One Direction Novelas



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domingo, 25 de mayo de 2014

Forbidden - Capítulo 39

   Soy consciente de la presencia de Harry en la habitación a pesar de que mis ojos están cerrados por el cansancio que abarca todos y cada uno de los lugares en mi cuerpo. El continuo sonido del monitor cardíaco es lo único que me hace saber que aún sigo despierta y que, por ahora, no he caído en las garras del sueño. Llevamos muchísimo tiempo esperando sentados una respuesta en Parker, pero no da señales de recuperación, justo como nos había dicho horas antes el doctor. Había interrumpido en la sala de espera justo en el momento cual Megan iba a abrir la boca para soltar mi tan ansiada respuesta, pero todo aquello quedó en un segundo plano cuando lo vi entrar nombrando a los familiares y amigos de un tal Alex, Alex Parker. Mi cuerpo reaccionó al segundo, elevé mi vista hacia el médico con la mínima esperanza de encontrar tranquilidad y seguridad en su rostro, pero nada fue así. Los tres nos levantamos y salimos a un lugar más apaciguado de gente y de televisores estruendosos.
    -¿Sois familiares del paciente? -Dijo el doctor sacando un bolígrafo de su bolsillo superior en su bata blanca impoluta. No mostraba signos algunos de felicidad ni de alerta, estaba completamente serio y eso no me ayudaba.
    -Si -Harry pronunció antes de que yo pudiese hablar. ¿Por qué ha dicho eso?
   Él vio por el rabillo del ojo lo descolocada que me había dejado, ¿por qué tenía que mentir? Suspiré para mis adentros y pensé en seguirle el cuento a Harry, seguramente no me convendría ser un estorbo.
   El médico asiente y anota algo en una ficha sujeta a una carpeta. Esto me pone nerviosa, quiero saber algo de mi amigo ya.
    -¿Cómo está Parker, doctor? -suelto. ¿Por qué me tendría que aguantar?
   Deja de escribir letras ilegibles y me mira por encima de sus pequeñas gafas. Sus ojos hundidos por el cansancio le hacen parecer más viejo de lo que seguramente es.
    -La verdad es que por ahora no hay buenas nuevas, aún sigue en observación. En el peor de los casos puede tener hemorragias internas, un traumatismo craneoencefalico...-Megan le interrumpió.
    -¿Qué es eso? -Habló con temor.
    -Pues que de los múltiples golpes provocados por... -el doctor hizo una pequeña pausa para repasar nuestras caras desorientadas en busca de una respuesta a su frase sin terminar-. ¿Quizás una pelea? -siguió el doctor y vi como Harry apretaba su mandíbula, estaba tenso -. Es lo que más se le asemeja y si es así, los golpes que le hayan podido dar en la cabeza puede incluso haberle provocado una fractura de algún hueso del cráneo.
   Mis manos instintivamente fueron a parar a mi boca y un quejido para retener las lágrimas salió ahogado de mi garganta. Parker no, a él no. Harry pasó sus brazos por mi cintura y me pegó a su pecho, cuando lo hizo sentí como el corazón le latía frenéticamente. También estaba asustado por mi amigo.
    -Pero ese es en el peor de los casos, joven -el hombre intentaba calmarme desde su sitio -. Aún no se sabe mucho, de lo único que os puedo asegurar es que si que tiene varios huesos rotos en el brazo, por lo que hemos podido observar y que muestra signos de cortes en las manos, quizás hubieran atentado contra él con algo punzante y él se haya intentado defender con las manos, de ahí a esos cortes.
    -¿Y cuándo podremos verle? ¿O si quiera saber algo seguro de él? -Harry intenta mantener la voz serena, aunque parece que le cuesta. Mi hombre de piedra tiene sentimientos, al fin y al cabo.
    -No lo sé, pueden ser varias horas. Hasta que salga de observación no les podré decir nada seguro.
   Después de tres largas e interminables horas nos dieron permiso para entrar en observación y poder verle. Puedo jurar que si no hubiera sido por su pecho ensanchándose y relajándose a un ritmo constante pero tranquilo, parecería un cuerpo sin vida. Esas marcas moradas y rojas en sus pómulos y por al rededor de la boca, ese gran corte en su ceja y otro menos grave en su labio inferior hacen de su aspecto una visión dolorosa y espeluznante. Quien quiera que le haya causado este daño a mi amigo debe ser un loco, un demente, pues no cabe en mi cabeza que alguien sano de juicio pueda hacerle tanto daño a un ser humano, y lo peor y más horripilante puede ser que quizás Parker no haya hecho nada para merecerse esto, o quizás si. Mis ojos viraron hacia los de Harry, unas preciosas pupilas verdes que habían visto más mundo que yo y quizás él si sabe las razones de esto, quizás él si imaginase las razones de por qué Parker se encontraba así.
   Por lo menos ahora sabemos que no tiene nada grabe, solo unos cuantos huesos rotos y algunas magulladuras por su piel. Está a salvo durmiendo en una habitación del hospital para recuperarse y eso, por ahora, es lo que más importa.
    -Sami... -Oigo susurrar a Megan en mi oído, lo que me hace abrir los ojos pestañeando un par de veces mientras inhalando por la nariz.
    -¿Mmm? -Inquiero acomodándome en esta incómoda silla de cuero blanca. Miro a mi alrededor buscando a Harry entre nosotros y me tranquilizo cuando unas manos se posan en mis hombros. Menos mal. Suspiro. Pensé que se había marchado.
    -Vete a casa, yo me quedo esta noche con Parker. -Ella dice con total tranquilidad e incluso con una media sonrisa en sus labios. ¿Cómo puede sonreír?
    -No pienso marcharme, quiero estar aquí con él.
    -Estás muy cansada, no hay más que verte la cara. Anda, ve a casa, ya vendrás mejor mañana por la mañana con todas las pilas cargadas.
    -Pero... -Harry aprieta mis hombros entre sus manos y yo me hundo en el sillón. Como vuelva a hacer eso gimo de placer. Necesito un masaje, estoy muy tensa.
    -Pero nada Samantha, te llevaré a casa. Tú cansancio no ayudaría a Parker.
   Suspiro y asiento. No puedo negarle nada a esa voz, será mejor que me marche a casa para reponerme pues mañana espero estar aquí muy temprano. Me incorporo del asiento y estiro un poco mi espalda. Voy a poner una queja contra los sillones incómodos de los hospitales, tengo el culo dormido. Cojo mi bolso y ando hacia Parker observando su rostro, me duele mucho verle así. Me agacho y dejo un beso en su frente.
    -Voy a encontrar respuesta para esto. -Susurro solo para nosotros dos.
   Doy media vuelta para sonreirle a Megan en forma de despedida y me reúno con Harry en la puerta abierta de la habitación.
    -Llamanos si necesitas lo que sea, pero a ellos no, ya lo sabes.-Harry le recuerda.
   ¿A ellos no? ¿A quién no? Él coge mi mano y nos lleva a zancadas hacia los ascensores. Tenemos la gran suerte de que uno se está abriendo ahora y todos los ocupantes han salido. Él nos mete dentro y pulsa los botones para que las puertas se cierren.
    -Voy a salir por la puerta que da al parking, tú sal por la principal y vete hacia las calles de la parte de atrás, ¿de acuerdo?
   Asiento sin mirarle. Entiendo que es peligroso que nos vean juntos, pero ahora mismo me daría igual que eso ocurriera, es más, si ocurre mejor, así podría plantarle cara a esa pandilla de motoristas. Estoy segura de que ellos han tenido algo que ver. Las puertas se abren sacándome de mis pensamientos y Harry sale a grandes zancadas del ascensor. Ve por la puerta principal. Por la puerta principal. Mi subconsciente me indica moviendo sus manos como una loca hacia la parte de delante en cuanto ve como mi mirada sigue a Harry bajo el pensamiento de seguirlo. ¿Estarían ahí?
    -Perdone señorita, ¿a qué planta va? -Una señora mayor me observa expectante.
    -Oh, lo siento, a ninguna- sonrío hacia la amable señora y ella me devuelve la sonrisa -. Adiós.
   Salgo del ascensor y miro de puntillas por encima del barullo de gente, dirigiéndose hacia todos los pasillos del hospital, intentando encontrarle pero mi busca no da resultado y mi plan para seguirle no ha funcionado. Fantástico. En un suspiro de derrota hago lo que me pidió y encamino mi paso hacia la salida principal. Cuando salgo el sol de esta mañana había desaparecido por completo dejando en su lugar un cuadro de tonalidades azules intensos, deben ser las nueve de la noche pero no recuerdo cuando el tiempo ha pasado tan deprisa. Bajo los millones de escalones del hospital y veo un coche parecido al de Harry, un todoterreno negro, me parece el suyo aunque él dijo que esperase por la puerta de atrás. Qué raro. Me acerco un poco ya que igualmente tengo que pasar por ahí para atravesar hacia la parte del parking y paso de largo cuando me percato de que una mujer joven, de poco más de veinte años por lo que he podido vislumbrar, es quién lleva el volante junto a un hombre más mayor de pelo oscuro, no me suenan sus caras por lo cual me hace cuestionar el por qué me han mirado tan de frente. Decididamente no les conozco. Sigo caminando hacia las calles traseras en silencio y agarrando la correa de mi bolso con las dos manos, estos estrechos y oscuros callejones no dan precisamente seguridad cuando apenas las farolas los alumbran. Me exalto cuando oigo el ruido de un motor a lo lejos y doy media vuelta rezando para que sea Harry, no quiero ni imaginar el tipo de gente que puede albergar en estos alrededores. El coche se para justo a mi lado, sin embargo no puedo ver mucho, la luz intensa de sus faros me han cegado. Pestañeo un par de veces y observo una figura inclinarse desde su asiento hacia el otro para abrir la puerta y me echo un poco hacia atrás para que no me de.
    -Samantha, joder, sube rápido.- Mis ojos se aclaran y veo el entrecejo fruncido de Harry dibujado en su rostro.
   No pregunto nada y esta vez dejo la situación en manos de Harry al completo. Subo al coche y en el momento que cierro la puerta, él, pisa a fondo el acelerador. Si antes pensaba que estaba loco cuando corría a esas velocidades por las avenidas, ahora afirmo que es un temerario al volante, quiere matarnos, seguro. Mi cuerpo hundido en el asiento se hace con el cinturón como puede y lo abrocho fijándome en si Harry lo lleva abrochado. No lo tiene. Se va a matar.
    -¿Qué coño pasa? -Pregunto cuando oigo el 'clic' del cinturón.
   No obtengo respuesta de Harry pero me doy cuenta de la situación en cuanto veo a ese todoterreno haciéndose a la luz durante segundos cuando pasa por debajo de las infinitas farolas. Mierda, nos han visto. Mis ojos se abren de la sorpresa y empiezo a sentir miedo.
    -Baja la cabeza. -Habla mirando hacia el retrovisor.
   Acato su orden y me camuflo entre el asiento y la guantera para no ser vista. Harry gira el volante y mi cuerpo choca contra la dura puerta durante unos segundos antes de volver a estabilizarme.
    -Mierda, Harry.- Alzo mi mano para llevármela a la cabeza y frotarla. Au, que daño.
   ¿Pero cómo han descubierto que estaríamos aquí? Eso me hace pensar que Harry ya sospechaba algo de esto y por eso me dijo lo de salir por puertas diferentes, sin embargo parece ser que los de su banda son mas listos de lo que él cree. Siento como la velocidad empuja mi cuerpo hacia atrás, pero no me puedo levantar más pues seguramente me verían, aunque ya me han visto. ¿Esto quiere decir que he metido a Harry en problemas? ¿Esto quiere decir que le harán a él lo que le hicieron a Parker? Pero yo no recuerdo haber metido a Parker en problemas, ¿entonces? Joder, no entiendo nada.
    -Dime que les hemos perdido -pregunto ansiosamente cuando ya no tengo que emplear mucho esfuerzo en aguantar mi cuerpo entre el asiento, aunque sigue conduciendo a mucha velocidad. Mis nudillos se relajan y alzo un poco la cabeza.
    -Eso parece, pero hasta que lleguemos a mi casa no te levantes.
   ¿A su casa? Si claro.
    -¿Por qué coño me vas a llevar a tú casa? ¿Es que no entiendes que no quiero? -Me incorporo sin darme cuenta.
    -Joder Samantha, ¿acaso no has visto a esos dos? ¿Por qué crees que estaban ahí? -Tengo la gran suerte de no enfrentarme a su entrecejo pues está conduciendo.
    Trago saliva y miro hacia atrás buscando rastro alguno de todoterrenos negros desenfrenados, doy gracias a que no hay nada.
   Los arboles grandes y oscuros se mueven con rapidez a los dos lados de la carretera silenciosa y mi vista se pierde entre ellos. Bajo la ventanilla y apoyo mis codos en ella. El aire frío entra por mis pulmones y recorre todos los sitios de mi cuerpo helandome, aunque a la vez reactivando mi cansada mente. Me purifico. Saco la mano un poco hacia afuera haciendo pequeñas ondas al compás del viento, cual guía mis dedos en distintas direcciones. Siempre me ha gustado esta sensación, es lo más semejante a volar después de nadar. Me encanta sentir como las frías corrientes mueven mi cuerpo a su antojo, como el viento choca contra mis yemas e impulsan mis manos hacia atrás. Apoyo la barbilla en mi antebrazo y observo como la otra mano sigue haciendo olas sin cesar. Los cabellos revolotean por mi rostro y el viento me rodea. Suspiro y cierro los ojos. ¿Qué hubiera pasado si Harry no hubiese llegado a mi vida? Ahora mismo estaría sentada en una mesa redonda en el comedor de la casa de mis padres, disfrutando de una cena apaciguada, como estaba acostumbrada tiempo atrás. Mi vida no tenía nada de emocionante, es más, yo no hacía nada para que se diera la ocasión. Pero él ha llegado a mi vida, ¿quizás como un ángel? Está poniendo todo lo que conozco patas arriba y lo mejor es que me encanta, a la vez que me pone de los nervios que haga eso sin darme explicaciones y seguramente si yo no fuese tan curiosa no me habría adentrado tanto en él como estoy intentando hacer, porque sé que Harry merece la pena. Da igual cuan oscuros sean los secretos que él no me quiere revelar.
   Él aparca el coche en la entrada y cierro la ventanilla. Mis manos se dirigen al enganche del cinturón para quitarlo pero siento como su mano se cuela por mi cuello y eleva mi visión hacia sus ojos. Qué sonrisa.
    -Tienes la cara helada -pasa su pulgar por mi mandíbula y acerca su rostro al mío -. Y los labios secos.
   De repente se me han olvidado todas las preguntas que rondaban por mi mente. Maldita sombra de sonrisa.
    -Tú puedes curarlo -sonrío dulcemente.
   La sonrisa de Harry se hace a la luz y deja un beso casto en mis labios.
    -Vamos a dentro, debes estar muy cansada.
   Asiento y desabrocho el cinturón. Salgo del coche y me reúno con él en el capó. Oigo como el coche lanza la alarma para avisar de que está cerrado y finalmente guarda el mando en el bolsillo trasero de su pantalón. Coge mi mano y nos leva hacia su casa, no sin antes asegurarse de que nadie nos observa. No hay nadie, o por lo menos nadie que podamos ver. Cierra la puerta detrás de él y quita el bolso de mi hombro para ponerlo en la pequeña percha de la entrada. Doy media vuelta y espero a que me mire en cuanto termina de colgar su chaqueta.
    -Harry, ¿quién... -él me interrumpe como si no me hubiese oído.
    -Espérame en el salón -su mano se apropia de mi cintura y me pega a él -. Voy a hacer café, ¿quieres?
   Niego con la cabeza. ¿Café? No soporto su sabor.
    -¿Chocolate caliente, entonces? -Vuelve a preguntar.
   Asiento y le sigo a la cocina. Entro primera y enciendo la luz. Sé que tengo que preguntarle millones de cosas, pero si le saturo al final terminaremos como siempre y esta vez no puedo permitirme ese lujo. He prometido a mi amigo que encontraría respuestas y sé que él puede dármelas.
   -¿Dónde tienes el azúcar? -pregunto abriendo todos los estantes.
   -¿Vas a hacerlo tú? ¿En serio?
   Y tan en serio, ¿piensa que no se cocinar? Asiento y abro el cajón donde guarda el azúcar. Bingo. Él ríe incrédulo ante mi ''já'' y se incorpora. No puedo asimilar lo tranquilo y feliz que parece, acabamos de ser perseguidos y él está tan normal, ¿cómo lo hace?
    -Vale, pero antes de hacerlo ven al cuarto, quiero cambiarte de ropa.
   ¿Qué? ¿Quiere cambiarme de ropa? ¿A mi? Hace mucho tiempo que alguien me vistió por última vez y si no recuerdo mal fue cuando yo tenía unos once años y le reproché a mi madre el hecho de que siguiera comprándome vestidos de abuela para las bodas.
   Asiento y acepto su mano suspendida entre los dos.
    -Si esta noche te vas a quedar necesitas ropa cómoda, ¿o prefieres top less? Sabes que a mi no me importa. -Dice ya en su habitación y abriendo el armario.
   Oh dios. Será idiota. Ahora que lo pienso, aún no he recuperado mi sujetador desde aquella noche. Me muero de vergüenza, no quiero ni imaginar la reacción de Harry al encontrarlo. Una sudadera ancha gris aterriza sobre la cama.
    -¿O prefieres camiseta? -dice cuando me ve observando la sudadera.
    -Oh, no, no, esto esta bien. Gracias.
   Harry se encoje de hombros y cierra la puerta de su armario para llegar hacia donde estoy en la cama.
    -Levanta -. Me ordena.
   Yo obedezco sin pensar. Coge el dobladillo de mi camiseta y la sube por mis brazos hasta sacármela por la cabeza.
    -Harry, puedo vestirme sola -le recuerdo, pero en verdad no quiero hacerlo, quiero que lo haga él.
    -Te he dicho que voy a cambiarte de ropa -. Se agacha y desabrocha el nudo de mis zapatillas para quitármelas una a una.
   Suspiro y dejo que él lo haga. ¡Bien!
   Se pone de rodillas y sube sus manos hacia el botón de mi pantalón, en cuanto noto sus dedos por mi pelvis me estremezco y Harry sonríe. Será tonto. Miro hacia otro lado para evitar reírme  pero vuelvo al lugar de origen en cuanto siento como desabrocha el botón y baja la cremallera. Mi respiración empieza a ser irregular aunque intento que pase desapercibido para el adonis que tengo arrodillado ante mi. Baja lentamente el pantalón por mis muslos y yo muerdo mis labios para evitar que sus dedos rasgando mi piel saquen de mi lo que él busca, mis jadeos. Acerca sus labios a mi muslo y le da un pequeño bocado seguido de un beso a la vez que los baja completamente. Ay.
    -Suéltalo -Harry impone.
   Dejo escapar mi respiración en un jadeo y el sonríe victorioso. Madre mía. Levanto mis pie izquierdo y luego el derecho apoyando las manos en sus fuertes hombros. Se que si sigue así probablemente no consiga sacarle nada de información, por eso e de mantenerme cuerda. ¿Por qué suena como si fuese tan fácil?
   Me tiene en ropa interior y no hace nada durante unos segundos para taparme, es más, mira mi cuerpo de arriba a bajo cuando se levanta, sin ningún pudor.
     -¿Qué piensas? -Hablo bajito, aunque no susurro.
     -Nada.
    Agarra la sudadera y con cuidado la pasa por mi cabeza y por mis hombros. ¿Qué no pensaba nada? Y yo me chupo el dedo.
     -¿Vas a decirme quién eran esos?
    Él recoge mis pantalones del suelo y los deja junto a la camiseta. Suspira y coge mi mano para llevarme a la cocina.
     -Eran Riga y John, unos tipos que van con gente que no deben. -Se sienta en la isleta de la cocina mientras yo saco una olla pequeña y la pongo en la vitrocerámica que parece totalmente nueva, ¿a caso no cocina?
    -¿Con tus amigos? -Suelto sin pensar. Espero que mi ironía no le cabree.
    -Parecidos.
   ¿Parecidos? ¿Es que acaso hay más?
   Pongo la leche en la pequeña olla y espero a que se caliente. Me siento encima de la encimera y veo como me observa son una pequeña sonrisa.
    -¿Disfrutando de las vistas? -No hay que saturarlo. Tengo toda una noche por delante para sacarle información.
   Él sonríe mientras su mirada baja hacia mis piernas desnudas.
    -Me gusta como te queda la sudadera, pero sin ella estabas mejor.
   Empieza a morderse el labio inferior mientras observa mi cuerpo con esos ojos veces. Va a distrerme otra vez y no puedo dejar que me líe, necesito respuestas. Bajo mi cuerpo de la encimera y echo el chocolate en polvo sobre la leche burbujeante.
    -¿Son ellos quienes pegaron a Parker?
    -No. -Responde al segundo.
    -¿Entonces quién?
    -Sus amigos -dice irónico.
   ¿Amigos? ¿Qué amigos le harían algo así? Doy media vuelta y le miro con el ceño fruncido.
   -¿Amigos? Harry, unos amigos no te dejarían inconsciente.



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7 comentarios:

  1. ME ENCANTAAA*__* Escribes increible y estoy super enganchada a esta novela. Siguela pronto necesito saber mas sobre que esta pasando con Harry y porque han pegado a Parker!!!

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  2. Holaa, ME ENCANTA JODER ERES GENIALL.
    Harry cada vez "dice" más información pero sigue dando rodeos con Sam y es muy frustante pero tan sexy a la vez.
    Parker no se merece esto, por lo menos Megan lo cuida en el hospital; Alguna vez Sam no se verá inmersa en el juego de Harry y sus preciosos rubies verdes porque no puede seguir así si quiere saber algo de verdad.
    Bueno un beso guapa

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  3. Madre mia quiero morir!!!
    Me ha encantado :)
    Bueno ya sabemos un poquito mas del misterioso caballero Harry... jajajajajajajajajaja ok no..
    La verdad que Parker se tienen que recuperar si no.. morire con el.. *soy muy dramatica*
    AH! Entiendo a Sam,.. yo tampoco me centraria con el delante jaja xD
    Espero el siguiente con ganas no.. con MUCHAS ganas.
    Cada vez quiero mas ... se podria decir que soy Forbidden Adicta?
    Espero el siguiente guapa
    Besos xx

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  4. poooorfaaa lean mi novela http://novelasdeonedirection-y-tu.blogspot.com.ar/

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  5. Porfavor SUBE YA *-* Mee ENCANTAA!!

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  6. Hola .. no se que decirte primero,
    TE AMO , TE RECONTRAADoRO . Eres genial.Desde no se cuando empecé a leer el fic y no he comentado nada .Pero ya era hora de hacerlo. Yo no entiendo mucho la falta de tiempo de las personas pero debe ser porque en mi colegio me mandan una tarea al mes..
    De todas formas tienes mi apoyo y el de todas tus hermanas las directioners..porque eso es lo que somos. Una cadena infinita de directioners que se extiende por el mundo. . Besoos♥♡

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