   Parker hace el intento de hablar, pero no puede, parece que haya pasado una semana sin beber agua. Tiene la mirada algo ida, parece atontado y no me extraña pues le tienen hasta arriba de medicamentos para el dolor.
- No te preocupes, no hagas ningún esfuerzo ahora mismo. - Le sonríe. - Chicas -alza la mirada hacia nosotras - ¿Podéis salir un momento conmigo?
    Nos miramos algo perdidas y puedo oír el leve susurro de Meg diciendo que si mientras mis ojos vuelven a observar a Parker, no soy capaz de soltar su mano, es como si me diera miedo soltarla, miedo por si la suelto y vuelve a irse. Meg me coge del codo y me separa de él, dejo reposar su mano en la cama y por un instante noto cómo me la aprieta.
- Parker... - mis lágrimas florecen. Me acerco a él y deposito un pequeño beso en su frente.
- Se pondrá bien. - Habla Megan, cogiéndome de la mano para tirar de ella amablemente.
    Salimos de la habitación a la vez que entran otros dos enfermeros en la habitación. Seguimos a la doctora hacia un sitio más reservado e insiste en que nos sentemos mientras ella se coloca a mi lado. Parece que estuviera buscando las palabras necesarias o no supiera por dónde empezar. Después de unos largos segundos comenta:
-Vuestro amigo acaba de salir de un coma.
    Dicho en voz alta parece aún más fuerte de lo que ya es.
-¿Sabéis lo que conlleva? - Sigue hablando.
    Negamos con la cabeza, la verdad es que esta es la primera vez que las dos pasamos por algo parecido y estamos totalmente fuera del tema.
- Vayamos al grano entonces. Esto no es como sale en las películas, no va a actuar como si jamás se hubiesen hecho daño, no va a despresarse y actuar de igual forma que antes, estará algo aturdido ya que lo primero que debe restablecer su cuerpo son unos ritmos de sueño y vigilia normales. La desorientación es muy común, así como que no recuerde nada del accidente, ni del coma. El proceso de recuperación puede comprender un mínimo de seis meses... hasta años y, según el neuropsicólogo, los episodios depresivos no son tan frecuentes entre los pacientes como entre sus familiares.
   Mi ceño no hace más que fruncirse preocupado a medida que las palabras de la doctora salen rápidamente de su boca. Pensaba que era como... si, como en las películas, como ha dicho, que despertaría, se notaría algo mal pero que en unas semanas se recuperaría del todo y ahora estamos hablando de ¿años? y ¿qué es eso de los episodios depresivos?
-¿A... a qué refiere exactamente con los episodios depresivos entre familiares? -Pregunto apretando la mano de Meg.
-Ahí quiero llegar con todo esto. ¿Ustedes sois amigas del paciente?
    Las dos asentimos a la vez, a pesar de que le dijimos al primer médico que éramos sus familiares.
-¿Y qué hay de su familia?
- No sabemos mucho de ellos desde hace tiempo -Megan interviene.
- ¿Así que solo os tiene a vosotras?
- Más o menos.
- Pues lo único que os pido es que no os podéis venir abajo, sinceramente ahora queda lo más duro y él va a necesitar a gente que le apoye y si no veis los resultados progresivamente no os podéis quejar -nos advierte mientras se levanta para irse, no sin antes darnos otro último consejo -. Recordad que se ha llevado un gran golpe.
    Suspiro y bajo la cabeza mientras veo a la doctora marchándose por el pasillo lleno de sillas casi vacías. Su charla me ha dejado con una presión insoportable en el pecho. Rabia, ira, dolor, enfado, miedo... pena. Es lo único que siento ahora mismo. No sé por qué ha tenido que pasarle esto a él, es un buen chico aunque no con muy buenas compañías.
-Voy a arrancarle los huevos a quien le haya hecho esto, lo juro. -Su rabia habla a través de su expresión fijada en las líneas del suelo. No es capaz de soltar mi mano y yo tampoco soy capaz de soltar la suya.
-No vas a hacer nada. -Le advierto colocándome un mechón de pelo detrás de la oreja.
-¿Cómo qué no? ¿Y por qué estás tan tranquila? - Alza un poco más la voz mirándome desconcertada.
    "Lo que le ha pasado a Parker, no es nada comparado con lo que me podrían hacer a mí… o a ti." Las palabras de Harry no dejan de revolotear en mi cabeza. Quiero salir de esto, por un instante he deseado no formar parte de esto, no saber que ahí afuera hay un coche vigilando a Parker... o a mí, no quiero tener este insoportable dolor en mi pecho recordándome que tengo que ir con pies de plomo, pero así no es cómo son las cosas y si nos ponemos serios, he decidido entrar en este juego por mi propia voluntad, así que si, voy a seguir porque quiero saber, aunque tenga que tener tres mil ojos.
    Cojo aire y lo suelto lentamente.
- No estoy tranquila Meg per...
- Entonces vayamos a saber lo que le ha pasado, seguramente Harry... -me interrumpe.
- ¡No! -La miro petrificada mientras suelto su mano. -No vas a hacer nada de eso.
- ¿Sam?
   Me levanto y paso las manos por mi frente, echándome el pelo hacia atrás.
-Prometelo. -Me giro y la miro. -Promete que no vas a hacer nada porque posiblemente terminemos, y sí, he dicho terminemos, porque no solo te incumbe a ti, también a Harry y a mí, igual o peor que Parker.
-No me pienso quedar de brazos cruzados.
-Ni yo tampoco - niego la cabeza con una media sonrisa sarcástica.- Pero esta no es la manera de resolver las cosas.
    Me encuentro a mí misma dando el sermón que desde hace varios meses me estaban dando a mi casi diariamente, ¿desde cuándo han cambiado los papeles? Se toma varios minutos para decidir algo en su cabeza por la forma en cómo me mira y cómo divaga con sus ojos por todos los lados.
-Te lo prometo.



*Parker se ha despertado, estaba muy aturdido, solo nos seguía con la mirada aunque me ha apretado la mano cuando se lo decíamos, ahora lleva un par de horas durmiendo. Los doctores pasan continuamente a ver cómo anda y por ahora todo va bien.*
   ¿Debería de ponerle ''besos'' o haber sido más cariñosa? Mi subconsciente niega la cabeza. Tendría que estar aquí. Le doy a la tecla de enviar y leo de nuevo el mensaje que le he enviado a Harry, me hubiera gustado preguntare si iba a venir, pero ¿para qué? ¿Para qué me dijese que no y me sentara fatal? Guardo el móvil en el bolsillo de atrás de mi pantalón y me acerco a la barra de la camilla para apoyar los codos encima de esta. Parker duerme profundamente, sus ronquidos son audibles desde la otra parte del hospital, estoy segura. 
-¿Qué te hace tanta gracia? -Pregunta Megan sonriéndome.
   Ni si quiera me había percatado de la sonrisa tan estúpida que debo de tener.
-Sus ronquidos.- Ella ríe y asiente.- Oye Megan, ¿por qué no vas a casa ya? Estarás cansada.
   Meg niega con la cabeza.
-Estoy cansada, al igual que tú también lo estarás pero voy a quedarme un poco más, solo para estar tranquila.
   Noto la preocupación camuflada entre sus palabras, sé que ha dormido muy poco, al igual que yo y al pensar recuerdo la noche anterior y caigo en la conclusión de que aún no se lo he contado y la verdad es que no sé si hacerlo. ¿Me da vergüenza? En realidad no sé de qué manera puede sonar menos fuerte para que no se escandalice y no convierta esta habitación en una investigación a lo CSI, aunque, pensándolo mejor, estoy segura de que se escandalizaría con el mínimo detalle y de que va a exprimirme hasta el más escabroso de estos y ahora no estoy por la labor de pasar esa estallada mental. Niego en mi interior y dejo que la idea e desvanezca entre los demás pensamientos que también llevan la marca de Harry. 
-No te preocupes -me dirijo hacia ella y me siento en el reposabrazos del incómodo sillón que suplantará mi cama por esta noche.- Estaremos bien. 




   El tic tac del reloj parece haber aumentado de volumen en las últimas horas, tan solo siendo interrumpido por algún que otro ronquido del soñoliento Parker. Al fin pude convencer a Megan para que fuese a descansar a su casa, ni si quiera sé cómo he sido capaz de echarla sin la necesidad de llamar a seguridad, supongo que dormir en un hospital no es lo mejor del mundo, aunque la razón de quedarse sí que valga la pena.  
   Contar las cuadrículas que forman el techo se ha convertido en mi nueva distracción pues no quiero seguir leyendo esas tediosas revistas del corazón que ha dejado Megan encima de la mesilla y mi móvil ha muerto hasta que encuentre un cargador. Me incorporo en la silla y suspiro bajando la cabeza mientras observo como mis dedos juegan a enlazarse. Tic tac, tic tac. ¿Por qué no se me ocurrió meter un cargador en mi bolso? ¿Por qué no me traje ningún cuaderno para pintar o un libro para leer?
    Mis ojos lentamente van sintiendo el peso del aburrimiento transformándose en cansancio, de repente el sillón más incómodo del universo se transforma en un acogedor colchón de plumas a medida que acomodo mi cuerpo a él y el martilleante sonido del reloj en un murmullo lejano. En este último momento del día desearía que Harry estuviese aquí conmigo, me tranquilizaría saber que está bien y que no anda haciendo cualquier cosa para acabar igual que Parker. Suspiro y dejo que mis pensamientos se evadan. Es muy tarde y estoy agotada.




    La cortina entreabierta deja pasar los intensos rayos mañaneros, uno de ellos apunta directo en mi cara y no sé si es el calor o la incómoda claridad que mis ojos no están acostumbrados a soportar, que arrugo mi ceño y gimo volviéndome hacia el otro lado. 

-Que lista eres, no sé por qué no se me ha ocurrido eso antes de abrir la cortina. - La vibración de su grave voz resuena en lo más profundo de mi oído provocando un escalofrío en la oreja. 
    Giro mi cuerpo lentamente hacia el lugar donde proviene esa fragancia que me resulta tan familiar y acogedora, trago saliva e intento abrir los ojos no sin antes frotarlos unas cuantas veces. Su risa me distrae y bajo las manos mientras mis ojos se hallan con los suyos después de curiosear unos segundos por su atractivo rostro.
   Un momento, ¿qué está haciendo aquí?
-¿Cómo es que has venido? -pregunto algo aturdida y soñolienta. 
-Yo también me alegro de verte.
    Sonríe y se incorpora para coger mis manos y levantarme, como si apenas pesara. Se sienta en el sillón y tira de mí hacia él, obligándome sentarme en su regazo. Aunque realmente no me está obligando a hacer nada. Mi cara se encuentra con el hueco entre su hombro y su cuello, no puedo resistirme a hundir mi cabeza en él y dejar que su perfume invada mi nariz. Noto como su mano derecha se cuela en mi espalda y como su izquierda reposa en la parte baja de mi muslo, a veces apretándolo para subirme un poco más o para que no me caiga. 
   -¿Cómo has pasado la noche? –Casi susurra.
   -Mejor que tú seguro, he cenado un sandwich delicioso, le he contado a Parker mi vida y he dormido en este comodísimo sillón, ¿a que no lo superas?
   Suelta el aire por la nariz con una sonrisa enorme que aunque no veo me la imagino a la perfección. El efecto hace que sonría en mi escondite entre su cabeza y su hombro.
   -Tienes razón. Ha sido más entretenida que la mía.
   Rio y agarro su camiseta en un puño a la vez que dejo un suave beso en su cuello. En un segundo le doy infinidad de vueltas a lo que le voy a decir ahora, pero es mejor andar sin rodeos.
   -Aún no me has dicho por qué estás aquí.
   Parpadea un par de veces.
   -Quería saber cómo estaba. Se ha despertado.
   -¿Cómo? -Pregunto exclamando un poco más alto de lo que pensaba. Me incorporo apoyándome en su pecho. Sus grandes ojos verdes hacen un recorrido por mi rostro, no puedo negar que a pesar de todo el tiempo que ha pasado, ese gesto me sigue poniendo nerviosa. -¿Se ha desvelado y no me has despertado? -Miro con los ojos de par en par a mi amigo, pero lo único que hace es dormir como un lirón. Eso quiere decir que lleva mucho tiempo aquí. -¿Cuándo se supone que has llegado?
   -En realidad llevo más tiempo aquí que tú.
   Es el mejor evadiendo mis preguntas o solo respondiendo a la última. 
   -¿Qué dices? Ayer estuve todo el día aquí y ni te vi llegar.
   -En coche se llega antes que en bus.
   ¿En coche? Y de repente la luz ilumina la nuve de preguntas, ¿cómo no me he dado cuenta antes? Era él quien estaba en el coche aparcado en frente de la parada de autobús y seguro que también era el del coche aparcado en el hospital. Malditos todoterrenos negros, son todos iguales.
   -¿Y por qué no dijiste nada? -Niego incrédula.- Me podrías haber llamado, estaba preocupada Harry. 
   -Lo hice, pero parece que eres experta en tener el móvil en silencio o sin batería. 
   ¿Cómo puede estar tan tranquilo? ¿Por qué siempre me hace quedar cómo la loca? Le miro desafiante.
   -Por esas te vas a librar. Pero podrías haber subido en vez de quedarte en el aparcamiento trasero.
   Deja caer un suspiro mientras alza la mirada hacia el techo. Sé que le estoy saturando pues tiene un nivel muy bajo de paciencia. De repente algo cambia en su rostro, se vuelve más serio y tenso de lo normal, ladea un poco la cabeza para encontrar mis inocentes ojos.
   -Ayer no dejé mi coche en el aparcamiento, Samantha.
   Mi ceño se arruga y noto como el aire se hace cada vez más cargado. Si no hubiera puesto su cara de alerta hubiera pensado que me he equivocado de coche, pero ambos caemos en la misma conclusión: no éramos los únicos pendientes de Parker en el hospital.
    


  
  
[COMENTAD QUE OS HA PARECIDO ESTE CAPÍTULO AQUÍ O POR MI TWITTER @BACKFORBRITISH, POR FAVOR, ES MUY IMPORTANTE] [SI OS GUSTÓ Y QUERÉIS SEGUIR LEYENDO FORBIDDEN, MANDADME UN TWEET A MI TWITTER Y OS AVISARÉ CADA VEZ QUE SUBA UN CAPÍTULO NUEVO] [GRACIAS POR LEER]

7 comentarios:

  1. Hola mem hace unos días que vengo leyendo y me encanta lo que escribís me gustaría que siguieran Por fabor quiero saber que pasa

    ResponderEliminar
  2. Hola, me encanta tu novela por favor siguela

    ResponderEliminar
  3. Hola, me encanta tu nove, tienes tiempo sin subirla no la dejes sigue la

    ResponderEliminar
  4. Hola me pregunto si seguirás la novela porque es muy buena
    Por favor sigue la

    ResponderEliminar
  5. Hey,leí tu novela desde hace mas de un año, todavía sigo esperando el siguiente capítulo, no la dejes,te lo ruego,cuando apenas leí el primer capitulo, me enamoré de tu novela,NO LA DEJES ��

    ResponderEliminar
  6. Han pasado 84 años.
    No la dejes...

    ResponderEliminar
  7. Por favor, sigue la novela, me enamoré, no puedes dejarme con la intriga. Siguela! Por favor

    ResponderEliminar