Trailer oficial de Forbidden - Harry Styles.
By @backforbritish
One Direction Novelas
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Espero que os guste:
domingo, 27 de octubre de 2013
jueves, 24 de octubre de 2013
Forbidden - Capítulo 13
Sostengo la mirada enfadada de Megan con mis ojos, me da igual lo muy enfurecida que esté conmigo porque no le hiciera caso, ella tiene que comprender que si tan solo me dice que me aleje y no me da explicaciones de el por qué no puedo estar cerca de Harry, será muy difícil que yo le haga caso.
- ¿Explicaciones? - Megan pregunta con la mosca detrás de la oreja.
- Si, explicaciones, eso quiero ¿Por qué él es tan peligroso para mi? - Quiero saber.
Ella abre la boca para decir algo pero en vez de hablar coge una gran bocanada de aire mientras arquea las cejas.
- Es... es simplemente..., es solo que... - Intenta hablar, pero no puede.
Muy pocas veces he visto a Megan de esta forma, normalmente no tiene problemas para expresarse, nos parecemos en que ella también es de las que dice lo que piensa, pero al contrario de mi, no le importa si causa daño a la gente o no, así que, que intente buscar una buena frase para soltar me deja algo desconcertada. ¿Tan difícil es decirme que tiene Harry de malo?
Ella niega con la cabeza y yo dejo caer un suspiro, ya me acostumbro a preguntar y no obtener una respuesta, es a ese sentimiento de angustia es a lo que no me acostumbro.
- Es complicado - Al fin dice ella.
- Claro - Me quejo. - Complicado - Quito la mano de Megan de mi hombro y me vuelvo a dar la vuelta.
Su nombre pintado ya está seco, no puedo volver a pintar sobre él, ya me cargué suficiente el cuadro, la única opción que me queda es tirarlo y empezar de nuevo por mucho que me fastidie. La ira interna que siento es superior a mis fuerzas, con un simple paso en falso, ya sea mio o de Megan, puedo hacer o decir algo de lo que después seguramente me arrepienta. Megan lo sabe, sabe que está mas guapa con su boca cerrada, así que por su bien debe de mantenerla así.
Ver el maldito cuadro en el que llevo tanto tiempo trabajando destrozado por su nombre y esa marca roja... ¿En qué estaría yo pensando para hacer esto? En Harry, dice mi subconsciente y yo agito la cabeza para alejar ese pensamiento de mi. Me da igual que a Megan no le guste, a mi me gustaba, estaba bien, no debí de haberle hecho caso y debí de seguir como yo quise.
¿Pero y si yo quise destrozarlo?
- Megan, vete - Hablo antes de que ella pueda articular alguna palabra.
- Saman...
- ¡Que te largues, joder! - La interrumpo mientras me doy la vuelta y señalo a la puerta.
Megan se queda congelada, aun puedo sentir mi grito resonando en mi cabeza, me he pasado, pero ahora mismo me da igual, ya me arrepentiré más a delante cuando tenga cabeza para otra cosa, cuando Harry no esté dentro de ella.
- Vete con tu puto Harry - Sigo hablando con la respiración a mil. - ¿No era eso lo que querías? Pues ya lo tienes, ahora vete.
- Samantha no es... yo no quería - La veo frágil, pero eso no hace que me remuerda la conciencia.
- Que me da igual, Megan, que te largues - Le echo una última mirada y me alejo de ella hacia los ventanales abiertos para cerrarlos.
- Tan solo quiero que estés a salvo - Dice y yo siento como un leve pinchazo me recorre el pecho. ¿A salvo de qué?
Con la única persona que puedo sentirme de esa forma es con él y no se porqué solo me pasa con Harry. Cierro la última ventana y miro a través de ella, hace un espléndido día y puede que lo aproveche para ir al lago Doonen, hace mucho tiempo que no voy... desde la primera vez que conocí al ojo de mi problema, desde aquella noche cual conocí a Harry.
Me doy la vuelta y veo a Megan parada en el sitio mirando el nombre de Harry.
- Es frustrante - Digo.
Ella gira sus ojos hacia mi e inclina la cabeza hacia un lado, parece confundida por mis repentinos cambios de humor.
- Digo, querer saber algo y no obtener respuesta, es como una obsesión - Dijo eso ultimo sin pensar.
- ¿Y si es solo eso? Una simple obsesión - Responde.
Ahora soy yo la confundida, ¿cómo?
- Es decir - Ella prosigue. - Que te aferrases a él solamente por como es, por la sensación que te da.
- ¿La sensación? - Algo dentro de mi se enciende.
- ¿No eras tú la que siempre decías que necesitabas inspiración para pintar? Quizás solo sea eso, quizás era él quien te inspiró desde el primer momento y te aferrases tanto a él - Señaló rápidamente al cuadro. - Y caíste en una obsesión por eso.
Pestañeo un par de veces mientras trago saliva y me tenso. Tiene más sentido del que ella puede imaginar. Megan podría tener razón, esto que siento por Harry se podría llamar obsesión, ya que no es posible sentir esto tan fuerte hacia una persona cuando apenas le conoces. ¿Y si dejo de ser tan cabezota? ¿Y si paro por un momento y miro a mi alrededor en busca de detalles? Esas miradas, esos besos, esa intensidad, esa respiración agitada... todo era causa de una obsesión ¿Y si yo sentía que él me deseaba por que necesitaba sentir que Harry también me quería del mismo modo que yo a él? Tiene sentido, tiene mucho sentido. Él jamás ha sentido algo por mi, era causado por mi obsesión.
Sonrío melancólicamente, he sido una estúpida, debería de haberle echo caso a Megan, Parker y Harry desde el primer momento.
No siento nada por él, nada que no sea obsesión. Nada más, es eso.
- Es eso... - Digo en voz alta sin pensar.
- Es muy fácil caer en la tentación de alguien como Harry, Sam - Adelanta unos cuantos pasos hacia mi y me coge de la mano, siento como me la aprieta me sonríe, es para reconfortarme, sabe que estoy completamente saturada, me acaba de quitar el velo de mis ojos y esta nueva luz no es aún cómoda para mi. - Déjale, ni él te conviene, ni tú le convienes a él.
Se escuchan como los pájaros pían, resuenan por todo mi estudio y rompen el silencio. Miro más allá de los ojos de Megan, parece que necesite decirme algo más, pero por alguna curiosa razón yo no quiero que lo haga. Suelto su mano y camino lentamente hacia los sofás, ella me sigue, me alegra que no me hiciese caso cuando le dije que se marchase, en realidad no quería que lo hiciese y sé que si me hubiese dejado sola ahora estaría tirándome de los pelos.
Me acomodo poniendo mi cabeza en sus muslos y descansando los pies en el reposabrazos del sofá. Ella empieza a dibujar líneas con las yemas de sus dedos por mi cara: por mi frente, baja por mi parpado izquierdo lentamente, pasa mis pestañas y mi pómulos deslizandose hacia mi labio inferior y volviendo a ascender haciendo el mismo recorrido pero al contrario. Creo que intenta dormirme o al menos relajarme, Megan me conoce demasiado bien, tanto que sabe perfectamente en lo que estoy pensando sin necesidad de que yo se lo diga, tener una conexión así a veces me resulta incómodo, a veces no me apetece hablar de lo que me ocurre y ella tan solo mete el dedo en la llaga para sacarme información, ella dice que es por mi bien, pero aun así, no quiero remover mis problemas si no hay necesidad de hacerlo.
Sé que hay algo detrás de las palabras de Megan, parecía demasiado aliviada después de que yo asimilara que tan solo era una obsesión, o quizás yo le esté dando demasiada importancia al tema, ahora mismo necesito tiempo para saber que me ha pasado con él, por qué me obsesioné tanto y de una manera tan rápida... y si, y pienso que pueda ser porque quise buscar inspiración en él y Harry pareció ser lo que yo buscaba.
El estruendoso sonido que hizo una de las ventanas cerradas al abrirse de golpe y dar contra la pared me despertó de mi profundo sueño. Mi respiración es muy rápida, provocada por el sueño que acabo de tener, niego con mi cabeza mientras me levanto, no puedo volver a pensar en Harry, ahora no puedo.
La ventana abierta deja ver el cielo cubierto de nubes y chasqueo la lengua ¿no se supone que iba a ser un día soleado? Al menos no está lloviendo y no creo que lo haga en todo lo que queda día.... ¿En todo lo que queda de día? ¿Qué hora es? Introduzco mi mano izquierda en el bolsillo de mi pantalón y saco mi móvil, le doy a la tecla de desbloquear y mis ojos se agrandan al ver la hora ''19:42'', mierda ¿cómo he podido dormir tanto? Bueno... seguro que es porque ayer apenas dormí, me recuerda mi subconsciente.
Voy al baño para darme una buena ducha, necesito despejarme y las duchas han sido siempre uno de mis grandes aliados. Paso mis dedos por debajo del abundante chorro de agua, está caliente, perfecta. El agua masajea mi espalda mientras me quedo debajo sin moverme, estoy en mi elemento y me encanta sentir tanta paz. A la media hora salgo de la ducha, me visto con unas mayas negras, un jersey gris holgado y mis botines nike , ahora mismo solo tengo ropa informal así que no tengo más remedio que ponerme esto aunque no me importa, es muy cómodo. Me recojo el pelo en un moño alto y algo desecho para terminar. Camino hacia la cama, me tumbo y me estiro cuanto puedo, vuelvo a tener sueño pero sin embargo esta vez no puedo permitirme el lujo de quedarme en ella, tendría que ir a ver a mis padres, hace mucho que no les veo, pero como siempre ya que cuando me cogí este estudio fue con la intención de ver a vivir aquí y alejarme de ellos, puede sonar muy duro pero es solo por la razón de que yo necesito intimidad a parte de que no quiero normas, ya soy mayor, no necesito el constante vigilo de mis padres, aunque aun así lo sigo teniendo.
Parker sigue teniendo mi coche en su taller, me temo que dentro de poco tendré que ir y preguntar por mi coche, espero que él no pronuncie palabra alguna sobre Har... sobre quien yo se, sería todo más fácil si hacemos como si nada, como si él no existiera.
Así que me veo obligada a caminar desde mi estudio hacia la casa de mis padres, por suerte solo se tardan unos quince o veinte minutos, cual fue la condición de mi madre, si me iba tenía que ser cerca.
- ¡Mamá! - Digo al entrar en el salón casa.
- ¡Samantha! - Ella grita desde el patio trasero.
Es raro que mi madre esté en el patio trasero, normalmente ese patio lo usamos para celebrar cumpleaños, aniversarios o algún otro tipo de fiesta. Dejo mi móvil encima de la mesa del comedor y me dirijo hacia el patio rodeando los sofás, de fondo escucho más voces y no son la de mi padre ni la de mi madre así que supongo que estarán reunidos. Alzo mi cabeza y mi corazón se para, los padres de Harry están aquí aparte de más personas a las que aún no conozco ¿pero cómo mis padres no me han avisado? Por unos minutos dudo en salir hacia el patio o volver a rodear los sofás, cosa que sería fácil hacer si no me hubiesen visto ni oído ya. Mi madre se gira hacia mi y me recibe tendiéndome una mano con una sonrisa.
- Hola mi vida - Me da un fuerte y reconfortador abrazo, muy reconfortador.
- Hola mamá - Digo contra su hombro mientras le devuelvo el abrazo.
Me suelto de su abrazo, pero ella no me suelta la mano y me lleva a donde están las demás personas reunidas, hay como tres parejas más aparte de la familia Twits, me presentan a cada una de ellas, yo no recuerdo sus apellidos y tampoco es que estuviera escuchando mucho, estaba con los cinco sentidos puestos, estoy alerta ¿y si él está aquí? Por ahora no le veo y es una sensación agridulce.
- ¡Hola Samantha! - Anne me recibe con una gran sonrisa y mi corazón se vuelca, se parece tanto a Harry.
Pero no, no puedo pensar en Harry.
- Hola Anne - Le saludo, al igual que a Robin.
- ¿Dónde te habías metido? - Dice mi madre.
¿Que dónde me había metido? Que irónico es responder esto delante de los padres de Harry... ¿Ellos sabrán algo acerca de lo que Harry realmente hace? Vienen recuerdos a mi mente de la noche en la que le conocí, como actuó delante de ellos y caigo en la conclusión de que no sabrán nada.
- En mi estudio, ya sabes, pintando - Aclaré.
- Cómo no, no he conocido a otra persona que le guste más pintar que a ella, se pasa las horas encerrada - Mi padre se dirige a la familia Twits.
- Oh, como te comprendo - Habla Anne. - A Harry le pasa igual.
- ¿Cómo? - Digo más rápido de lo que realmente creo.
- Si, Harry es igual, pero él es con la fotografía - Aclara Robin.
¿Con la fotografía? Y de repente mi bombilla se enciende ¡Claro! Por eso es tan observador, tiene que ser por eso. Intento no reprimir mi sonrisa, pero no puedo, descubrir algo sobre su personalidad es mucho más motivador de lo que realmente pensaba... pero no, tengo que parar, me recuerdo a mi misma, porque todo lo que él me provoca es obsesión. Tan solo obsesión.
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- ¿Explicaciones? - Megan pregunta con la mosca detrás de la oreja.
- Si, explicaciones, eso quiero ¿Por qué él es tan peligroso para mi? - Quiero saber.
Ella abre la boca para decir algo pero en vez de hablar coge una gran bocanada de aire mientras arquea las cejas.
- Es... es simplemente..., es solo que... - Intenta hablar, pero no puede.
Muy pocas veces he visto a Megan de esta forma, normalmente no tiene problemas para expresarse, nos parecemos en que ella también es de las que dice lo que piensa, pero al contrario de mi, no le importa si causa daño a la gente o no, así que, que intente buscar una buena frase para soltar me deja algo desconcertada. ¿Tan difícil es decirme que tiene Harry de malo?
Ella niega con la cabeza y yo dejo caer un suspiro, ya me acostumbro a preguntar y no obtener una respuesta, es a ese sentimiento de angustia es a lo que no me acostumbro.
- Es complicado - Al fin dice ella.
- Claro - Me quejo. - Complicado - Quito la mano de Megan de mi hombro y me vuelvo a dar la vuelta.
Su nombre pintado ya está seco, no puedo volver a pintar sobre él, ya me cargué suficiente el cuadro, la única opción que me queda es tirarlo y empezar de nuevo por mucho que me fastidie. La ira interna que siento es superior a mis fuerzas, con un simple paso en falso, ya sea mio o de Megan, puedo hacer o decir algo de lo que después seguramente me arrepienta. Megan lo sabe, sabe que está mas guapa con su boca cerrada, así que por su bien debe de mantenerla así.
Ver el maldito cuadro en el que llevo tanto tiempo trabajando destrozado por su nombre y esa marca roja... ¿En qué estaría yo pensando para hacer esto? En Harry, dice mi subconsciente y yo agito la cabeza para alejar ese pensamiento de mi. Me da igual que a Megan no le guste, a mi me gustaba, estaba bien, no debí de haberle hecho caso y debí de seguir como yo quise.
¿Pero y si yo quise destrozarlo?
- Megan, vete - Hablo antes de que ella pueda articular alguna palabra.
- Saman...
- ¡Que te largues, joder! - La interrumpo mientras me doy la vuelta y señalo a la puerta.
Megan se queda congelada, aun puedo sentir mi grito resonando en mi cabeza, me he pasado, pero ahora mismo me da igual, ya me arrepentiré más a delante cuando tenga cabeza para otra cosa, cuando Harry no esté dentro de ella.
- Vete con tu puto Harry - Sigo hablando con la respiración a mil. - ¿No era eso lo que querías? Pues ya lo tienes, ahora vete.
- Samantha no es... yo no quería - La veo frágil, pero eso no hace que me remuerda la conciencia.
- Que me da igual, Megan, que te largues - Le echo una última mirada y me alejo de ella hacia los ventanales abiertos para cerrarlos.
- Tan solo quiero que estés a salvo - Dice y yo siento como un leve pinchazo me recorre el pecho. ¿A salvo de qué?
Con la única persona que puedo sentirme de esa forma es con él y no se porqué solo me pasa con Harry. Cierro la última ventana y miro a través de ella, hace un espléndido día y puede que lo aproveche para ir al lago Doonen, hace mucho tiempo que no voy... desde la primera vez que conocí al ojo de mi problema, desde aquella noche cual conocí a Harry.
Me doy la vuelta y veo a Megan parada en el sitio mirando el nombre de Harry.
- Es frustrante - Digo.
Ella gira sus ojos hacia mi e inclina la cabeza hacia un lado, parece confundida por mis repentinos cambios de humor.
- Digo, querer saber algo y no obtener respuesta, es como una obsesión - Dijo eso ultimo sin pensar.
- ¿Y si es solo eso? Una simple obsesión - Responde.
Ahora soy yo la confundida, ¿cómo?
- Es decir - Ella prosigue. - Que te aferrases a él solamente por como es, por la sensación que te da.
- ¿La sensación? - Algo dentro de mi se enciende.
- ¿No eras tú la que siempre decías que necesitabas inspiración para pintar? Quizás solo sea eso, quizás era él quien te inspiró desde el primer momento y te aferrases tanto a él - Señaló rápidamente al cuadro. - Y caíste en una obsesión por eso.
Pestañeo un par de veces mientras trago saliva y me tenso. Tiene más sentido del que ella puede imaginar. Megan podría tener razón, esto que siento por Harry se podría llamar obsesión, ya que no es posible sentir esto tan fuerte hacia una persona cuando apenas le conoces. ¿Y si dejo de ser tan cabezota? ¿Y si paro por un momento y miro a mi alrededor en busca de detalles? Esas miradas, esos besos, esa intensidad, esa respiración agitada... todo era causa de una obsesión ¿Y si yo sentía que él me deseaba por que necesitaba sentir que Harry también me quería del mismo modo que yo a él? Tiene sentido, tiene mucho sentido. Él jamás ha sentido algo por mi, era causado por mi obsesión.
Sonrío melancólicamente, he sido una estúpida, debería de haberle echo caso a Megan, Parker y Harry desde el primer momento.
No siento nada por él, nada que no sea obsesión. Nada más, es eso.
- Es eso... - Digo en voz alta sin pensar.
- Es muy fácil caer en la tentación de alguien como Harry, Sam - Adelanta unos cuantos pasos hacia mi y me coge de la mano, siento como me la aprieta me sonríe, es para reconfortarme, sabe que estoy completamente saturada, me acaba de quitar el velo de mis ojos y esta nueva luz no es aún cómoda para mi. - Déjale, ni él te conviene, ni tú le convienes a él.
Se escuchan como los pájaros pían, resuenan por todo mi estudio y rompen el silencio. Miro más allá de los ojos de Megan, parece que necesite decirme algo más, pero por alguna curiosa razón yo no quiero que lo haga. Suelto su mano y camino lentamente hacia los sofás, ella me sigue, me alegra que no me hiciese caso cuando le dije que se marchase, en realidad no quería que lo hiciese y sé que si me hubiese dejado sola ahora estaría tirándome de los pelos.
Me acomodo poniendo mi cabeza en sus muslos y descansando los pies en el reposabrazos del sofá. Ella empieza a dibujar líneas con las yemas de sus dedos por mi cara: por mi frente, baja por mi parpado izquierdo lentamente, pasa mis pestañas y mi pómulos deslizandose hacia mi labio inferior y volviendo a ascender haciendo el mismo recorrido pero al contrario. Creo que intenta dormirme o al menos relajarme, Megan me conoce demasiado bien, tanto que sabe perfectamente en lo que estoy pensando sin necesidad de que yo se lo diga, tener una conexión así a veces me resulta incómodo, a veces no me apetece hablar de lo que me ocurre y ella tan solo mete el dedo en la llaga para sacarme información, ella dice que es por mi bien, pero aun así, no quiero remover mis problemas si no hay necesidad de hacerlo.
Sé que hay algo detrás de las palabras de Megan, parecía demasiado aliviada después de que yo asimilara que tan solo era una obsesión, o quizás yo le esté dando demasiada importancia al tema, ahora mismo necesito tiempo para saber que me ha pasado con él, por qué me obsesioné tanto y de una manera tan rápida... y si, y pienso que pueda ser porque quise buscar inspiración en él y Harry pareció ser lo que yo buscaba.
El estruendoso sonido que hizo una de las ventanas cerradas al abrirse de golpe y dar contra la pared me despertó de mi profundo sueño. Mi respiración es muy rápida, provocada por el sueño que acabo de tener, niego con mi cabeza mientras me levanto, no puedo volver a pensar en Harry, ahora no puedo.
La ventana abierta deja ver el cielo cubierto de nubes y chasqueo la lengua ¿no se supone que iba a ser un día soleado? Al menos no está lloviendo y no creo que lo haga en todo lo que queda día.... ¿En todo lo que queda de día? ¿Qué hora es? Introduzco mi mano izquierda en el bolsillo de mi pantalón y saco mi móvil, le doy a la tecla de desbloquear y mis ojos se agrandan al ver la hora ''19:42'', mierda ¿cómo he podido dormir tanto? Bueno... seguro que es porque ayer apenas dormí, me recuerda mi subconsciente.
Voy al baño para darme una buena ducha, necesito despejarme y las duchas han sido siempre uno de mis grandes aliados. Paso mis dedos por debajo del abundante chorro de agua, está caliente, perfecta. El agua masajea mi espalda mientras me quedo debajo sin moverme, estoy en mi elemento y me encanta sentir tanta paz. A la media hora salgo de la ducha, me visto con unas mayas negras, un jersey gris holgado y mis botines nike , ahora mismo solo tengo ropa informal así que no tengo más remedio que ponerme esto aunque no me importa, es muy cómodo. Me recojo el pelo en un moño alto y algo desecho para terminar. Camino hacia la cama, me tumbo y me estiro cuanto puedo, vuelvo a tener sueño pero sin embargo esta vez no puedo permitirme el lujo de quedarme en ella, tendría que ir a ver a mis padres, hace mucho que no les veo, pero como siempre ya que cuando me cogí este estudio fue con la intención de ver a vivir aquí y alejarme de ellos, puede sonar muy duro pero es solo por la razón de que yo necesito intimidad a parte de que no quiero normas, ya soy mayor, no necesito el constante vigilo de mis padres, aunque aun así lo sigo teniendo.
Parker sigue teniendo mi coche en su taller, me temo que dentro de poco tendré que ir y preguntar por mi coche, espero que él no pronuncie palabra alguna sobre Har... sobre quien yo se, sería todo más fácil si hacemos como si nada, como si él no existiera.
Así que me veo obligada a caminar desde mi estudio hacia la casa de mis padres, por suerte solo se tardan unos quince o veinte minutos, cual fue la condición de mi madre, si me iba tenía que ser cerca.
- ¡Mamá! - Digo al entrar en el salón casa.
- ¡Samantha! - Ella grita desde el patio trasero.
Es raro que mi madre esté en el patio trasero, normalmente ese patio lo usamos para celebrar cumpleaños, aniversarios o algún otro tipo de fiesta. Dejo mi móvil encima de la mesa del comedor y me dirijo hacia el patio rodeando los sofás, de fondo escucho más voces y no son la de mi padre ni la de mi madre así que supongo que estarán reunidos. Alzo mi cabeza y mi corazón se para, los padres de Harry están aquí aparte de más personas a las que aún no conozco ¿pero cómo mis padres no me han avisado? Por unos minutos dudo en salir hacia el patio o volver a rodear los sofás, cosa que sería fácil hacer si no me hubiesen visto ni oído ya. Mi madre se gira hacia mi y me recibe tendiéndome una mano con una sonrisa.
- Hola mi vida - Me da un fuerte y reconfortador abrazo, muy reconfortador.
- Hola mamá - Digo contra su hombro mientras le devuelvo el abrazo.
Me suelto de su abrazo, pero ella no me suelta la mano y me lleva a donde están las demás personas reunidas, hay como tres parejas más aparte de la familia Twits, me presentan a cada una de ellas, yo no recuerdo sus apellidos y tampoco es que estuviera escuchando mucho, estaba con los cinco sentidos puestos, estoy alerta ¿y si él está aquí? Por ahora no le veo y es una sensación agridulce.
- ¡Hola Samantha! - Anne me recibe con una gran sonrisa y mi corazón se vuelca, se parece tanto a Harry.
Pero no, no puedo pensar en Harry.
- Hola Anne - Le saludo, al igual que a Robin.
- ¿Dónde te habías metido? - Dice mi madre.
¿Que dónde me había metido? Que irónico es responder esto delante de los padres de Harry... ¿Ellos sabrán algo acerca de lo que Harry realmente hace? Vienen recuerdos a mi mente de la noche en la que le conocí, como actuó delante de ellos y caigo en la conclusión de que no sabrán nada.
- En mi estudio, ya sabes, pintando - Aclaré.
- Cómo no, no he conocido a otra persona que le guste más pintar que a ella, se pasa las horas encerrada - Mi padre se dirige a la familia Twits.
- Oh, como te comprendo - Habla Anne. - A Harry le pasa igual.
- ¿Cómo? - Digo más rápido de lo que realmente creo.
- Si, Harry es igual, pero él es con la fotografía - Aclara Robin.
¿Con la fotografía? Y de repente mi bombilla se enciende ¡Claro! Por eso es tan observador, tiene que ser por eso. Intento no reprimir mi sonrisa, pero no puedo, descubrir algo sobre su personalidad es mucho más motivador de lo que realmente pensaba... pero no, tengo que parar, me recuerdo a mi misma, porque todo lo que él me provoca es obsesión. Tan solo obsesión.
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domingo, 20 de octubre de 2013
Forbidden - Capítulo 12
- ¿Vas a decirme que fue eso? - Pregunto apoyando mi cabeza en la puerta cerrada de mi estudio y agarrando su camiseta empapada, dejando ver la tinta oscura en su piel en forma de pájaros cuales podía ver el fin de las alas por encima del cuello de esta camiseta, un poco más abajo había dibujada una mariposa, me pregunto el porqué de una mariposa, me parece extraño y sexy a la vez, no sé como explicarlo pero curiosamente todo queda bien en Harry.
Suspira y se aleja de mi, vuelvo a sentir un gran vacío entre nosotros cuando mi curiosidad se apodera de mi boca y me obliga a decir estas cosas. Debería callarme, pero es demasiado difícil para mi, a de más, merezco una explicación de todo esto, es lo justo.
- ¿Harry? - Intento llamar su atención cuando va hacia los sofás que hay al lado del ventanal abierto, mi sitio favorito.
No recuerdo haber dejado la ventana abierta cuando vine por última vez... ¡Megan! Oh, dios, se me olvidó por completo llamarla, desde la última vez que estuvimos aquí no la he visto. Mi cabeza rueda hacia un lado pensando en ese encuentro, no fue uno de los mejores y en gran parte fue por su culpa. Aun sigo sintiendo presión oprimiendo mi pecho al recordar su broma pesada, decirme que se fo... bueno, que se acostó con Harry, no fue buena idea, pero quizás con quien más enojada pude estar en aquél momento fuese conmigo, ya que estaba sintiendo ganas de atacar contra su ser, contra mi mejor amiga, por el falso hecho de que se acostasen, cuando ella es lesbiana y yo bien sé que jamás se liaría con alguien como él... ¿Entonces por qué me puse de tal manera? Aquellas sensaciones vienen de nuevo a mi, muerdo mi labio inconscientemente y frunzo mi ceño al pensar que Harry no es virgen, porque seguramente no lo sea y no sé por qué, pero me siento angustiada al pensar así y en todas las tías con las que tuvo relaciones a lo largo de su vida, viendo lo hermoso que es seguro que ha debido de tener miles. No me gusta tener estos sentimientos, no sé cómo empezaron ni cuando y desde luego que no los quiero, quizás la principal razón de todo esto sea porque me da miedo sentirme así.
Dejo caer un suspiro mientras vuelvo a mirar hacia Harry que está de espaldas a mi, contemplando el oscuro paisaje lluvioso a través de mi ventana y me doy cuenta de que es muy observador.
Me encanta la oscuridad en la que mi estudio se funde, porque se ve gracias al gran ventanal precediendo todo el espacio abierto que compone este lugar.
- ¿Por qué no dejas de hacer preguntas simplemente? - Al fin dice Harry.
Sigue estando de espalda a mi, su voz es rasposa, más de lo normal, parece angustiado o esa es la sensación que me causa. Comienzo a andar hacia él a paso lento, no quiero meter presión, sé que esto terminaría muy mal si lo hago.
- Porque soy así - Respondo sin rodeos.
Harry da media vuelta lentamente, yo intento no elevar mi vista para no encontrarme con su ceño fruncido de nuevo, sé que lo tiene, aunque no lo mire, estoy segura de ello.
- ¿Nunca oíste que la curiosidad mató al gato? Deberías hacerle caso a ese dicho, limitarte a no preguntar, déjalo estar- Susurró en mi oído.
Su inquietante voz recorrió mi pecho explotando justo en el medio, mi boca está seca y yo intento con todas mis fuerzas no aparentar lo que estoy sintiendo, temor.
Cojo aire y lo suelo en una exhalación profunda, todo esto es tan complicado para mi ¿por qué? ¿Por qué a mi? ¿Por qué es tan peligroso?
- No intentes asustarme - Replico.
- No estoy amenazándote Samantha, es un consejo - Sigue susurrando.
Por un segundo le noto más cerca de mi cuello, pienso que me va a besar, pero no lo hace y yo me siento extrañamente decepcionada.
- Sabes que no puedes dejarme así - Digo inconscientemente.
Miro a Harry y como sabía su entrecejo está ahí.
- ¿Cómo? - Pregunta.
Y yo pienso en que dije esa frase porque quería ese beso en mi cuello en vez de una explicación. Agito mi cabeza y me separo de él, no puedo concentrarme si le tengo a tan pocos centímetros de él. Me dirijo hacia el ventanal y me paro a escasos centímetros.
- Ven aquí - Impone.
Niego con la cabeza muy a mi pesar, porque realmente quiero acercarme.
- Samantha - Me amenaza.
- No Harry, no voy a ir, no quiero seguir tu juego para que después me dejes sin explicaciones, si quieres jugar búscate a otra idiota - Digo sin pensar -. Ni si quiera sé para que has venido - Termino la oración para rematar.
¿¡Qué!? ¿Cómo he sido capaz de decir esto? Doy gracias a dios de que él esté aquí conmigo y no por ahí, nunca quise decir que no quería que viniese y me doy cuenta de lo estúpida que he sido al dejar que mis palabras salieran de esta manera. ¿Cómo podemos llegar a puntos tan extremos? Es decir, hace menos de diez minutos estábamos besándonos, y de verdad y justo ahora estamos peleando, o eso creo, ya que él no da muestras de enfado, no me replica, cosa que me asusta. Me doy la vuelta y él sigue parado en el mismo lugar que antes, pero me mira y esta vez sin el entrecejo, cosa que me pone realmente nerviosa ¿no se supone que debería de estar enfadado?
- Si intentas averiguar tan solo algo... - ¡No, no, Harry por favor, continua! Pienso, pero no lo hace, así que esta vez si que me acerco a él, parece confundido por la expresión de sus ojos, ya vuelvo a ver esa arruga en su entrecejo.
- Dilo Harry - Hago contacto visual con él. - ¿Qué pasa si intento averiguar algo?
- No sabes en lo que te metes, créeme - Me mira de arriba a bajo. - Esto no solo te involucra a ti, así que si te pasa algo no solo caerás tú, Samantha, déjalo estar.
¿Qué? ¿Cómo que no solo me involucra a mi? ¿Eso significa que yo y más gente estamos en esto ya? ¿O que puedo hacer daño a otras personas si intento averiguar?
- Sabes que lo haré y si no lo sabías... pues es lo que voy a hacer - Digo sin temor, o más bien dicho, ocultando el temor.
Siento como la respiración de Harry aumenta, acabo de tocar un punto peligroso en esta conversación, pero realmente no me importa si conseguir información es mi objetivo ya que si él no me lo va a decir lo averiguaré yo por mis propios modos.
Harry da dos pasos lentos hacia llegar a mi, se detiene justo en el momento que él puede sentir la punta de mis zapatos con los suyos.
- ¿Sabe... - Dijo tan deprisa y tan deprisa se paró. Tomó unos instantes para aclarar sus ideas mientras me miraba de la manera más ilegible que jamás he visto - Tienes razón, no sé ni que hago aquí.
Abrí la boca para decir que no se fuera, que se quedara conmigo, que lo sentía por ser una estúpida y por no callarme la boca, pero nada de eso salió de mis labios, me quedé congelada en el sitio mientras le miraba. ¿Por qué no puedo callarme y cuando quiero hablar me callo? Tan solo me pasa esto con él, me vuelve loca por la principal razón de que yo le dejo hacerlo y no sé la razón por la cual lo hago. Si supiera algo de Harry, tan solo algo...
Respiró profundamente y dejó caer su mirada, ¿quizás rendido? Agitó levemente su cabeza y volvió a levantar su vista hacia la mía.
- Adiós, Samantha - Da media vuelta y se dirige hacia la puerta.
Mi corazón se acelera a cada paso que Harry da hacia la salida, no quiero que se marche, no quiero separarme de él, me siento tan impotente al no poder gritar que se detenga y que no se largue. Mi boca abierta deja pasar mi descontrolada respiración, mis manos se arrugan en puños mientras mis sentimientos me consumen. Juro que voy a explotar.
- ¡Harry! - Grito sin pensar.
Él se da la vuelta y yo siento como mi corazón manda un fuerte calambre al rededor de mi pecho, aumentando mi respiración, cuando le miro a los ojos. Siento miedo cuando se aleja y yo no suelo sentir miedo por nada, ni por nadie.
No deja de mirarme, se que debo empezar a hablar pero no puedo, mis palabras se amontonan en mi boca y no sale ni una.
- ¿Qué? - No percibo ningún tono de enfado y eso hace que mis músculos se relajen.
- ¿P-por qué has venido? - Digo como puedo entre este mar de confusión.
Aun entre las sombras veo que le pilló por sorpresa mi pregunta.
- Por ti... porque tú me pediste que lo hiciera - Habló.
Mi sonrisa aparece entre mi rostro temeroso, su voz me calma, su respuesta me calma pero a la vez él es la única persona que puede hacer que mi corazón explote. Llegar hasta estos extremos es para mi algo nuevo y claramente excitante.
- ¿De verdad? - Mi tono parece más desesperado de que lo creía.
- Seré de todo, Samantha, de todo menos mentiroso - Dijo seriamente.
Da media vuelta, agarra el pomo de la puerta, lo gira y la abre. La lluvia no ha desaparecido del todo pero cae en muchísima menos cantidad. Mi cabeza rueda hacia la pared blanca que tengo a mi derecha, no quiero ver como cruza esta puerta y se marcha por mi culpa, sentir tanta angustia viéndole marchar sería un detonante para mis lágrimas. Pasan unos segundos, mortales segundos, hasta que por fin escucho el portazo que Harry da al salir y me derrumbo cayéndome al suelo y abrazando mis rodillas ¿por qué tengo ganas de llorar otra vez? Soy un completa estúpida, estoy segura de que si yo hubiese mantenido la boca cerrada ahora mismo estaría con él, ya sea abrazada o no, pero con él, ahora no se cuando lo volveré a ver ni nada y sé que si le pido a Parker que me lleve con Harry me dirá que no, después de hoy dudo mucho que él quiera volver a hacer caso a mi súplica.
Suspiro profundamente mientras me incorporo. Siento como si mi cuerpo estuviera hecho de mármol, me siento vencida por el cansancio, tanto físico como emocional.
Elevo una mano para cerrar la ventana abierta pero justamente en el momento en la que decido cerrarla la vuelvo a abrir, no solo esa, las abro todas, quedando solo la estructura de hierro que sujeta a las ventanas. Sigo dando gracias porque no tengo vértigo ya que las ventanas abiertas están a ras del suelo, dando sensación de caída. Mientras miro al lago, él, vuelve a mi: sus ojos, su mirada, su boca, su pelo, su voz, su respiración... Agito mi cabeza y me alejo de la ventana, cuanto más pienso en Harry más aumenta la presión de mi pecho.
Me tiro en la cama con la ropa puesta, estoy demasiado cansada como para quitármela o ya me la quitaré después cuando tenga ganas y esta sensación tan rara me deje, cual me deja sin fuerzas, literalmente y no quiero pensar que es Harry quien me hace sentirme así, porque no hay ninguna explicación, esto no pasa por una persona, no puede ser que esto me pase por él, no.
Abrazo mi almohada tan fuerte como puedo e intento no imaginar que es a Harry a quien quiero abrazar de esta forma, ojalá lo hubiese podido hacer ayer, cuando dormí con él, pero no lo hice, no pasó nada... Dios, ayer, aun no me creo que estuve en su cama, pensaba que después de todo esto se comportaría mejor, se ablandaría, pero no, dormir en su cama, ir a por él, verle, besarle... no significa nada para él. ¿Y yo hubiese querido que pasara algo cuando me dormí con Harry? Temo responder a esta pregunta. La anterior noche nos limitamos a dormir cada uno en nuestro lado de la cama, nos limitamos a darnos las espaldas y a dormir como dos extraños en una misma cama o quizás el no durmió, no me respondió a mis dudas así que no se si él realmente durmió conmigo o se fue nada más el sueño me venció.
Como lo está haciendo ahora, mis ojos se nublan inconscientemente y se cierran. Me duermo intranquila, con miedo, abrazando a una almohada para pensar que quien realmente está conmigo es Harry. Porque si, realmente quise que la noche anterior él me abrazara mientras dormía, porque si, estoy sintiendo algo muy fuerte por él y me da miedo.
- Fantástico - Dije Megan - Ahora es una macedonia con ketchup.
No puedo retener mi risa, dice cosas tan tontas que es inevitable no reírse con ella.
- Vete y deja trabajar a la artista - La empujo con mi mano limpia.
- Como tu digas - Dice arrastrando el trasero hacia las ventanas abiertas y se sienta en el borde de ellas con los pies hacia afuera. La luz brillante de la mañana se funde con su blanca piel, su pelo parece ahora de oro, viajo mi vista hacia su cuerpo y realmente la podría usar como una musa, se ve hermosa.
Vuelvo mi vista hacia el cuadro destrozado y dejo caer un suspiro. ¿Megan conocerá a Harry de alguna manera más intima? Viendo lo hermosa que es seguro que Harry no dudaría en tirarle los tejos ¿Y si ella los aceptó? ¿Y si realmente si que se acostaron pero me dijo que no para calmarme o para no verme sufrir? No quiero pensar en eso, y menos pensar en mi mejor amiga acostándose con el hombre por el que empiezo a sentir algo tan intenso. Ojalá pudiera dejar de pensar en Harry, ojalá pudiera sacarle de mi vida. Tan solo olvidarme.
- ¡Sam! - Siento como Megan agita mi espalda detrás de mi.
- ¿¡Qué!? - Vuelvo al mundo real.
- ¿Que por qué haces esto? - Señala al cuadro.
Mi vista recae en mi cuadro destrozado cuando Megan lo señala. Mis ojos se abren como platos cuando me doy cuenta de lo que acabo de hacer inconscientemente sobre él, escribí inconscientemente ''Harry'' con mis manos tintadas de rojo sobre el cuadro.
- Mierda - Suelto.
Mi corazón se acelera nada más de ver su nombre pintado. No quiero que Megan me ataque a preguntas, pero se que lo va a hacer, ella no es tonta, ella ya sabe que tengo a Harry en mi mente y ahora lo he demostrado.
- Te dije que te apartaras de él - Habló detrás de mi.
Me dijo, es cierto, pero también es cierto que yo no le prometí nada.
- ¿Esto significa que Harry sigue en tu vida? - Megan me acusó. - No sabes lo que haces Sam, de verdad que no - Me agarra de un brazo y me obliga a darme la vuelta para mirarla, pero no la miro.
- ¿Tú le conoces? ¿Hasta cuanto le conoces? - Pregunto.
- Le conozco, con eso sobra para saber que él no es un buen tipo.
Megan no sabe tampoco en donde se mete. Estoy empezando a hartarme de este tema y ella está hurgando en la llaga y me hace chillar de dolor.
- ¿¡Y tu que sabes!? - Exclamo mirándole a los ojos - Dime la razón por la cual yo me tengo que apartar de él y lo hago, me apartaré de Harry.
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Suspira y se aleja de mi, vuelvo a sentir un gran vacío entre nosotros cuando mi curiosidad se apodera de mi boca y me obliga a decir estas cosas. Debería callarme, pero es demasiado difícil para mi, a de más, merezco una explicación de todo esto, es lo justo.
- ¿Harry? - Intento llamar su atención cuando va hacia los sofás que hay al lado del ventanal abierto, mi sitio favorito.
No recuerdo haber dejado la ventana abierta cuando vine por última vez... ¡Megan! Oh, dios, se me olvidó por completo llamarla, desde la última vez que estuvimos aquí no la he visto. Mi cabeza rueda hacia un lado pensando en ese encuentro, no fue uno de los mejores y en gran parte fue por su culpa. Aun sigo sintiendo presión oprimiendo mi pecho al recordar su broma pesada, decirme que se fo... bueno, que se acostó con Harry, no fue buena idea, pero quizás con quien más enojada pude estar en aquél momento fuese conmigo, ya que estaba sintiendo ganas de atacar contra su ser, contra mi mejor amiga, por el falso hecho de que se acostasen, cuando ella es lesbiana y yo bien sé que jamás se liaría con alguien como él... ¿Entonces por qué me puse de tal manera? Aquellas sensaciones vienen de nuevo a mi, muerdo mi labio inconscientemente y frunzo mi ceño al pensar que Harry no es virgen, porque seguramente no lo sea y no sé por qué, pero me siento angustiada al pensar así y en todas las tías con las que tuvo relaciones a lo largo de su vida, viendo lo hermoso que es seguro que ha debido de tener miles. No me gusta tener estos sentimientos, no sé cómo empezaron ni cuando y desde luego que no los quiero, quizás la principal razón de todo esto sea porque me da miedo sentirme así.
Dejo caer un suspiro mientras vuelvo a mirar hacia Harry que está de espaldas a mi, contemplando el oscuro paisaje lluvioso a través de mi ventana y me doy cuenta de que es muy observador.
Me encanta la oscuridad en la que mi estudio se funde, porque se ve gracias al gran ventanal precediendo todo el espacio abierto que compone este lugar.
- ¿Por qué no dejas de hacer preguntas simplemente? - Al fin dice Harry.
Sigue estando de espalda a mi, su voz es rasposa, más de lo normal, parece angustiado o esa es la sensación que me causa. Comienzo a andar hacia él a paso lento, no quiero meter presión, sé que esto terminaría muy mal si lo hago.
- Porque soy así - Respondo sin rodeos.
Harry da media vuelta lentamente, yo intento no elevar mi vista para no encontrarme con su ceño fruncido de nuevo, sé que lo tiene, aunque no lo mire, estoy segura de ello.
- ¿Nunca oíste que la curiosidad mató al gato? Deberías hacerle caso a ese dicho, limitarte a no preguntar, déjalo estar- Susurró en mi oído.
Su inquietante voz recorrió mi pecho explotando justo en el medio, mi boca está seca y yo intento con todas mis fuerzas no aparentar lo que estoy sintiendo, temor.
Cojo aire y lo suelo en una exhalación profunda, todo esto es tan complicado para mi ¿por qué? ¿Por qué a mi? ¿Por qué es tan peligroso?
- No intentes asustarme - Replico.
- No estoy amenazándote Samantha, es un consejo - Sigue susurrando.
Por un segundo le noto más cerca de mi cuello, pienso que me va a besar, pero no lo hace y yo me siento extrañamente decepcionada.
- Sabes que no puedes dejarme así - Digo inconscientemente.
Miro a Harry y como sabía su entrecejo está ahí.
- ¿Cómo? - Pregunta.
Y yo pienso en que dije esa frase porque quería ese beso en mi cuello en vez de una explicación. Agito mi cabeza y me separo de él, no puedo concentrarme si le tengo a tan pocos centímetros de él. Me dirijo hacia el ventanal y me paro a escasos centímetros.
- Ven aquí - Impone.
Niego con la cabeza muy a mi pesar, porque realmente quiero acercarme.
- Samantha - Me amenaza.
- No Harry, no voy a ir, no quiero seguir tu juego para que después me dejes sin explicaciones, si quieres jugar búscate a otra idiota - Digo sin pensar -. Ni si quiera sé para que has venido - Termino la oración para rematar.
¿¡Qué!? ¿Cómo he sido capaz de decir esto? Doy gracias a dios de que él esté aquí conmigo y no por ahí, nunca quise decir que no quería que viniese y me doy cuenta de lo estúpida que he sido al dejar que mis palabras salieran de esta manera. ¿Cómo podemos llegar a puntos tan extremos? Es decir, hace menos de diez minutos estábamos besándonos, y de verdad y justo ahora estamos peleando, o eso creo, ya que él no da muestras de enfado, no me replica, cosa que me asusta. Me doy la vuelta y él sigue parado en el mismo lugar que antes, pero me mira y esta vez sin el entrecejo, cosa que me pone realmente nerviosa ¿no se supone que debería de estar enfadado?
- Si intentas averiguar tan solo algo... - ¡No, no, Harry por favor, continua! Pienso, pero no lo hace, así que esta vez si que me acerco a él, parece confundido por la expresión de sus ojos, ya vuelvo a ver esa arruga en su entrecejo.
- Dilo Harry - Hago contacto visual con él. - ¿Qué pasa si intento averiguar algo?
- No sabes en lo que te metes, créeme - Me mira de arriba a bajo. - Esto no solo te involucra a ti, así que si te pasa algo no solo caerás tú, Samantha, déjalo estar.
¿Qué? ¿Cómo que no solo me involucra a mi? ¿Eso significa que yo y más gente estamos en esto ya? ¿O que puedo hacer daño a otras personas si intento averiguar?
- Sabes que lo haré y si no lo sabías... pues es lo que voy a hacer - Digo sin temor, o más bien dicho, ocultando el temor.
Siento como la respiración de Harry aumenta, acabo de tocar un punto peligroso en esta conversación, pero realmente no me importa si conseguir información es mi objetivo ya que si él no me lo va a decir lo averiguaré yo por mis propios modos.
Harry da dos pasos lentos hacia llegar a mi, se detiene justo en el momento que él puede sentir la punta de mis zapatos con los suyos.
- ¿Sabe... - Dijo tan deprisa y tan deprisa se paró. Tomó unos instantes para aclarar sus ideas mientras me miraba de la manera más ilegible que jamás he visto - Tienes razón, no sé ni que hago aquí.
Abrí la boca para decir que no se fuera, que se quedara conmigo, que lo sentía por ser una estúpida y por no callarme la boca, pero nada de eso salió de mis labios, me quedé congelada en el sitio mientras le miraba. ¿Por qué no puedo callarme y cuando quiero hablar me callo? Tan solo me pasa esto con él, me vuelve loca por la principal razón de que yo le dejo hacerlo y no sé la razón por la cual lo hago. Si supiera algo de Harry, tan solo algo...
Respiró profundamente y dejó caer su mirada, ¿quizás rendido? Agitó levemente su cabeza y volvió a levantar su vista hacia la mía.
- Adiós, Samantha - Da media vuelta y se dirige hacia la puerta.
Mi corazón se acelera a cada paso que Harry da hacia la salida, no quiero que se marche, no quiero separarme de él, me siento tan impotente al no poder gritar que se detenga y que no se largue. Mi boca abierta deja pasar mi descontrolada respiración, mis manos se arrugan en puños mientras mis sentimientos me consumen. Juro que voy a explotar.
- ¡Harry! - Grito sin pensar.
Él se da la vuelta y yo siento como mi corazón manda un fuerte calambre al rededor de mi pecho, aumentando mi respiración, cuando le miro a los ojos. Siento miedo cuando se aleja y yo no suelo sentir miedo por nada, ni por nadie.
No deja de mirarme, se que debo empezar a hablar pero no puedo, mis palabras se amontonan en mi boca y no sale ni una.
- ¿Qué? - No percibo ningún tono de enfado y eso hace que mis músculos se relajen.
- ¿P-por qué has venido? - Digo como puedo entre este mar de confusión.
Aun entre las sombras veo que le pilló por sorpresa mi pregunta.
- Por ti... porque tú me pediste que lo hiciera - Habló.
Mi sonrisa aparece entre mi rostro temeroso, su voz me calma, su respuesta me calma pero a la vez él es la única persona que puede hacer que mi corazón explote. Llegar hasta estos extremos es para mi algo nuevo y claramente excitante.
- ¿De verdad? - Mi tono parece más desesperado de que lo creía.
- Seré de todo, Samantha, de todo menos mentiroso - Dijo seriamente.
Da media vuelta, agarra el pomo de la puerta, lo gira y la abre. La lluvia no ha desaparecido del todo pero cae en muchísima menos cantidad. Mi cabeza rueda hacia la pared blanca que tengo a mi derecha, no quiero ver como cruza esta puerta y se marcha por mi culpa, sentir tanta angustia viéndole marchar sería un detonante para mis lágrimas. Pasan unos segundos, mortales segundos, hasta que por fin escucho el portazo que Harry da al salir y me derrumbo cayéndome al suelo y abrazando mis rodillas ¿por qué tengo ganas de llorar otra vez? Soy un completa estúpida, estoy segura de que si yo hubiese mantenido la boca cerrada ahora mismo estaría con él, ya sea abrazada o no, pero con él, ahora no se cuando lo volveré a ver ni nada y sé que si le pido a Parker que me lleve con Harry me dirá que no, después de hoy dudo mucho que él quiera volver a hacer caso a mi súplica.
Suspiro profundamente mientras me incorporo. Siento como si mi cuerpo estuviera hecho de mármol, me siento vencida por el cansancio, tanto físico como emocional.
Elevo una mano para cerrar la ventana abierta pero justamente en el momento en la que decido cerrarla la vuelvo a abrir, no solo esa, las abro todas, quedando solo la estructura de hierro que sujeta a las ventanas. Sigo dando gracias porque no tengo vértigo ya que las ventanas abiertas están a ras del suelo, dando sensación de caída. Mientras miro al lago, él, vuelve a mi: sus ojos, su mirada, su boca, su pelo, su voz, su respiración... Agito mi cabeza y me alejo de la ventana, cuanto más pienso en Harry más aumenta la presión de mi pecho.
Me tiro en la cama con la ropa puesta, estoy demasiado cansada como para quitármela o ya me la quitaré después cuando tenga ganas y esta sensación tan rara me deje, cual me deja sin fuerzas, literalmente y no quiero pensar que es Harry quien me hace sentirme así, porque no hay ninguna explicación, esto no pasa por una persona, no puede ser que esto me pase por él, no.
Abrazo mi almohada tan fuerte como puedo e intento no imaginar que es a Harry a quien quiero abrazar de esta forma, ojalá lo hubiese podido hacer ayer, cuando dormí con él, pero no lo hice, no pasó nada... Dios, ayer, aun no me creo que estuve en su cama, pensaba que después de todo esto se comportaría mejor, se ablandaría, pero no, dormir en su cama, ir a por él, verle, besarle... no significa nada para él. ¿Y yo hubiese querido que pasara algo cuando me dormí con Harry? Temo responder a esta pregunta. La anterior noche nos limitamos a dormir cada uno en nuestro lado de la cama, nos limitamos a darnos las espaldas y a dormir como dos extraños en una misma cama o quizás el no durmió, no me respondió a mis dudas así que no se si él realmente durmió conmigo o se fue nada más el sueño me venció.
Como lo está haciendo ahora, mis ojos se nublan inconscientemente y se cierran. Me duermo intranquila, con miedo, abrazando a una almohada para pensar que quien realmente está conmigo es Harry. Porque si, realmente quise que la noche anterior él me abrazara mientras dormía, porque si, estoy sintiendo algo muy fuerte por él y me da miedo.
***
- Sam, te digo que yo puedo ser tu musa - Megan habla muy risueña.
Me he levantado muy temprano, cuando miré el reloj eran tan solo las cinco y media, daba vueltas por mi cama pero no podía volver a conciliar el sueño, pensaba demasiado en todo así que hice lo que mejor se me da para dejar de pensar, que es pintar.
- Tu no vas a ser mi musa - Me río mientras me paso la mano por mi mejilla aliviando mi picor y sin querer me pinto de azul cían. - Mi musa ahora mismo es esto - Señalo al jarrón con manzanas.
La puerta sonó a las diez menos veinte, corrí hacia ella sintiendo como mi corazón daba brincos de alegría, pensaba que sería él, pero realmente quien llamó fue Megan. No es que me decepcionase ver a mi mejor amiga, que para nada es así, me alegró más de lo que ella podrá imaginar ya que con ella aquí se que no voy a pensar tanto en Harry, pero si, me sentí algo mal cuando vi que no fue él quien llamó a mi puerta.
La risa de Megan resuena por todo el estudio, contagiándome.
- Está bien, esta bien, pero cuando decidas que quieres pintar una obra de arte y no un cartel para una frutería, me llamas - Hace el gesto del teléfono con la mano.
Le saco la lengua y vuelvo a mi pintura. Miro por unos minutos el cuadro y sé que tiene razón, es tan típico, tengo tantos cuadros pintados de esta forma, hay tantos cuadros de más gente con esta forma... respiro hondo y miro a Megan, cual se sienta a mi lado.
- Tienes razón - Susurro.
Sin pensar meto mi mano dentro del bote rojo y la saco, viendo como la pintura corre a través de mis dedos hacia el suelo, muevo mis dedos para hacer que la pintura no chorree tanto y la presiono al cuadro, limpiándome la mano en él.
- Fantástico - Dije Megan - Ahora es una macedonia con ketchup.
No puedo retener mi risa, dice cosas tan tontas que es inevitable no reírse con ella.
- Vete y deja trabajar a la artista - La empujo con mi mano limpia.
- Como tu digas - Dice arrastrando el trasero hacia las ventanas abiertas y se sienta en el borde de ellas con los pies hacia afuera. La luz brillante de la mañana se funde con su blanca piel, su pelo parece ahora de oro, viajo mi vista hacia su cuerpo y realmente la podría usar como una musa, se ve hermosa.
Vuelvo mi vista hacia el cuadro destrozado y dejo caer un suspiro. ¿Megan conocerá a Harry de alguna manera más intima? Viendo lo hermosa que es seguro que Harry no dudaría en tirarle los tejos ¿Y si ella los aceptó? ¿Y si realmente si que se acostaron pero me dijo que no para calmarme o para no verme sufrir? No quiero pensar en eso, y menos pensar en mi mejor amiga acostándose con el hombre por el que empiezo a sentir algo tan intenso. Ojalá pudiera dejar de pensar en Harry, ojalá pudiera sacarle de mi vida. Tan solo olvidarme.
- ¡Sam! - Siento como Megan agita mi espalda detrás de mi.
- ¿¡Qué!? - Vuelvo al mundo real.
- ¿Que por qué haces esto? - Señala al cuadro.
Mi vista recae en mi cuadro destrozado cuando Megan lo señala. Mis ojos se abren como platos cuando me doy cuenta de lo que acabo de hacer inconscientemente sobre él, escribí inconscientemente ''Harry'' con mis manos tintadas de rojo sobre el cuadro.
- Mierda - Suelto.
Mi corazón se acelera nada más de ver su nombre pintado. No quiero que Megan me ataque a preguntas, pero se que lo va a hacer, ella no es tonta, ella ya sabe que tengo a Harry en mi mente y ahora lo he demostrado.
- Te dije que te apartaras de él - Habló detrás de mi.
Me dijo, es cierto, pero también es cierto que yo no le prometí nada.
- ¿Esto significa que Harry sigue en tu vida? - Megan me acusó. - No sabes lo que haces Sam, de verdad que no - Me agarra de un brazo y me obliga a darme la vuelta para mirarla, pero no la miro.
- ¿Tú le conoces? ¿Hasta cuanto le conoces? - Pregunto.
- Le conozco, con eso sobra para saber que él no es un buen tipo.
Megan no sabe tampoco en donde se mete. Estoy empezando a hartarme de este tema y ella está hurgando en la llaga y me hace chillar de dolor.
- ¿¡Y tu que sabes!? - Exclamo mirándole a los ojos - Dime la razón por la cual yo me tengo que apartar de él y lo hago, me apartaré de Harry.
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domingo, 13 de octubre de 2013
Forbidden - Capítulo 11
Suelto un gemido al sentir los labios de Harry presionando los míos. Me tiene inmóvil bajo su fuerte agarre en mis muñecas sujetadas por detrás de mi espalda, él hace que me encorve un poco al mantenerme así, pero no protesto, no me desato de él, por fin me está besando. Siento como esa electricidad está chocando entre nuestros cuerpos juntos, la presión que Harry ejerce sobre mis labios me da un dolor placentero, es salvaje y a mi me vuelve loca sentirle así, casi desesperado por sentir mi respiración en su boca. Su lengua se enlaza con la mía vacilantemente y yo me dejo llevar él, sigo su juego, porque esto es lo que es, un juego al que creo que me estoy volviendo adicta con la mayor rapidez del mundo.
Cuando lo hace me acaricio mis muñecas algo rojizas por la presión en la que me sostenía, ¿así podría tener mis labios? Sin duda aún sentía un hormigueo recorriendo por ellos. Pensaba que con mi confesión de querer acercarme a él quizás se ablandaría un poco, pero ni de broma y me estoy arrepintiendo de haber dicho esto, de una manera tan rápida, ahora sé que no debía de haberlo hecho. La próxima vez que vuelva a decir algo así me lo pensaré doscientas mil veces, me prometo. Ahora no se como comportarme hacia él. Pero me ha besado con tanto deseo o quizás ha sabido fingir muy bien... Mierda, este hombre me vuelve loca, en todo los sentidos.
Su boca sabe a gloria, no se como definir este sabor, pero juro que me podría llevar toda mi vida besando estos deseables labios rosados. Él para y yo vuelvo a juntar mis labios con los de él sin pensar, cosa que le hace sonreír mientras me besa, esto es lo que me hace parar, su sonrisa. Separo mis labios e inclino mi cabeza unos centímetros hacia atrás. No puedo definir este rasgo como una verdadera sonrisa, pero casi. ¿Por qué no tiene esta cara todo el tiempo? Si ya es lo más hermoso con su seria y habitual cara, con esta sonrisa es millones de veces más, algo que creía realmente imposible.
- ¿Qué? - Pregunta sin romper el contacto visual.
Sonrío más y agito mi cabeza empujando mis pensamientos lejos, no quiero que sepa lo que pienso, que se ve aún más hermoso con esa sonrisa, seguramente me tomaría por una tonta.
- Samantha, dímelo - Impone.
- No puedo - Le imito, juego sucio.
Se que estoy comportándome como una niña estúpida, pero si él va a ocultarme información yo también puedo hacer lo mismo. Prueba de tu medicina Styles, grita mi subconsciente.
- Como quieras - Dice y me suelta de mala gana.
- Samantha, dímelo - Impone.
- No puedo - Le imito, juego sucio.
Se que estoy comportándome como una niña estúpida, pero si él va a ocultarme información yo también puedo hacer lo mismo. Prueba de tu medicina Styles, grita mi subconsciente.
- Como quieras - Dice y me suelta de mala gana.
Cuando lo hace me acaricio mis muñecas algo rojizas por la presión en la que me sostenía, ¿así podría tener mis labios? Sin duda aún sentía un hormigueo recorriendo por ellos. Pensaba que con mi confesión de querer acercarme a él quizás se ablandaría un poco, pero ni de broma y me estoy arrepintiendo de haber dicho esto, de una manera tan rápida, ahora sé que no debía de haberlo hecho. La próxima vez que vuelva a decir algo así me lo pensaré doscientas mil veces, me prometo. Ahora no se como comportarme hacia él. Pero me ha besado con tanto deseo o quizás ha sabido fingir muy bien... Mierda, este hombre me vuelve loca, en todo los sentidos.
Veo como hunde su mano en el bolsillo de su pantalón y saca su móvil, lo desbloquea y llama.
- ¿Parker? ¿Cómo fue?
Se que este tema es serio por como Harry cambió su cara de vuelta a su típico entrecejo, quiero preguntarle tantas cosas... aunque no se si hacerlo, ya que cada vez que intento sacarle algo de información el rehuye y no quiero que lo haga, quiero quedarme con él.
- Está bien - Él suspira - Vale, te veremos aquí entonces - Y cuelga.
¿Te veremos? ¿Acaso Parker iba a venir? ¿Para qué? Oh, claro, seguramente sería para recogerme porque yo no me pienso subir más a una moto con Harry, nunca. Veo como la pantalla se oscurece y vuelve a meter el aparato en su bolsillo.
- Parker estará aquí en diez minutos - Dice y se aclara la voz.
Le siento incómodo y me alegra no ser la única. Asiento y bajo mi mirada. Camino hacia unas rocas que sobresalen de una pared rocosa, las vistas desde aquí son impresionantes, menos mal que no tengo vértigo, ya que justo al otro lado del quitamiedos hay un gran acantilado repleto de árboles, sin duda me encanta este lugar, aunque solo sea una simple carretera, pero me encanta o puede ser que estar con Harry provoque que me guste me habla mi subconsciente de nuevo.
- Harry - Le miro y maldigo en mi interior por lo sexy que se ve.
- ¿Mm? - Se gira hacia mi sobre sus pies, él también estaba admirando las vistas.
- ¿Dónde estamos?
Camina hacia mi con sus manos hundidas en los bolsillos y se sienta a mi lado en cuanto le hago sitio, procuro no rozarle, pese a que me estoy muriendo de ganas por hacerlo. Siento que mi pulso aumenta cuando está cerca de mi y odio que me provoque sensaciones así de fuertes, es realmente frustrante.
- Estamos en un barranco - Se encoje de hombros.
Mi subconsciente le aplaude sarcásticamente y yo pongo los ojos en blanco. Él lo nota, aunque no dice nada. Me pregunto si hace aposta esto de ponerme de irritarme.
- Me refiero al lugar - Señalo hacia el inmenso bosque que hay bajo el barranco y hacia la carretera haciendo un pequeño circulo con mi dedo índice.
- Es el bosque del lago Doonen - Aclara.
- ¿En serio? - Digo sorprendida por como se ve desde aquí arriba, es inmenso, jamás lo vi con estas perspectivas.
- ¿Has ido alguna vez? - Pregunta.
Le doy una negativa con la cabeza.
- Deberías, es enorme, puedes hacer lo que te de la gana sin que nadie te vea.
Solté una suave risa.
- ¿Lo dices por experiencia? - Pregunto sonriendole.
Él gira su cabeza hacia mi y fija sus verdes ojos en mis labios arqueados hacia arriba, tiene una expresión ilegible en su mirada, lentamente dejo de sonreír y agacho mi cabeza. Me agotas, Harry.
- Lo digo por experiencia - Prosigue -. No tienes ni idea la cantidad de veces que me pasé en aquel bosque - Dice convirtiendo su frase en un breve susurro.
Lo ha dicho sin pensar, estoy segura y a mi me ha dejado con la miel en los labios de nuevo. Pero no voy a preguntar, aun estoy demasiado confusa y avergonzada como para fastidiarla más.
- Yo me perdería seguramente - Digo para romper la tensión.
Siento su mirada fija en mi, prendiendo aun más la llama.
- ¿Por qué? - Pregunta.
- No tengo sentido de la orientación - Me encojo de hombros -. Soy un puro desastre - Evito una risa, pero no puedo con mi sonrisa.
- ¡Oh, no puede ser! - bromea y yo me río, me encanta que me tome el pelo, lo acabo de descubrir -. Yo te llevaré algún día - Dice y lo dice en serio por como me mira.
¿Me va a llevar con él? Eso significa que puedo volver a verle de nuevo, la felicidad invade cada centímetro de mi ser y mis nervios vuelven a atarse sobre mi pecho, estoy tan eufórica, mi inmensa sonrisa me delata. No quiero que me vea sonreír y menos que piense que él fue la causa de ello. Siento su mano sobre mi muslo derecho, siento como me quema, como su toque me hace irradiar electricidad de nuevo.
- ¿Por qué agachas la cabeza cuando sonríes? - Pregunta.
Mierda, ¿por qué me dice eso? Levanto mi cabeza hacia la puesta de sol, evitando su pregunta y el pensar que su mano esta apoyada en mi muslo, por la zona superior y sus dedos están acariciándome. ¿Pero que le pasa? De un segundo pasa a estar tan bien cuando antes era el más distante del mundo. Quizás pueda aprovechar su buen humor.
- ¿Por qué yo, menos que nadie, podía estar en aquel lugar, Harry? - Pongo mi mano encima de la suya, quizás note lo que estoy haciendo, pero realmente quiero saber el por qué.
Sus dedos dejan de acariciarme y se paran al instante que yo termino la frase, como siempre, noto un escalofrío cuando el ambiente se tensa.
- No creo que te hubiera gustado ser el centro de atención y no en el buen sentido - Él al fin habla y yo me sorprendo. Descifrar las palabras de Harry no es un trabajo fácil.
- ¿Tan malo hubiera sido? - Realmente no se si lo quiero saber por el tono rasposo de Harry.
- Te sorprenderías - Terminó la discusión y se levantó hacia su Harley cuando vio a lo lejos el coche negro de Parker acercándose.
Parker se detuvo delante de nosotros, estiró su cuerpo hacia la puerta del copiloto y la abrió para mi.
- Sube, hay que irse ahora mismo Sam - Dice nervioso.
Miro a Harry cual no pierde atención de la carretera, está inquieto y nervioso, siento la tremenda necesidad de ir a sus brazos, pero no lo hago muy a mi pesar y subo al coche cuando Parker grita mi nombre.
- ¿Harry? - Dijo a través de la ventanilla. No tengo ni idea de porqué estoy temiendo por él.
Me mira y se acerca hacia la ventanilla poyando sus codos en ella.
- Llévala a su estudio, no a su casa, es el primer sitio donde mirarían - Impone a Parker.
¿Cómo sabía que yo tenía un estudio? ¿Y que mirarían? ¿Que está pasando? La confusión se cierne de nuevo sobre mi. Parker asiente sin discutir mientras mira por el espejo retrovisor. Yo no dejo de mirar al chico de pelo rizado apoyado en mi ventanilla, luce extrañamente despreocupado, pero se que está nervioso, sus ojos le delatan.
- Harry... - Dijo sin saber por qué.
Me mira durante unos segundos y finalmente susurra...
- Lo sé, tengo que llevarte de excursión al bosque, no se me olvidó - Dice como un padre que quiere convencer a su hija de que no hay monstruos en el armario o debajo de su cama, pero yo no soy una niña y no me lo creo, pasa algo y no quiero pensar que a él le ocurra algo.
- Por favor, ven después - Suplico sin darme cuenta de que Parker está escuchando.
No hace nada menos que mirarme como si quisiera algo más de mi.
- Iros ya - Habla y yo cojo su mano antes de que él la quite de la ventanilla.
- Por dios Harry, ven después, quiero ver que estás bien.
- ¿Por qué dices esto? Estaré bien - Intenta calmarme.
- Por favor - Susurro.
De repente escuchamos unos rugidos de motos que hacen que a Parker se le escape una maldición en voz alta mientras mira por el espejo retrovisor.
- ¡Harry! - Tiro de su mano para que me mire.
En cuanto hace contacto visual conmigo siento el miedo recorriendo por sus ojos hacia los míos y no se como no estoy explotando de tensión y angustia ¿Qué pasa? No sé en qué momento se ha convertido este tranquilo sitio en el lugar más tenso del planeta.
- Iré, lo prometo - Dice y suelta con agilidad mi mano.
Y Parker me saca de aquí a gran velocidad dejando a Harry solo y me siento como la peor persona del mundo por hacer esto, ahora mismo quiero estar ahí con él, segura de que no le pasa nada pero en vez de eso estoy huyendo de algo que es peligroso, ¿pues si es tan peligroso por qué Harry no nos sigue? ¿Por qué se ha quedado ahí? Intento reprimir las ganas de llorar, pero no puedo y dejo escapar mis lágrimas, ¿por qué me afectas tanto Harry? ¿Por qué siento aun el miedo de tus ojos en mi? No quiero pensar en que le pueda ocurrir algo malo.
- Sam, no llores - Dice Parker mientras conduce algo más relajado.
Seco mis lágrimas pero aún sigo llorando en silencio y le ignoro, ahora no tengo ganas de batallar contra nadie.
- ¿Parker? ¿Cómo fue?
Se que este tema es serio por como Harry cambió su cara de vuelta a su típico entrecejo, quiero preguntarle tantas cosas... aunque no se si hacerlo, ya que cada vez que intento sacarle algo de información el rehuye y no quiero que lo haga, quiero quedarme con él.
- Está bien - Él suspira - Vale, te veremos aquí entonces - Y cuelga.
¿Te veremos? ¿Acaso Parker iba a venir? ¿Para qué? Oh, claro, seguramente sería para recogerme porque yo no me pienso subir más a una moto con Harry, nunca. Veo como la pantalla se oscurece y vuelve a meter el aparato en su bolsillo.
- Parker estará aquí en diez minutos - Dice y se aclara la voz.
Le siento incómodo y me alegra no ser la única. Asiento y bajo mi mirada. Camino hacia unas rocas que sobresalen de una pared rocosa, las vistas desde aquí son impresionantes, menos mal que no tengo vértigo, ya que justo al otro lado del quitamiedos hay un gran acantilado repleto de árboles, sin duda me encanta este lugar, aunque solo sea una simple carretera, pero me encanta o puede ser que estar con Harry provoque que me guste me habla mi subconsciente de nuevo.
- Harry - Le miro y maldigo en mi interior por lo sexy que se ve.
- ¿Mm? - Se gira hacia mi sobre sus pies, él también estaba admirando las vistas.
- ¿Dónde estamos?
Camina hacia mi con sus manos hundidas en los bolsillos y se sienta a mi lado en cuanto le hago sitio, procuro no rozarle, pese a que me estoy muriendo de ganas por hacerlo. Siento que mi pulso aumenta cuando está cerca de mi y odio que me provoque sensaciones así de fuertes, es realmente frustrante.
- Estamos en un barranco - Se encoje de hombros.
Mi subconsciente le aplaude sarcásticamente y yo pongo los ojos en blanco. Él lo nota, aunque no dice nada. Me pregunto si hace aposta esto de ponerme de irritarme.
- Me refiero al lugar - Señalo hacia el inmenso bosque que hay bajo el barranco y hacia la carretera haciendo un pequeño circulo con mi dedo índice.
- Es el bosque del lago Doonen - Aclara.
- ¿En serio? - Digo sorprendida por como se ve desde aquí arriba, es inmenso, jamás lo vi con estas perspectivas.
- ¿Has ido alguna vez? - Pregunta.
Le doy una negativa con la cabeza.
- Deberías, es enorme, puedes hacer lo que te de la gana sin que nadie te vea.
Solté una suave risa.
- ¿Lo dices por experiencia? - Pregunto sonriendole.
Él gira su cabeza hacia mi y fija sus verdes ojos en mis labios arqueados hacia arriba, tiene una expresión ilegible en su mirada, lentamente dejo de sonreír y agacho mi cabeza. Me agotas, Harry.
- Lo digo por experiencia - Prosigue -. No tienes ni idea la cantidad de veces que me pasé en aquel bosque - Dice convirtiendo su frase en un breve susurro.
Lo ha dicho sin pensar, estoy segura y a mi me ha dejado con la miel en los labios de nuevo. Pero no voy a preguntar, aun estoy demasiado confusa y avergonzada como para fastidiarla más.
- Yo me perdería seguramente - Digo para romper la tensión.
Siento su mirada fija en mi, prendiendo aun más la llama.
- ¿Por qué? - Pregunta.
- No tengo sentido de la orientación - Me encojo de hombros -. Soy un puro desastre - Evito una risa, pero no puedo con mi sonrisa.
- ¡Oh, no puede ser! - bromea y yo me río, me encanta que me tome el pelo, lo acabo de descubrir -. Yo te llevaré algún día - Dice y lo dice en serio por como me mira.
¿Me va a llevar con él? Eso significa que puedo volver a verle de nuevo, la felicidad invade cada centímetro de mi ser y mis nervios vuelven a atarse sobre mi pecho, estoy tan eufórica, mi inmensa sonrisa me delata. No quiero que me vea sonreír y menos que piense que él fue la causa de ello. Siento su mano sobre mi muslo derecho, siento como me quema, como su toque me hace irradiar electricidad de nuevo.
- ¿Por qué agachas la cabeza cuando sonríes? - Pregunta.
Mierda, ¿por qué me dice eso? Levanto mi cabeza hacia la puesta de sol, evitando su pregunta y el pensar que su mano esta apoyada en mi muslo, por la zona superior y sus dedos están acariciándome. ¿Pero que le pasa? De un segundo pasa a estar tan bien cuando antes era el más distante del mundo. Quizás pueda aprovechar su buen humor.
- ¿Por qué yo, menos que nadie, podía estar en aquel lugar, Harry? - Pongo mi mano encima de la suya, quizás note lo que estoy haciendo, pero realmente quiero saber el por qué.
Sus dedos dejan de acariciarme y se paran al instante que yo termino la frase, como siempre, noto un escalofrío cuando el ambiente se tensa.
- No creo que te hubiera gustado ser el centro de atención y no en el buen sentido - Él al fin habla y yo me sorprendo. Descifrar las palabras de Harry no es un trabajo fácil.
- ¿Tan malo hubiera sido? - Realmente no se si lo quiero saber por el tono rasposo de Harry.
- Te sorprenderías - Terminó la discusión y se levantó hacia su Harley cuando vio a lo lejos el coche negro de Parker acercándose.
Parker se detuvo delante de nosotros, estiró su cuerpo hacia la puerta del copiloto y la abrió para mi.
- Sube, hay que irse ahora mismo Sam - Dice nervioso.
Miro a Harry cual no pierde atención de la carretera, está inquieto y nervioso, siento la tremenda necesidad de ir a sus brazos, pero no lo hago muy a mi pesar y subo al coche cuando Parker grita mi nombre.
- ¿Harry? - Dijo a través de la ventanilla. No tengo ni idea de porqué estoy temiendo por él.
Me mira y se acerca hacia la ventanilla poyando sus codos en ella.
- Llévala a su estudio, no a su casa, es el primer sitio donde mirarían - Impone a Parker.
¿Cómo sabía que yo tenía un estudio? ¿Y que mirarían? ¿Que está pasando? La confusión se cierne de nuevo sobre mi. Parker asiente sin discutir mientras mira por el espejo retrovisor. Yo no dejo de mirar al chico de pelo rizado apoyado en mi ventanilla, luce extrañamente despreocupado, pero se que está nervioso, sus ojos le delatan.
- Harry... - Dijo sin saber por qué.
Me mira durante unos segundos y finalmente susurra...
- Lo sé, tengo que llevarte de excursión al bosque, no se me olvidó - Dice como un padre que quiere convencer a su hija de que no hay monstruos en el armario o debajo de su cama, pero yo no soy una niña y no me lo creo, pasa algo y no quiero pensar que a él le ocurra algo.
- Por favor, ven después - Suplico sin darme cuenta de que Parker está escuchando.
No hace nada menos que mirarme como si quisiera algo más de mi.
- Iros ya - Habla y yo cojo su mano antes de que él la quite de la ventanilla.
- Por dios Harry, ven después, quiero ver que estás bien.
- ¿Por qué dices esto? Estaré bien - Intenta calmarme.
- Por favor - Susurro.
De repente escuchamos unos rugidos de motos que hacen que a Parker se le escape una maldición en voz alta mientras mira por el espejo retrovisor.
- ¡Harry! - Tiro de su mano para que me mire.
En cuanto hace contacto visual conmigo siento el miedo recorriendo por sus ojos hacia los míos y no se como no estoy explotando de tensión y angustia ¿Qué pasa? No sé en qué momento se ha convertido este tranquilo sitio en el lugar más tenso del planeta.
- Iré, lo prometo - Dice y suelta con agilidad mi mano.
Y Parker me saca de aquí a gran velocidad dejando a Harry solo y me siento como la peor persona del mundo por hacer esto, ahora mismo quiero estar ahí con él, segura de que no le pasa nada pero en vez de eso estoy huyendo de algo que es peligroso, ¿pues si es tan peligroso por qué Harry no nos sigue? ¿Por qué se ha quedado ahí? Intento reprimir las ganas de llorar, pero no puedo y dejo escapar mis lágrimas, ¿por qué me afectas tanto Harry? ¿Por qué siento aun el miedo de tus ojos en mi? No quiero pensar en que le pueda ocurrir algo malo.
- Sam, no llores - Dice Parker mientras conduce algo más relajado.
Seco mis lágrimas pero aún sigo llorando en silencio y le ignoro, ahora no tengo ganas de batallar contra nadie.
- Ey, Sam... - Pone su mano en mi muslo, recordándome como puso Harry su mano hace apenas minutos y vuelvo a tener ganas de llorar -. No pasa nada.
- ¿¡Como que no pasa nada!? ¡Acabas de dejar a tu amigo tirado ahí! ¿¡Es que no te das cuenta de que le puede pasar algo malo Parker!? - Mi dolor es tan grande ahora mismo.
- Es peligroso para ti, no para él - Dice e intenta calmarme.
Por mucho esfuerzo que haga en calmarme sus palabras no me sirven de nada, principalmente porque Harry me dijo antes que él me había metido en este lío.
Todo el camino restante hacia mi estudio fue en silencio, él sabía que yo no andaba con ánimos para hablar y gracias a dios que no me obligó a hacerlo, quien sabe lo que le podía haber soltado sin pensar en mi estado irritado.
Me despedí de Parker con un simple adiós y me dirigí corriendo hacia mi estudio porque empezaba a caer una fina lluvia que terminaría convirtiéndose en la de ayer, una tormenta.
Cerré la puerta de mi estudio sin encender la luz y me deslicé hacia el suelo poyada en ella, abracé mis piernas y hundí mi cabeza entre ellas. Suspiro dejando que la angustia entre por mi cuerpo y lo recorra por dentro de mis venas, intento no llorar, no quiero hacerlo, no puedo llorar, me recuerdo a mi misma mientras lloro como antes lo hice en el coche. No comprendo lo que me hace sentir, no comprendo en que lío estoy metida según Harry y tampoco sé por qué para mi si es peligroso y para Harry no, el debe darme explicaciones después de esto.
- ¡Samantha! - Grita una voz desde la puerta.
Cojo una bocanada de aire en cuanto oigo esa voz, me levanto corriendo y abro la puerta temblando, el único que me llama así es...
- ¡Harry! - Grito cuando le veo de pie en mi puerta, empapado desde los pies a la cabeza. Sus rizos caen sobre su frente, pero aun puedo ver sus ojos verdes a través de ellos, suplican por mi.
Corro hacia sus brazos sin pensar, le agarro de su camisa y le atraigo hasta mis labios desesperadamente, saber que está bien es su puro sedante para mi y para mis nervios, no puedo ser más feliz ahora mismo, le tengo y le beso sintiendo como responde a mi beso con más fuerza. Noto como sus manos se cuelan por mi espalda y me abraza tan fuerte como puede. La lluvia recorre nuestros cuerpos pero no es un impedimento para dejar de besarnos, ni el frío, ya que me siento tan acalorada por como me besa, por como me abraza.
- No sabes cuanto lo siento - Digo temblando, no se si es por la lluvia o por el hecho de que estoy llorando.
- No, no digas eso, tú no tienes que sentir nada - Me mira muy arrepentido.
- Por favor, quédate conmigo - Le beso de nuevo mientras le llevo hacia mi estudio.
Con él me siento a salvo.
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- ¿¡Como que no pasa nada!? ¡Acabas de dejar a tu amigo tirado ahí! ¿¡Es que no te das cuenta de que le puede pasar algo malo Parker!? - Mi dolor es tan grande ahora mismo.
- Es peligroso para ti, no para él - Dice e intenta calmarme.
Por mucho esfuerzo que haga en calmarme sus palabras no me sirven de nada, principalmente porque Harry me dijo antes que él me había metido en este lío.
Todo el camino restante hacia mi estudio fue en silencio, él sabía que yo no andaba con ánimos para hablar y gracias a dios que no me obligó a hacerlo, quien sabe lo que le podía haber soltado sin pensar en mi estado irritado.
Me despedí de Parker con un simple adiós y me dirigí corriendo hacia mi estudio porque empezaba a caer una fina lluvia que terminaría convirtiéndose en la de ayer, una tormenta.
Cerré la puerta de mi estudio sin encender la luz y me deslicé hacia el suelo poyada en ella, abracé mis piernas y hundí mi cabeza entre ellas. Suspiro dejando que la angustia entre por mi cuerpo y lo recorra por dentro de mis venas, intento no llorar, no quiero hacerlo, no puedo llorar, me recuerdo a mi misma mientras lloro como antes lo hice en el coche. No comprendo lo que me hace sentir, no comprendo en que lío estoy metida según Harry y tampoco sé por qué para mi si es peligroso y para Harry no, el debe darme explicaciones después de esto.
- ¡Samantha! - Grita una voz desde la puerta.
Cojo una bocanada de aire en cuanto oigo esa voz, me levanto corriendo y abro la puerta temblando, el único que me llama así es...
- ¡Harry! - Grito cuando le veo de pie en mi puerta, empapado desde los pies a la cabeza. Sus rizos caen sobre su frente, pero aun puedo ver sus ojos verdes a través de ellos, suplican por mi.
Corro hacia sus brazos sin pensar, le agarro de su camisa y le atraigo hasta mis labios desesperadamente, saber que está bien es su puro sedante para mi y para mis nervios, no puedo ser más feliz ahora mismo, le tengo y le beso sintiendo como responde a mi beso con más fuerza. Noto como sus manos se cuelan por mi espalda y me abraza tan fuerte como puede. La lluvia recorre nuestros cuerpos pero no es un impedimento para dejar de besarnos, ni el frío, ya que me siento tan acalorada por como me besa, por como me abraza.
- No sabes cuanto lo siento - Digo temblando, no se si es por la lluvia o por el hecho de que estoy llorando.
- No, no digas eso, tú no tienes que sentir nada - Me mira muy arrepentido.
- Por favor, quédate conmigo - Le beso de nuevo mientras le llevo hacia mi estudio.
Con él me siento a salvo.
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miércoles, 9 de octubre de 2013
Forbidden - Capítulo 10
Mi vista se resume en sus deseables y lujuriosos labios entreabiertos dejando pasar una respiración muy irregular, cual aumenta mis ganas de sentir ese aliento en mis propios labios, quiero besarle hasta que no aguante más la respiración, quiero perderme en sus labios. Me tiene encarcelada entre fuertes brazos, noto sus dedos presionar contra mi espalda, dejándome un dolor placentero, ojalá pudiese tocarle de la misma manera que él me está tocando a mi, pero no soy capaz de reaccionar, su mirada me hechiza de tal manera que no puedo articular nada. Él, él, él y su maldito aroma.
- ¡Sam! - Una voz gritó a mis espaldas. La voz de Parker.
Sentí como los dedos de Harry presionaron con mas fuerza en mi, sus músculos se tensaron al escuchar esa voz, sentí un mínimo ápice de protección, me sentí segura por un mínimo ápice de tiempo, antes que me soltara rápidamente y me obligara a separarme de él ¿Por qué hizo eso?
- ¡Te dije que no te movieras del coche! - Noté su voz enfadada más cerca de nosotros.
- Tranquilízate Parker - Harry habló.
Un momento ¿Me acaba de defender?
- Pero no tendrías que haberla traído aquí - Él prosiguió.
- Lo siento tío, es que estaba muy pesada - Rechistó Parker.
- ¿Pesada? Haberla encerrado en una habitación hasta que dejase de protestar - La media sonrisa que puso Harry al pronunciar esas palabras me dejó atónita ¿De verdad él sería capaz de hacer eso conmigo?
- No soy un perro Harry - Le enfilé con la mirada.
Harry me ignoró al completo para seguir su conversación con Parker. Cada vez estoy más perdida, hace unos minutos me miraba con todo el deseo del mundo y ahora me trata como si fuese una extraña y dios ¿No se acuerda de lo de anoche? ¿Por qué se comporta así? Contrólate Sam, contrólate, dije internamente a mis puños apretados. Solté mi labio inferior de entre mis dientes y apreté la mandíbula, esto ya se sale de sus casillas, como no haga algo me puedo morir aquí mismo de ira. Pero no quiero gritarle, se que se enfadaría y lo último que quiero es hacerle enfadar para que se aleje de mi, cosa que no puedo permitir, tanto por los sentimientos que me provoca como por todas las dudas que tengo en blanco causadas por él.
- Harry, Harry... - Parker habló bajito al interrumpirle.
El ruido de las puertas delanteras de la nave abriéndose rompió el silencio de apenas segundos que Parker había formado entre los tres. La cara de Harry cambió al completo, pasó de una casi invisible sonrisa a su habitual cara seria, una cara de alerta ¿Qué pasa? ¿Por qué Parker no deja de mirarme con las cejas levantadas y fruncidas?
- Mierda - Harry se dio la vuelta rápidamente hacia su moto y la puso en pie -. Sube - Me ordenó.
No puedo reaccionar en este mismo momento ¿Me esta diciendo que me suba a su moto? ¿Con él? ¿Ahora? ¿Pero qué coño pasa?
- ¿Q-que pasa? - Dije asustada.
- No preguntes y sube, Samantha - Su tono era más serio de lo normal.
Harry no dejaba de mirar hacia la puerta trasera mientras Parker corría hacia ella, algo muy gordo debe de pasar, ya que jamás he visto correr así a mi amigo.
- ¡Samantha, sube a la puta moto! - Harry me ordenó de nuevo.
Me dejó helada con su grito. Niego asustada con la cabeza mientras doy dos pasos hacia atrás. Mi boca se seca. Estoy confundida, tengo miedo y quiero desaparecer en este mismo momento ¿Qué pasa? ¿Por qué quiere que me suba? ¿Por qué me grita?
- No... - Susurré asustada.
- ¡Samantha! - Harry cogió mi mano y me atrajo hacia la moto - Sube, por favor - Hablaba bajito, pero eso no quería decir que su tono de voz cambiase, seguía igual de alerta.
- No, hasta que me digas que pasa - Me solté de su mano dando un fuerte tirón.
- Te lo diré todo, pero sube - Suplicó sin dejar de mirar hacia la puerta.
¿Qué me lo dirá todo? Mi boca se abre necesitando coger aire, su súplica me ha dejado completamente fuera de mi. ¡Si! ¡Por fin consigo algo! Mi mente reacciona al fin y me subo corriendo a la imponente moto de Harry, acto seguido él se monta también.
- Agárrate a mi Samantha, vas sin casco - Me recordó antes de hacer rugir el motor.
¡Voy sin casco! ¡Él va sin casco! Tengo un gran nudo en mi barriga, me hace querer echar toda la bilis que está subiendo por mi pecho, jamás en mi vida he sentido algo así, tanto nerviosismo junto. De repente todas las normas de seguridad que me dio mi padre recaen sobre mi cabeza, pero Harry las aparta cuando empieza a darle gas a su moto, dejándome sorda por el sonido brutal que hace. Trago saliva, aprieto mis manos contra su abdomen y cierro los ojos dejando caer un suspiro que recorre mi pecho y asciende hasta mis labios dejándolo caer, estoy en tus manos, Harry. Y salimos a toda velocidad de aquel sospechoso sitio. Noto como aumenta la velocidad a cada segundo, aprieto mis dedos en su abdomen, tal y como él lo hizo antes conmigo, aunque tenga miedo en este mismo momento, me siento segura con él. No me ha demostrado nada para sentirme segura bajo su persona, pero sin embargo lo hago. Quizás él disfrute sintiendo la adrenalina que le proporciona esta peligrosa velocidad, quizás el disfrute sintiendo como me aprieto más a él, quizás él puede notar como mi pulso va mas rápido que él motor de la Harley, quizás pueda sentir lo nerviosa que estoy, quizás le guste hacerme sentir así. Mis ojos se abren con dificultad mientras me escondo en su espalda, ¿por qué va mas deprisa que antes? Esto desata mis nervios, necesito que pare.
- ¡Harry! - Grité.
¿Por qué no para? ¿Por qué aumenta la velocidad? Cada vez que la moto va mas deprisa mi corazón se acelera por igual. Para, por dios Harry, para. La Harley hace un sonido ensordecedor, el viento azota mi melena enredándola por doquier, mis manos sudan y por un segundo pienso que me voy a caer.
- ¡Harry, para! - Volví a gritar y él volvió a ignorar mi súplica.
No puedo más, no quiero seguir así más, mi pecho no puede aguantar tanto nerviosismo. Muevo mis manos temblorosas hacia su vientre y alargo los dedos tensados para tocarle.
- ¡Harry! - Mis uñas hacen contacto con su vientre a través de su camisa -. ¡Para! - Arrastro mis dedos con fuerza sobre él, no le quiero hacer daño, pero es la única manera que se me ocurre para hacerle reaccionar.
Mi respiración acelerada hace contacto con la espalda de Harry cuando apoyo mi frente en ella ''Por favor, para la moto'' susurro apretando los ojos y dejando un beso justo en el medio de sus dos escápulas. Dejo de sentir como mi melena lucha fuerte contra el viento, dejo de sentir ese aire frío azotándome en mi cara, dejo de sentir sus músculos tensos, su respiración irregular... y de repente Harry, para la moto.
Suspiro como jamás antes lo había hecho. No me separo de él. No quiero. Por unos minutos nos quedamos en silencio, recuperándonos de este momento.
- Samantha - Suspira y yo me muevo involuntariamente al compás.
No me quites, no quiero dejar de abrazarte.
- ¿Estas bien? - Pregunto pasando mis dedos por encima de su camisa ¿estoy acariciándole? Paro al instante en el que me doy cuenta que de verdad lo estoy haciendo.
Siento como él juega con mis dedos hasta quitarlos de su vientre, se deshace de mi y sale de su Harley dejándome completamente confusa ¿dónde estamos? ¿Por qué nos fuimos? ¿Por qué no me hizo caso cuando le dije que parara la moto? ¿Qué le pasa? Tengo que dejar mi personalidad curiosa a un lado, parece saturado. Me bajo de la moto con algo de torpeza, creo que aun mi cuerpo no se acostumbró del todo a sentir suelo firme después de esta nueva experiencia para mi, cual no se si clarificarla en buena, mala o aterradora.
- No te bajes, ahora nos volveremos a ir - Habla dándome la espalda.
¿¡Cómo!? Mi boca se abre del todo, yo pensé que esto se acabaría aquí, no quiero volver a pasar por eso, me niego. Intento articular alguna palabra pero no puedo.
- Y-yo no me vuelvo a subir a eso contigo - Señalo la moto mientras intento controlar mi respiración aún agitada.
- ¿Cómo que no? - Se volvió hacia mi.
No se que fue, si la luz anaranjada del atardecer fundiéndose en sus ojos verdes, su mandíbula tensa, su mirada seria o sus labios carnosos, pero justo en el momento que se dio la vuelta y me miró pude notar como el corazón me daba una descarga por todo mi ser, es el hombre más hermoso que he visto en mi vida, lo juro.
- No quiero - Bajé mi mirada de la suya, sostener esos ojos en los míos era demasiado intenso para mi.
- ¿Y cómo pretendes volver? ¿A pie? ¿Sabes a caso cómo volver? - Señaló con la cabeza hacia la carretera.
- Llamaré a Parker - Me encogí de hombros.
Harry soltó una carcajada en forma de suspiro.
- ¿Parker? No sabes en el lío que te acaba de meter Parker, yo que tú, me olvidaría de todo esto, de él, de... de mi - Me dijo seriamente mientras acercaba su cuerpo al mío.
Tragué saliva inconscientemente ¿olvidarme de él? No, no, no quiero, no. Intenté cambiar de tema para que Harry no notase cuanto me afectaron sus palabras.
- D-dijiste que responderías a mi duda - Hablé intentando sacar ánimo de cualquier rincón de mi cuerpo.
- Estoy bien - Respondió.
- ¡Harry! - Rechisté
Él sabía perfectamente que yo no me refería a que me contestase sobre si estaba bien o no, quería una explicación de por qué actuó de esa manera antes ¿Por qué me sacó así? Por dios, que no vuelva a andarse por las ramas, eso me saca de quicio.
- Por favor, cuéntamelo - Me acerqué a él.
Sus ojos hicieron una rápida recorrida por mi cara. Le tengo a menos de un metro, no me toca, pero aun así siento como vuelve a prender mi llama, como esa electricidad que me provoca nos envuelve. Quiero acercarme. Quiero que se acerque.
- No debías de estar en ese lugar, Samantha, tú menos que nadie - Me aclara.
- ¿Cómo? - Ahora soy yo la del ceño fruncido. - E-explícame eso.
Suspira mientras me da una negativa con la cabeza.
- Es mucho más complicado de lo que realmente piensas - Dijo.
De repente enlacé cables.
- ¿Esto tiene algo que ver con aquello que me dijiste ayer? - Hablé sin pensar.
- ¿Con lo que te dije ayer? - Me miró confuso.
No puedo recordar la anterior noche sin que un rubor se apodere de mis mejillas, agacho mi cabeza avergonzada. Si para él hubiera significado algo, lo más mínimo, antes me hubiera besado, nada más que se lo supliqué, pero no lo hizo. Si para él hubiera significado algo ahora mismo no estaría tan distante como me parece que esta. Dejo caer otro suspiro, ahora no puedo evitar hacer otra cosa.
- Dijiste que... que yo no era nueva e... - Me interrumpió.
- En mi vida, si, no eres nueva en mi vida.
- ¿Me conoces de antes? ¿De qué? - Mi personalidad curiosa ataca de nuevo, no pienso lo que suelto por mi boca.
Noto como la tensión entre los dos aumenta, ¿ya he metido la pata preguntando?
- Samantha, creo que deberías dejar de hacer tantas preguntas.
- ¿Por qué no me respondes? - Ataco.
- Porque no puedo - Harry responde.
- ¿No puedes? ¡Harry, por dios! - Y finalmente exploto -. ¿¡Acaso alguna vez me vas a decir que coño pasa!? ¿Por qué todo el mundo sabe algo de ti que yo no se!? ¡Por no decir que se te da de lujo jugar conmigo! - ''No hables sin pensar'' resuena la voz de mi madre en mi cabeza.
Harry no responde, me mira tenso y serio, pero no responde.
- Estoy tan perdida Harry, tan solo te conozco de... de nada, no te conozco de nada - Me sale una risa de incredulidad -. Y de repente me hundo en esta mierda, ¿por qué tanto secretismo? - Sostuve la mirada penetrante de Harry, ahora puedo -. Quiero saber por qué me trataste como me trataste la primera vez que te vi, por qué me dijiste ''Lo sabía'' y por qué me gustó tanto que me cogieras de tal manera - La voz se me quebró en la última frase. ¿Por qué he dicho esto?
Ya me da igual, en este mismo momento me da igual si él no siente nada por mi, si todo lo que le he dicho no ha valido la pena, ya me da igual todo, tan solo quiero besarle y que me quite de sus labios si es lo que él quiere, porque no puedo aguantar más. Quiero y deseo besarle. Él observa como me hundo en mis propias palabras, no ha pronunciado frase alguna. Si él no hace nada, lo haré yo y si se acaba, que se acabe aquí. Alcé mis manos hacia su camisa y las subí suavemente hacia su cuello, puedo notar como su respiración va lentamente en aumento, puedo notar como la electricidad aumenta y noto como me quemo cuando me acerco a él. Quiero quemarme por completo.
- No lo hagas Sam, aléjate de mi - Harry susurró.
- ¿Por qué me lo prohíbes? - Miré a sus ojos clavados en mi.
- Porque es peligroso.
- ¿Y si yo quiero hacerlo? ¿Y si yo quiero entrar en este juego por ti? - Alcé mis dedos hasta su coronilla y los enredé en sus rizos.
Y fue él quien presionó los labios con los míos primero. ¿Siente algo por mi?
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sábado, 5 de octubre de 2013
Forbidden - Capítulo 9
Cierro la cremallera del pantalón con mis manos nerviosas por querer acabar el trabajo rápidamente y salir de esta casa en la que me siento fuera de mi lugar si Harry no está en ella. Su casa gigantesca y solitaria daba la impresión de que a él no le hacía falta una persona con quien estar, con quien levantarse día a día, con quien disfrutar las preciosas vistas al lago Doonen que él, como privilegiado, tenía en su propio dormitorio, me pareció triste pensar en él como un chico solitario, aunque claro, si se comporta con las demás personas de la misma manera que lo hacía conmigo, no me extrañaba que la gente no quisiera estar con él, llegaba a ser irritable... ¿Por qué no podía ser yo como esas personas y dejarle marchar?
- ¡Sam! - Parker gritó mi nombre desde el vestíbulo.
Ignoré al completo la llamada de atención de mi amigo, ahora mismo estaba enfadada con él, con el mundo, tan solo quiero saber dónde está Harry y por qué se fue de esa manera, desde luego que lo había hecho con la intención de mantenerme alejada de la razón por la cual él había madrugado tanto. Este hombre es un puro misterio.
Creo que mi sujetador aun sigue tirado entre las sábanas pero al estar reliadas hacía muy difícil poder encontrarlo, separé algunas mantas de otras y las sacudí, pero de ahí no salía nada, mi paciencia se agotaba por segundos.
- ¡Sam! - Parker volvió a gritar.
- ¡Qué ya voy, joder! - Grité sin siquiera pensar en lo que soltaba por mi boca.
Respiré profundamente mientras salía de la maraña de mantas que había liado para buscar mi sujetador, una búsqueda sin recompensa, tengo claro que si hay una próxima vez en la que yo tenga que dormir en la cama de alguien sin sujetador, lo pienso dejar en un lugar a salvo de pérdida ¿Y ahora qué hago? ¿Salgo sin sujetador? Suspiro poniendo mis ojos en blanco, supongo que es mi única opción. Cogí mi blusa depositada en la silla y la desdoblé para poder ponérmela con toda la delicadeza del mundo, si se me marcan mucho, juro que me muero. Terminé de vestirme y me marché de la habitación, no sin antes haber echado una ojeada rápida al dormitorio vacío por si se me olvidaba algo. Caminé por el pasillo hasta llegar al vestíbulo donde vi a Parker apoyado en la pared, tenía aspecto de cansancio, sus ojos cerrados y su cabeza inclinada hacia atrás en la pared daban señales de que realmente estaba cansado.
- ¿Parker? - Hablé para despertarlo de su trance.
Él se incorporó como si le hubiera dado una descarga eléctrica con mi voz.
- Por fin está lista bella durmiente - Bromeó.
- Eres un capullo.
Su sonrisa falsa desechaba sarcasmo y sabía muy bien lo que eso me molestaba. Suspiré mientras le ignoraba de nuevo para coger mi chaqueta roja que Harry había dejado la noche anterior en una pequeña percha en la entrada y me la puse, al sacarme mi melena castaña de ella, Parker se dio cuenta de mi gran secreto, no tenía sujetador y mis pechos empezaban a marcarse. Dios, que vergüenza. Corriendo bajé mis manos hacia mis pechos para taparlos, entre mi cara y mi chaqueta roja había muy poca diferencia de color.
- ¿Sabes que se te marcan? - Habló como un niño inocente mientras sonreía.
A veces me pregunto si Parker tiene de verdad veintitrés años o es que ha madurado pero sigue teniendo la misma mente que cuando era un crío, opto por lo segundo. Mis ojos enfilados pasaron por su cara sonriente y al segundo se congeló, no estoy de humor y él no hace nada más que meter la pata.
- ¿Me vas a llevar con Harry o no? - Me abroché mi chaqueta hasta el pecho para despejar el tema ''se te marcan''.
Parker soltó una risa dejándome confundida.
- Claro que si, Sami - Dijo abriendo la puerta y saliendo de la casa.
Al hacer eso me recordó a Harry, cuando me abrió la puerta de su casa por primera vez me dejó pasar primero, como un caballero, dándole igual lo muy enfadado, soso o malhumorado que esté, siempre tenía buenos modales. Quiero encontrarle un defecto a Harry... tan solo uno, pero no puedo. Cerré la puerta principal con cuidado, dejando caer un leve suspiro de añoranza hacia él. Caminé hacia Parker con las manos hundidas en los bolsillos de mi chaqueta, cubriendo así mis dedos moviéndose entre ellos a cusa de los nervios. Cuando llegué a su coche él ya estaba en el asiento del conductor, buscando en la radio algún canal que valiese la pena llevar durante todo el trayecto, se pasó así unos cuantos minutos y estoy segura de que lo hacía para llevar mi paciencia al límite, dichoso Parker.
- Esta es - Dijo señalando a la pantalla.
Acordes de una guitarra eléctrica sonaron por los altavoces, en cierta parte me alegré de su elección. Me acomodé en mi sitio mientras que Parker arrancaba el coche y salíamos hacia el lugar dónde supuestamente Harry estaría, mis ganas de verle otra vez son inmensas, es como mi polo negativo, hay una fuerza intensa que me atrae hacia él. ¿Cuánto tiempo habré dormido sin él? ¿Se habrá dormido o esperó a que yo lo hiciera para poder marcharse?
Pasamos la carretera principal, cual da vistas al lago por mi lado y como siempre me quedé embobada mientras miraba aquellas cristalinas aguas, que ganas tengo de nadar ahí. Seguimos nuestro camino hasta llegar a una avenida llena de arboles verdes frondosos y terminamos entrando en una calle cual me parecía realmente familiar... Un momento, esta es la calle de mi casa.
- ¿Parker? - Dije mirando hacia mi ventanilla cuando divisé mi casa a lo lejos.
Al no responderme me obligó a darle un empujón en el hombro, no, no me niego a regresar a casa, quiero ir con Harry.
- ¿Qué haces Parker? ¡Llévame con Harry! - Mi asombro y decepción eran visible a través de mis ojos.
Él quitó las llaves del coche mientras me daba una negativa con la cabeza y abrió la puerta del conductor ignorando mis súplicas desesperadas para que volviese dentro ¿Pero qué hacía? Corriendo cerré mi puerta con el pestillo, si por las buenas no me llevaba con Harry lo haría por las malas. Cuando Parker intentó abrir mi puerta vio que no podía, lo cual provocó una gran sonrisa en mi cara.
- Sam, no seas niña chica - Sus palabras me recordaron a Harry, él me dijo lo mismo.
Mi ceño fruncido fue aumentando a cada cada palabra salida de su impertinente boca.
- Vuelve y llévame con Harry - Impuse.
- Sam, baja del coche - Protestó rebuscando algo en su pantalón.
- No pienso hacerlo - Dije.
Una sonrisa se estampó en el rostro de Parker cuando ascendió su mano derecha, tenía las llaves del coche y con ella podría abrir mi puerta pulsando un simple botón, cosa que hizo. Lancé mi mano hacia el pestillo y lo volví a bajar, pero él volvió a pulsar el botón y el pestillo ascendió elevando mis dedos, aun así yo lo volví a bajar todas las veces que él intentaba abrir la puerta soltando una risa floja, esta situación era extrañamente divertida para mi, la cara de Parker era de enfado absoluto, dios, necesito mi móvil, quiero hacerle una foto.
- ¡Sam! - Gruñó él.
Mi risa retumbó dentro del coche, momento que Parker aprovechó al cogerme desprevenida para abrir la puerta de un tirón y casi dejándome caer al suelo, de no ser porque de un acto reflejo me sujeté al asiento.
- ¿¡Eres idiota!? - Grité.
- Sal del coche - Abrió del todo la puerta y se apoyó en ella -. Es mejor que lo hagas tú a que te saque yo.
- Parker por favor, llévame con él ¿Qué te cuesta? - Supliqué.
Soltó un gran suspiro poniendo los ojos en blanco, estaba agotando su paciencia, pero no me importaba mucho. Después de unos minutos de silencio reaccionó mirándome seriamente, sinceramente, su mirada no se podía comparar a la de Harry, aquellos verdes ojos hacían que me derritiera en segundos, los ojos celestes de Parker ni si quiera me provocaban algún sentimiento.
- Eres muy pesada.
- Todo lo que me obligas a ser - Rechisté -. Llévame con Harry, por favor.
- ¿Sabes en el lío que me puedo meter si te llevo?
«Me da igual, llévame de una vez con Harry» pensaba mientras me abrochaba el cinturón del coche. Él cerró mi puerta y de mala gana entró de nuevo por la suya. Por fin. Arrancó el coche y salimos de la calle, yo estaba suplicando en mi interior para que esto no vuelva a ser como su última broma de mal gusto. Después de casi una hora y media conduciendo por caminos polvorientos y desolados, nos situamos justo delante de unas inmensas puertas de acero, oxidadas por el paso del tiempo y llenas de grafitis de todos los colores, esto no me gusta ¿Dónde me estaba metiendo? Parker bajó la ventanilla del coche y sacó la mano para introducir una llave en un pequeño poste que había al lado, giró la llave y al segundo aquellas puertas rechinaron fuertemente al ser arrastradas hacia atrás una con respecto a la otra, yo no dejaba de mirar a Parker con los nervios a flor de piel, estaba empezando a asustarme. Lentamente el coche iba avanzando hacia las puertas, pasando por ellas y cruzándolas. Estábamos dentro de una enorme nave industrial vacía por el piso de abajo, menos por unas motos justo en el otro extremo, dónde había unas puertas exactamente iguales que la principal, pero estas se hallaban abiertas dejando pasar una haz de luz que iluminaba el suelo gris.
- Quédate aquí - Parker habló serio mientras sacaba las llaves del coche y abría la puerta.
Observé como andaba rápidamente hacia unas escaleras que había junto a la pared, cual no me pareció resistente al ver como vibraba a cada zancada que Parker daba a un escalón. Y me quedé totalmente sola en aquel inmenso lugar ¿Qué hago? Siento como mis nervios se atan en mi pecho al pasar la mano por la zona donde la puerta se abría ¿Salgo? ¿Me quedo dentro? ¿Voy a buscar a Parker? ¿Que hago? Mi pié moviéndose nervioso dentro del reducido espacio era una señal para mi, tengo que salir del coche. Cerré la puerta con todo el cuidado del mundo, lo último que quiero en este momento es que Parker aparezca o alguien al que no conozco y me eche la bronca por estar donde no debo. En sigilo me colé por detrás de unas columnas para observar mejor todo aquello sin ser vista. Mi corazón va a explotar, lo sé, lo presiento. Corrí hacia la siguiente columna y me volví a esconder de la misma manera. Esto no me gusta, me quiero ir de aquí, yo tan solo quería ver a Harry... ¡Harry! Algo en mi interior se activó al pensar en él, obligándome a asomar mi cabeza hacia las motos que había aparcadas en la puerta trasera, cual ahora estaba tan solo a tres columnas más de mi... tengo que ir, estoy segura de que si la moto de Harry está aquí, él no andará muy lejos. Me armé de valor y corrí las tres columnas seguidas, quedándome justo enfrente de aquellas motos. Las miré detenidamente, yo estaba segura de poder reconocer con un simple vistazo la moto imponente de Harry... y ahí no estaba. Me sentí tremendamente estúpida, Parker habría jugado conmigo de nuevo, aquí no estaba él, no estaba. Pasé mis manos por mi pelo y lo aparté de mi cara elevando mi vista hacia el techo, quizás es que estoy paranoica con su ser... quizás no, es que de hecho, lo estoy. ¿Por qué tengo ganas de llorar? Yo tan solo quería verle, mirarle, ver como estaba hoy vestido, ver sus verdes ojos, ver su pelo revuelto hacia atrás, como él siempre lo llevaba. Me siento hundida y muy estúpida, jamás le volveré a hacer caso a Parker, jamás. Giré mi cuerpo para quedarme con las vistas del coche negro, quería andar hacia él pero sentía algo que me atraía hacia la puerta trasera, como un imán atrayendo a su polo opuesto, de nuevo mi curiosidad me superaba. Me colé por la pequeña apertura que tenía, pasando a una expansión de terreno gigantesca donde un sonido de motor se escuchaba de fondo... ¡Es Harry! Gritó mi subconsciente. La velocidad reflejada en el aire corría a través de su pelo revolvíendolo de la manera mas sexy que he podido ver jamás, su camisa a cuadros roja, holgada y rota por los hombros se removía contra su torso, sus pantalones negros se ceñían a sus piernas, cuales se apoyaban en la moto por la parte de atrás, dios mío... ¡Y va sin casco! Jamás he visto a algo tan peligroso y me estoy muriendo por si a él le pasa algo, mi corazón se encoje cuando veo como disfruta aumentando la velocidad. Me embobo con él, desprende peligro y deseo, por no decir que parece que vuela como un ángel en aquella moto negra.
- Para, por favor, para y ven, para y ven a besarme - Hable tan bajito, con tanta angustia, con tanto deseo.
Y paró, repentinamente paró. Cogí una gran bocanada de aire y la solté llena de tranquilidad finalizando en una inmensa sonrisa. Bajó de la moto y la apoyó en la pared de una pequeña casa de contadores. Cuando quise darme cuenta de que había empezado a andar hacia él ya le tenía a casi cuatro metros.
- Te estas metiendo en la boca del lobo - Habló dándome la espalda.
Su voz, su ronca voz, dios. Tengo tantas ganas de que se de la vuelta y me mire.
- No deberías de estar aquí, Samantha - Al fin se dio la vuelta.
Mi corazón definitivamente explotó al ver como sus ojos se fijaban en mi cuerpo, aumentando mi calor y derritiendome por segundos. Hacía menos de ocho horas que no le había visto, pero me parecían siglos, claramente estoy obsesionada con él y las obsesiones nunca son buenas.
- ¿Por qué te fuiste? - Caminé hacia él, más cerca.
- No te incumbe - Respondió.
Omití su respuesta poco agradable para llegar hasta mi fin y mi fin es poder besarle. Mi corazón responde bombardeando a toda velocidad, vuelvo a sentir como él enciende esa llama con tan solo mirarme. Intento controlar mis malditas y desesperadas ganas de dar un paso más hacia delante y presionar mis labios con los suyos, pero no puedo, ni quiero. Lo único que puedo oír en este preciso momento es mi pulso desenfrenado cuando él da ese paso hacia mi y alza su mano derecha para levantar mi barbilla, juro que esa llama interna está prendiendo fuego hacia todas las partes de mi cuerpo, por debajo de mi piel, es una sensación única.
- Por favor, bésame - Suplico sin pensar, cogiéndole de su camisa.
Noto como su otra mano se posa en mi cintura y presiona nuestros cuerpos juntos mientras él pasa su lengua por su labio superior dejándome jadeante, «bésame Harry, bésame» pienso mientras aprieto en puños su camisa. Y por muy peligroso que sea, quiero entrar en su juego, ahora.
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- ¡Sam! - Parker gritó mi nombre desde el vestíbulo.
Ignoré al completo la llamada de atención de mi amigo, ahora mismo estaba enfadada con él, con el mundo, tan solo quiero saber dónde está Harry y por qué se fue de esa manera, desde luego que lo había hecho con la intención de mantenerme alejada de la razón por la cual él había madrugado tanto. Este hombre es un puro misterio.
Creo que mi sujetador aun sigue tirado entre las sábanas pero al estar reliadas hacía muy difícil poder encontrarlo, separé algunas mantas de otras y las sacudí, pero de ahí no salía nada, mi paciencia se agotaba por segundos.
- ¡Sam! - Parker volvió a gritar.
- ¡Qué ya voy, joder! - Grité sin siquiera pensar en lo que soltaba por mi boca.
Respiré profundamente mientras salía de la maraña de mantas que había liado para buscar mi sujetador, una búsqueda sin recompensa, tengo claro que si hay una próxima vez en la que yo tenga que dormir en la cama de alguien sin sujetador, lo pienso dejar en un lugar a salvo de pérdida ¿Y ahora qué hago? ¿Salgo sin sujetador? Suspiro poniendo mis ojos en blanco, supongo que es mi única opción. Cogí mi blusa depositada en la silla y la desdoblé para poder ponérmela con toda la delicadeza del mundo, si se me marcan mucho, juro que me muero. Terminé de vestirme y me marché de la habitación, no sin antes haber echado una ojeada rápida al dormitorio vacío por si se me olvidaba algo. Caminé por el pasillo hasta llegar al vestíbulo donde vi a Parker apoyado en la pared, tenía aspecto de cansancio, sus ojos cerrados y su cabeza inclinada hacia atrás en la pared daban señales de que realmente estaba cansado.
- ¿Parker? - Hablé para despertarlo de su trance.
Él se incorporó como si le hubiera dado una descarga eléctrica con mi voz.
- Por fin está lista bella durmiente - Bromeó.
- Eres un capullo.
Su sonrisa falsa desechaba sarcasmo y sabía muy bien lo que eso me molestaba. Suspiré mientras le ignoraba de nuevo para coger mi chaqueta roja que Harry había dejado la noche anterior en una pequeña percha en la entrada y me la puse, al sacarme mi melena castaña de ella, Parker se dio cuenta de mi gran secreto, no tenía sujetador y mis pechos empezaban a marcarse. Dios, que vergüenza. Corriendo bajé mis manos hacia mis pechos para taparlos, entre mi cara y mi chaqueta roja había muy poca diferencia de color.
- ¿Sabes que se te marcan? - Habló como un niño inocente mientras sonreía.
A veces me pregunto si Parker tiene de verdad veintitrés años o es que ha madurado pero sigue teniendo la misma mente que cuando era un crío, opto por lo segundo. Mis ojos enfilados pasaron por su cara sonriente y al segundo se congeló, no estoy de humor y él no hace nada más que meter la pata.
- ¿Me vas a llevar con Harry o no? - Me abroché mi chaqueta hasta el pecho para despejar el tema ''se te marcan''.
Parker soltó una risa dejándome confundida.
- Claro que si, Sami - Dijo abriendo la puerta y saliendo de la casa.
Al hacer eso me recordó a Harry, cuando me abrió la puerta de su casa por primera vez me dejó pasar primero, como un caballero, dándole igual lo muy enfadado, soso o malhumorado que esté, siempre tenía buenos modales. Quiero encontrarle un defecto a Harry... tan solo uno, pero no puedo. Cerré la puerta principal con cuidado, dejando caer un leve suspiro de añoranza hacia él. Caminé hacia Parker con las manos hundidas en los bolsillos de mi chaqueta, cubriendo así mis dedos moviéndose entre ellos a cusa de los nervios. Cuando llegué a su coche él ya estaba en el asiento del conductor, buscando en la radio algún canal que valiese la pena llevar durante todo el trayecto, se pasó así unos cuantos minutos y estoy segura de que lo hacía para llevar mi paciencia al límite, dichoso Parker.
- Esta es - Dijo señalando a la pantalla.
Acordes de una guitarra eléctrica sonaron por los altavoces, en cierta parte me alegré de su elección. Me acomodé en mi sitio mientras que Parker arrancaba el coche y salíamos hacia el lugar dónde supuestamente Harry estaría, mis ganas de verle otra vez son inmensas, es como mi polo negativo, hay una fuerza intensa que me atrae hacia él. ¿Cuánto tiempo habré dormido sin él? ¿Se habrá dormido o esperó a que yo lo hiciera para poder marcharse?
Pasamos la carretera principal, cual da vistas al lago por mi lado y como siempre me quedé embobada mientras miraba aquellas cristalinas aguas, que ganas tengo de nadar ahí. Seguimos nuestro camino hasta llegar a una avenida llena de arboles verdes frondosos y terminamos entrando en una calle cual me parecía realmente familiar... Un momento, esta es la calle de mi casa.
- ¿Parker? - Dije mirando hacia mi ventanilla cuando divisé mi casa a lo lejos.
Al no responderme me obligó a darle un empujón en el hombro, no, no me niego a regresar a casa, quiero ir con Harry.
- ¿Qué haces Parker? ¡Llévame con Harry! - Mi asombro y decepción eran visible a través de mis ojos.
Él quitó las llaves del coche mientras me daba una negativa con la cabeza y abrió la puerta del conductor ignorando mis súplicas desesperadas para que volviese dentro ¿Pero qué hacía? Corriendo cerré mi puerta con el pestillo, si por las buenas no me llevaba con Harry lo haría por las malas. Cuando Parker intentó abrir mi puerta vio que no podía, lo cual provocó una gran sonrisa en mi cara.
- Sam, no seas niña chica - Sus palabras me recordaron a Harry, él me dijo lo mismo.
Mi ceño fruncido fue aumentando a cada cada palabra salida de su impertinente boca.
- Vuelve y llévame con Harry - Impuse.
- Sam, baja del coche - Protestó rebuscando algo en su pantalón.
- No pienso hacerlo - Dije.
Una sonrisa se estampó en el rostro de Parker cuando ascendió su mano derecha, tenía las llaves del coche y con ella podría abrir mi puerta pulsando un simple botón, cosa que hizo. Lancé mi mano hacia el pestillo y lo volví a bajar, pero él volvió a pulsar el botón y el pestillo ascendió elevando mis dedos, aun así yo lo volví a bajar todas las veces que él intentaba abrir la puerta soltando una risa floja, esta situación era extrañamente divertida para mi, la cara de Parker era de enfado absoluto, dios, necesito mi móvil, quiero hacerle una foto.
- ¡Sam! - Gruñó él.
Mi risa retumbó dentro del coche, momento que Parker aprovechó al cogerme desprevenida para abrir la puerta de un tirón y casi dejándome caer al suelo, de no ser porque de un acto reflejo me sujeté al asiento.
- ¿¡Eres idiota!? - Grité.
- Sal del coche - Abrió del todo la puerta y se apoyó en ella -. Es mejor que lo hagas tú a que te saque yo.
- Parker por favor, llévame con él ¿Qué te cuesta? - Supliqué.
Soltó un gran suspiro poniendo los ojos en blanco, estaba agotando su paciencia, pero no me importaba mucho. Después de unos minutos de silencio reaccionó mirándome seriamente, sinceramente, su mirada no se podía comparar a la de Harry, aquellos verdes ojos hacían que me derritiera en segundos, los ojos celestes de Parker ni si quiera me provocaban algún sentimiento.
- Eres muy pesada.
- Todo lo que me obligas a ser - Rechisté -. Llévame con Harry, por favor.
- ¿Sabes en el lío que me puedo meter si te llevo?
«Me da igual, llévame de una vez con Harry» pensaba mientras me abrochaba el cinturón del coche. Él cerró mi puerta y de mala gana entró de nuevo por la suya. Por fin. Arrancó el coche y salimos de la calle, yo estaba suplicando en mi interior para que esto no vuelva a ser como su última broma de mal gusto. Después de casi una hora y media conduciendo por caminos polvorientos y desolados, nos situamos justo delante de unas inmensas puertas de acero, oxidadas por el paso del tiempo y llenas de grafitis de todos los colores, esto no me gusta ¿Dónde me estaba metiendo? Parker bajó la ventanilla del coche y sacó la mano para introducir una llave en un pequeño poste que había al lado, giró la llave y al segundo aquellas puertas rechinaron fuertemente al ser arrastradas hacia atrás una con respecto a la otra, yo no dejaba de mirar a Parker con los nervios a flor de piel, estaba empezando a asustarme. Lentamente el coche iba avanzando hacia las puertas, pasando por ellas y cruzándolas. Estábamos dentro de una enorme nave industrial vacía por el piso de abajo, menos por unas motos justo en el otro extremo, dónde había unas puertas exactamente iguales que la principal, pero estas se hallaban abiertas dejando pasar una haz de luz que iluminaba el suelo gris.
- Quédate aquí - Parker habló serio mientras sacaba las llaves del coche y abría la puerta.
Observé como andaba rápidamente hacia unas escaleras que había junto a la pared, cual no me pareció resistente al ver como vibraba a cada zancada que Parker daba a un escalón. Y me quedé totalmente sola en aquel inmenso lugar ¿Qué hago? Siento como mis nervios se atan en mi pecho al pasar la mano por la zona donde la puerta se abría ¿Salgo? ¿Me quedo dentro? ¿Voy a buscar a Parker? ¿Que hago? Mi pié moviéndose nervioso dentro del reducido espacio era una señal para mi, tengo que salir del coche. Cerré la puerta con todo el cuidado del mundo, lo último que quiero en este momento es que Parker aparezca o alguien al que no conozco y me eche la bronca por estar donde no debo. En sigilo me colé por detrás de unas columnas para observar mejor todo aquello sin ser vista. Mi corazón va a explotar, lo sé, lo presiento. Corrí hacia la siguiente columna y me volví a esconder de la misma manera. Esto no me gusta, me quiero ir de aquí, yo tan solo quería ver a Harry... ¡Harry! Algo en mi interior se activó al pensar en él, obligándome a asomar mi cabeza hacia las motos que había aparcadas en la puerta trasera, cual ahora estaba tan solo a tres columnas más de mi... tengo que ir, estoy segura de que si la moto de Harry está aquí, él no andará muy lejos. Me armé de valor y corrí las tres columnas seguidas, quedándome justo enfrente de aquellas motos. Las miré detenidamente, yo estaba segura de poder reconocer con un simple vistazo la moto imponente de Harry... y ahí no estaba. Me sentí tremendamente estúpida, Parker habría jugado conmigo de nuevo, aquí no estaba él, no estaba. Pasé mis manos por mi pelo y lo aparté de mi cara elevando mi vista hacia el techo, quizás es que estoy paranoica con su ser... quizás no, es que de hecho, lo estoy. ¿Por qué tengo ganas de llorar? Yo tan solo quería verle, mirarle, ver como estaba hoy vestido, ver sus verdes ojos, ver su pelo revuelto hacia atrás, como él siempre lo llevaba. Me siento hundida y muy estúpida, jamás le volveré a hacer caso a Parker, jamás. Giré mi cuerpo para quedarme con las vistas del coche negro, quería andar hacia él pero sentía algo que me atraía hacia la puerta trasera, como un imán atrayendo a su polo opuesto, de nuevo mi curiosidad me superaba. Me colé por la pequeña apertura que tenía, pasando a una expansión de terreno gigantesca donde un sonido de motor se escuchaba de fondo... ¡Es Harry! Gritó mi subconsciente. La velocidad reflejada en el aire corría a través de su pelo revolvíendolo de la manera mas sexy que he podido ver jamás, su camisa a cuadros roja, holgada y rota por los hombros se removía contra su torso, sus pantalones negros se ceñían a sus piernas, cuales se apoyaban en la moto por la parte de atrás, dios mío... ¡Y va sin casco! Jamás he visto a algo tan peligroso y me estoy muriendo por si a él le pasa algo, mi corazón se encoje cuando veo como disfruta aumentando la velocidad. Me embobo con él, desprende peligro y deseo, por no decir que parece que vuela como un ángel en aquella moto negra.
- Para, por favor, para y ven, para y ven a besarme - Hable tan bajito, con tanta angustia, con tanto deseo.
Y paró, repentinamente paró. Cogí una gran bocanada de aire y la solté llena de tranquilidad finalizando en una inmensa sonrisa. Bajó de la moto y la apoyó en la pared de una pequeña casa de contadores. Cuando quise darme cuenta de que había empezado a andar hacia él ya le tenía a casi cuatro metros.
- Te estas metiendo en la boca del lobo - Habló dándome la espalda.
Su voz, su ronca voz, dios. Tengo tantas ganas de que se de la vuelta y me mire.
- No deberías de estar aquí, Samantha - Al fin se dio la vuelta.
Mi corazón definitivamente explotó al ver como sus ojos se fijaban en mi cuerpo, aumentando mi calor y derritiendome por segundos. Hacía menos de ocho horas que no le había visto, pero me parecían siglos, claramente estoy obsesionada con él y las obsesiones nunca son buenas.
- ¿Por qué te fuiste? - Caminé hacia él, más cerca.
- No te incumbe - Respondió.
Omití su respuesta poco agradable para llegar hasta mi fin y mi fin es poder besarle. Mi corazón responde bombardeando a toda velocidad, vuelvo a sentir como él enciende esa llama con tan solo mirarme. Intento controlar mis malditas y desesperadas ganas de dar un paso más hacia delante y presionar mis labios con los suyos, pero no puedo, ni quiero. Lo único que puedo oír en este preciso momento es mi pulso desenfrenado cuando él da ese paso hacia mi y alza su mano derecha para levantar mi barbilla, juro que esa llama interna está prendiendo fuego hacia todas las partes de mi cuerpo, por debajo de mi piel, es una sensación única.
- Por favor, bésame - Suplico sin pensar, cogiéndole de su camisa.
Noto como su otra mano se posa en mi cintura y presiona nuestros cuerpos juntos mientras él pasa su lengua por su labio superior dejándome jadeante, «bésame Harry, bésame» pienso mientras aprieto en puños su camisa. Y por muy peligroso que sea, quiero entrar en su juego, ahora.
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